¿Dónde estoy? Otra vez no… Vaya dolor de cabeza. Al menos despertar al lado de la playa es agradable. Tengo que dejar de beber tanto, cualquier día acabo en Dios sabe dónde. Creo que es hora de marchar para casa.

(En un bus dirección a su domicilio).

Ya va siendo hora de que encauce mi vida, necesito un oficio o algo que me haga ganar dinero rápido… Recuerdo una idea que tuve con unos viejos amigos, ¿Se lo tomarían en serio o lo mencionarian a la ligera? Pronto lo sabré.

*Calle Ana María*

Yo me bajo aquí.

(En su domicilio).

¿Dónde tendré guardado sus números de teléfono? No encuentro mi pequeño bloc de notas, he dejado toda mi casa patas arriba… Dichosa libretita. Tengo una idea, hoy creo que va a ser un día muy largo.

¿Dónde habré puesto las llaves del coche?

(Dirección al desguace de la ciudad).

Estoy seguro de que tiene que estar aquí, me suena haberle escuchado que algún día se haría cargo del negocio familiar.

(Aparca el coche y se dirige a una cochombrosa oficina del desguace, donde de repente sale un tipo increíblemente alto).

-¿Es real esto que están viendo mis ojos?

-Esa no es manera de saludar a un viejo amigo.

(Se funden es un amistoso y tierno abrazo).

-¡Cuanto tiempo mi viejo amigo Mauro ¡Así que ahora llevas este tugurio eh! Seguramente mejor que tu padre.

-Me alegro de verte de nuevo tío, pero espera un momento que tengo que ir a cerrar un chollo con unas piezas de un coche. Vengo ahora.

Y este es como no, Mauro, un mecánico chollista que si tuviese más ambición estaría trabajando en algo con más proyección, pero le puede demasiado la familia. Quiero contar con él porque me puede conseguir coches tirados de precio, además es un mecánico excelente, con un clip te puede arreglar lo que sea. Aparte, lo que tiene de grande lo tiene de bueno, pero no le busques las cosquillas, podría ser lo último que hagas.

(Unas horas después, dirección a un acantilado peculiar. A lo lejos divisa una persona delgada oteando el horizonte mientras fuma.)

-No habremos fumado aquí de críos como cabrones ¿Eh?

-¡¿Qué cojones?! ¡¿Qué haces tú aquí tío?!

-Veo que te alegras de verme Porras, sigues igual.

-Tantos años sin saber de ti, y de repente apareces. Eres un jodido mago.

-Vengo porque te quería comentar… Una cosa.

-Espera un momento, voy a echar un meo.

Y este es mi amigo de pocas luces que realmente se llama Juan, pero todos le conocen como «Porras», y no por ser policía. Aunque parezca inofensivo e ingenuo, es uno de los mayores narcotráficantes de la ciudad, no a gran escala, pero si a mediana. Tiene mucha influencia en estos lares, una cierta economía y tiene ojos puestos en todos los lados. Me aporta todo eso y tiene gran «experiencia» en mi idea.

(A las tantas de la madrugada, dirección a un antro un tanto sentimental. Nada más entrar se ve a un pequeño chico subido en una mesa de billar montando escándalo con un taco simulando estar subido en una escoba).

-Si me invita alguno de vosotros a un chupito me pongo a volar, ¡Estoy subido en una jodida escoba¡ ¡¿No lo veis o que?! ¡ciegos de mierda y pobres!

-Yo te invito, camarada.

-Hostia… Me alegro de verte amigo, esta gente es un muermo. Vámonos de aquí.

-Eso está hecho Charles, esto no es lo que era ¿Eh?, ojalá pudiésemos volver al pasado amigo.

-Me encuentro fatal, voy al baño.

Y por último, este es mi fiel amigo Charles. Es verdad que no está en sus cabales, pero sobrio es un meticuloso embaucador, extremadamente perfeccionista y exigente. Este hombre es capaz de vender un congelador industrial a unos esquimales. Necesito contar con él, porque es capaz de colocar cualquier cosa a quien sea con un beneficio exageradamente alto.

(Dirección a su domicilio, casi en la madrugada).

Mi nombre es Dylan, y soy el cabecilla de este plan. Creo que hay mucho margen de beneficio. Soy astuto, calculador y ambicioso, todo tiene que salir según lo planeado.

(Al día siguiente en casa del susodicho).

Ya que estamos todos aquí reunidos, repasaremos el plan. Ya tengo la nave preparada, con el taller donde tú Mauro te encargarás de pintar los coches, cambiarles las matrículas y modelarlos un poco. Porras, necesito que me busques coches y me los traigas, búscame los lujosos, hay que empezar a lo grande. Y tú Charles, vamos a buscar coches corrientes para que la tapadera sea creíble. Recordad que esto en teoría es una tienda de coches de segunda mano. Sé que no es un trabajo como otro cualquiera, que no estamos haciendo algo moralmente correcto. Pero es nuestro oficio, nuestra forma de vida, nuestro trabajo. Si queremos tener una buena vida, sobre todo más que buena y con rapidez. Este es el camino fácil. ¡Manos a la obra chicos! ¡Vamos a fabricar dinero!

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