La imagen
Cariño. ¿Cómo empiezo? Llegué al mismo hotel y renté la misma habitación. En dos años la vista por la ventana a la ciudad no había cambiado en nada, hasta el olor de aquel cuarto de construcción antigua era idéntico, el tapete a los pies de la cama. La emoción de verte después de esos veinticuatro...