Hacia los buenos días
Algunas noches avanzan despacio y llegan agotadas a los callejones de las madrugadas. Como borrachos en la trasera de baretos mediocres, se arrastran por el suelo esperando el milagro de una vomitera redentora, que arroje toda la angustia amasijada dentro, que deje en las entrañas un poco de sosiego. Algunos amaneceres nacen como promesas de...