club de escritura Fundación Escritura(s)-Fuentetaja
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Sucedió en un coche He rodado demasiado! Y .. qué gusto!. Soy de las personas que necesita un cambio de aires bastantes veces por semana. Siempre me digo: Estás a un solo click de liarte la manta a la cabeza y buscar el mejor destino de la geografía española o el que más rabia te de para comenzar un...
Tenía buenas opiniones, un 4,8 de media, y su foto me daba buena vibra. Como la mayoría de los conductores, pedía no fumar en el interior, prefería no llevar mascotas y se presentaba como un tipo hablador, aunque los comentarios subrayaban que pesado no era. Quedamos en el punto convenido, cerca de mi casa, y...
Habíamos dejado de vernos cuando él marchó a la Universidad y yo estudiaba ya Biología en una facultad lejana a la suya, de esas lejanías insalvables hasta con viajes holgados. Éramos inseparables en el instituto, mi hermano, le decía, me ayudaba con todo. En aquel entonces no noté su falta, porque sobre mi vida errática...
Como cada día, emprendíamos el regreso a casa, los cuatro juntos. Las conversaciones habituales se mezclaban con discusiones ocasionales, gritos y quejas por las largas distancias que recorríamos a diario, desde el hogar hasta el trabajo y de regreso. Eran casi dos horas compartidas, una rutina que se repetía inmutable, hasta que aquella noche se...
Un joven de diecinueve años viaja en coche compartido desde Madrid a Vigo para ver a su primer amor, enfrentándose a la incertidumbre de su relación. En el trayecto, comparte el viaje con un conductor que lleva años haciendo la misma ruta para ver a su novia, cuya historia de amor contrasta por su serena aceptación. A medida que atraviesan los paisajes de Castilla y Ourense, el protagonista reflexiona sobre su angustia y el contraste animoso del conductor, reconociendo la belleza y el dolor del camino recorrido, mientras busca respuestas sobre su futuro amoroso.
Allá por diciembre de 2015 yo era una chica de 28 años un poco desubicada en su vida y con una resaca descomunal que tenía que volver de su pueblo de Jaén a Granada, donde vivía y trabajaba. Busqué un BlaBlaCar desde Linares, y reservé con Miguel Ángel, un conductor que recuerdo súper amable. Me...
Imagina que subes a un coche de BlaBlaCar pensando que el trayecto será un mero trámite. Pero te encuentras con Miguel, un cinéfilo empedernido, y Laura, una aventurera sin igual. Las risas y anécdotas fluyen como el paisaje que pasa por la ventana. Todo parece perfecto hasta que, ¡bum! La rueda trasera explota. En lugar de rendirse, el trío se arma de herramientas, risas y buena vibra, convirtiendo un contratiempo en una anécdota memorable. Con cada tropiezo, más risas y camaradería. Finalmente, llegan a su destino, no solo como pasajeros, sino como amigos que celebran que el viaje puede ser mucho más que llegar a un lugar: es compartir historias y experiencias. Y así, entre música y buena compañía, sucede lo inesperado. La vida es un viaje; ¿te atreves a vivirlo?
Pasaron muchos años para darme cuenta de que había algo raro en esa foto, pero no era en si la foto si no el día, solo que me había transportado al lugar, al tiempo, al calor, a su cuerpo. Mientras veía en la galería fotos e imágenes para borrar, observaba en el auto la foto...
No se enteró que el corazón gritaba por el momento. El tenerla encima de mis piernas sentía que se me atravesaba un orgasmo desde la coronilla hasta la vagina. Ya no podía ignorar que mis órganos estaban de fiesta. Mis amigas seguían hablando simplezas al tiempo que viajabamos en el coche de mi papá. Ya no...
Todo empezó como un trayecto normal en BlaBlaCar: desde Alicante hacia Madrid, con dos chicos, uno madrileño y otro gallego. La conversación iba fluida, todo marchaba bien, hasta que decidimos parar en un área de servicio para estirar las piernas. Mientras yo me tomaba un café rápido, el madrileño, con cara de ilusión, me comentó:...
Era un viernes por la tarde y el cansancio del trabajo se apoderaba de mí. Sabía que tomar un taxi compartido no era la mejor opción, pero no tenía energías para esperar más. Apenas subí al auto, noté que el conductor era joven, tal vez inexperto. Detrás de mí, subieron dos personas más, y una...
Un cabo con un sable, una trabajadora de Disneyland París con su novio invisible y un reparador de mandos de la Playstation... menuda combinación
