De archivos y chinos muertos
Se oyeron dos golpes secos en la puerta antes de que una mano firme girase el picaporte. Eran las doce veinticinco del jueves 13 de octubre, y Torres llevaba toda la mañana esperando. Cuando la puerta se abrió, unos ojos de pez le miraron con gesto incómodo. —Oye Torres, el inspector jefe García quiere verte...