Invariabilidad de un disociado

Invariabilidad de un disociado

Deambulo por la lúgubre avenida rodeado de la tenue luz de faroles que esporádicamente ennegrecen. Voy con paso lento por las empedradas hacia un destino oscuro, un inicio del problema existencial, un camino sempiterno. Las voces de fondo, y como principales, chillan, gritan, claman que sustraiga mi vida, que el sentido no es suficiente. Las alucinaciones se vuelven presentes: de mis muñecas sale la bermeja de un corte inexistente; de los poros brotan peludas octópodas que trepan impacientes a mi rostro. Mis pies no se detienen, pues debo seguir a pesar de tanto. Sin poder despertar, continuó mi castigo diurno. Y a pesar de todo me detengo de cada palabra de aliento como a un halo de esperanza, para no abatirme completamente; mantengo, día a día, un rictus casi imperceptible, una alegría que ruego algún día logre convencerme; lucho por vencer esa idea sentirse, por dentro, marchito; y, poco a poco, voy realizando mis sueños que están en lo más profundo del alma resiliente.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS