Breve diario de un huevo
«¡Sé un huevo ilustre!», fueron las últimas palabras que mi madre, una gallina ponedora con ínfulas de actriz, me dedicó horas antes de que la hicieran estofado. Yo era un huevo recién nacido y huérfano, ese era mi currículum. No tuve tiempo de compadecerme, una mano me agarró por el culo y me subió a...