No sólo las aves migran. ¿Te haz preguntado si en algún momento les dio miedo volar? Si era una opción quedarse a vivir en el nido, construir un futuro ahí, en el viejo roble, ver la misma gente, las mismas flores, como las hojas mueren y vuelven a nacer… Inconscientemente no es opción, por eso a veces saltar suena más tentador que quedarse a mirar.

Al medio de todo,

mitad tuyo,

mitad mío,

deje mucha ropa en tu casa,

¿puedo volver?

las noches son tibias,

pero extraño las llamas.

Hay días en los que me desconozco,

¿qué me paso?

cada respuesta iba adherida a una palabra tuya,

y ahora solo escucho el eco de mi voz.

Soñé con nuestro reencuentro,

con el perro,

y las flores,

en nosotros,

el olor a café

y vainilla de tu cuerpo.

Como en un arrebato decidiste destruirnos,

decidiste cuando acabar el amor.

Pero ¿como vacío mi corazón

que aún sigue lleno de amor por ti?

Miro como creas cuentos,

pruebas otros sabores,

ocupas otra falda,

veo que caminas distinto,

y dices otros nombres,

veo como vuelas,

vas de isla en isla

dejando un poco de amor en cada una.

Sigo aquí,

en la misma roñosa casa,

con los mismos cuadros,

en la misma habitación

donde en algún momento fuimos felices.

Dejaste tus huellas en todo,

no me atrevo a tocar nada

por si algún día decides volver.

Cambiaste de nombre,

ahora tienes el mismo nombre que una flor.

Ya no soy el mismo que ayer,

desconozco mi sombra,

pero no tengo miedo de ver mi reflejo

sobre el cielo.

Tome mis cosas,

vacíe el estanqué,

ya no queda ninguna lágrima,

creció la hierba,

y disfrute el sol.

El día que decidí marcharme fue cuando te vi entrar por esa puerta, la misma puerta por la cual te vi marchar, entraste dejando todo tu ser sumergido en mí.

Te vi esta vez de cerca,

Eras la misma,

la misma sonrisa,

los mismos lunares…

Estabas intacta,

solo con nuevas historias y otro nombre,

eras tú.

Pero ya era tarde,

ya era otro,

y ahora el que tenía que saltar era yo.

A ojos vendados cruce la misma puerta por la cual en algún momento te vi pasar,

pero esta vez,

era completamente mío,

nada a medias,

todo o nada,

y el amor por ti desapareció,

al igual que el antiguo yo.

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