Fresa

Una hormiga empezó a sentir las vibraciones del suelo y observó que emergían dos cotiledones. Gotas de lluvia se deslizaban sobre las primeras hojas de la planta hasta caer a tierra. Las raíces comenzaron a profundizar el suelo sosteniendo la base de la vida en búsqueda de nutrientes. Los rayos del sol incidieron sobre ella, y agradecida brotaron más hojas y ramas fuertes. El viento llegó haciendo que el fenotipo cambiara y su resistencia aumentará. Las lluvias atacaron con ira y con la última gota, propició la floración.

Una flor hermosa poca observada por los humanos, pero deseada por los insectos hizo que llegará una abeja y como hacer el amor apreció los aromas, colores y la sensación dejando un pequeño regalo, polen de otra flor. La flor entro en una metamorfosis y de un color blanco cambio a verde claro. Al pasar los días el verde claro tuvo una transición a un rojo pasión, ¿qué es eso? Una bella fresa regalada al mundo.

El sol del horizonte salió, una gota de sudor de un agricultor cayó cerca de las raíces despertando la planta, el suelo empezó a estremecerse y al cultivo se le arrebató dicha fresa. El agricultor la colocó en una caja y fue enviada a otro lugar. La fresa fue bañada y luego colocada en una bandeja junto con otras compañeras. Llegaron a un destino que era muy transitados por humanos.

Una fresa se deprimió y empezó una descomposición. Muchos humanos rechazaron la bandeja solo por un fruto malo. Era la última bandeja y otras fresas entraron en depresión por ser ignoradas. Iban a ser desechadas pero una niña de pies descalzos llegó. Le dijo al vendedor – yo quiero esas fresas ¿me lo podría regalar por favor? -, el vendedor egoísta le dijo que no y las tiró. La niña esperó ciento treinta y cinco minutos. La luna salió en el cielo y en las sombras la niña las encontró. Ella alegre se fue corriendo a un callejón. Llegó a una armazón de madera y cartón al cual le gritó hogar con emoción. Con poca agua guardada de un vaso roto, las lavó. Y con alegría y esperanza la olfateó, sintió, visualizó y apreció aquel momento de dulzura en su vida, y el fin de la fresa llegó.