Esta escena me trajo recuerdos de una experiencia personal, cuyo texto presento a continuación del susodicho
Desprecio los jirones que has hecho en mi interior; el destrozo que me causa este caos apremiante… Mi corazón quiere verte; porque si ¿y por qué no? . En un intento de quitarle el poder a estos latidos me excuso en que no he tenido ni una señal de los dioses para avanzar hacia ti; al contrario todo parece apoyar a mi orgullo que quiere escapar de la calidez que me haces sentir.
Tengo este deseo ardiente. Mis células resuenan de manera extraña; no sé si van rápido o lento; me agita el temor a lo desconocido o más bien el miedo a no conocerme del todo.
El sudor caliente que no se expresa en mi piel me provoca un nudo en el estómago; los nervios parecen murciélagos que bailan allí; diría mariposas pero suena (puaj) tan cursi que me asquea de solo pensarlo. Ya en el instante de narrar lo que me pasa por las entrañas siento que pierde fuerza; como si no fuera yo quien está en llamas; y aunque este ser maligno amplifica mis propias emociones; no deja de ser mi propia flama la que se aviva en su alcohol.
Sumiéndome en la distracción pude olvidarte por efímeros instantes,hasta que de casualidad nos encontramos, y se desvaneció mi auto control, sin poder refrenar el anhelo de invitarte a mi casa, solo con la intención de retener tu presencia un rato, antes de volver a distanciarnos.
No obstante me sorprendiste cuando sin pedir permiso me tomaste de la mano.
Ese roce tímido al principio. Yo te miré, tú seguías clavando tus ojos en mí.
Estábamos a unos pasos pero sin movernos…me apretaste la mano, como tomando impulso, y pusiste la otra sobre mi mejilla. Sentí que iba a estallar mi corazón por como latía de rápido.
Apenas susurraste, diciendo : ¿puedo?…
Yo asentí conteniendo el aliento.
Me besaste por primera vez y fue muy dulce, muy tierno…
No sé cómo pasamos de esa timidez impenetrable a unir nuestros labios con pasión…
Cuando no teníamos los ojos cerrados nuestras miradas demostraban lo mismo…»¿es esto real o solo es un sueño?»…
En un suspiro, un pequeño arrebato en esa comunicación boca a boca pero sin vocablos, donde ninguno parecía saciar su sed del otro, como si hubiera sido demasiada la espera para admitir nuestros sentimientos, mi mente lógica trataba de asimilar lo sucedido.
¿Acaso me he enamorado?
Amor o no, lo que sea que estoy sintiendo, tan nuevo y adictivo, no necesita etiquetas ni meditarlo demasiado, solo gozarlo… Tus besos me producen tanta gula que no me puedo imaginar ni un día de ayuno de ellos…
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