Mi obscuridad ostenta a mi alma,
a lado de un cuerpo valiente,
que yace al costado de la cama,
con un corazón roto y benevolente.
Toquidos constantes golpean la puerta,
y este cuerpo se torna gallardo,
cambiando el semblante a otra faceta,
con un ser en un cuerpo atrapado.
Este ser soy yo,
intranquilo y solo;
que pasa por el cuello,
la vida en un soplo.
Vida con lágrimas;
dentro de este cuerpo yaciente,
y alma con alas rotas;
con una vida en muerte.
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