Tus cajones de Dalí

Para ti;

No me presenté, no supiste mi nombre, no te avisé…simplemente aparecí, eso sí, para quedarme e impuse a tu lucidez una vida al revés.

El mundo y yo

La casa, el cielo y todos los alrededores te retarán de cotidianidad. 

Desconocerás las caras pero mantendrás los afectos, guardarás la calidez de piel en el tacto de las caricias.

Olvidarás los recuerdos, la memoria será tu presente viviendo apenas en el segundo en que existes como real.

Aprenderás, olvidando en el día, a hacer cada una de las cosas rutinarias que nacen por inercia porque todas serán nuevas, será cada vez la primera vez.

Regresarás a ser niña.

Serás esencia, brillante en tu liviandad. 

Tu y yo

Tú…en tu complejo bucle de memoria, hermosa siempre tú.

Ella, tu y yo

Sus pies, sus alas y todos los modos colman de imaginación tus olvidos.

Planchó cada arruga imaginaria de la colcha en la cama viendo contigo tus mapas, tus caminos sin regreso y sopló tu aire. 

Supo que tu abrir y cerrar de puertas de armario repetidamente era una íntima búsqueda del mar en los cajones, en las perchas nubes de tramontana y nadó tus orígenes.

Sustituyó tu falta de palabras, de frases, tu galimatías en busca de consonantes y vocales por la intensidad de las miradas, el ademán de la sonrisa en gesto, tus manos e inventó vuestro lenguaje propio.

Bailó tus pasos lentos de pasillo largo en la casa de siempre, de sobra conocida y ahora tan ajena. Conquistó tus vuelos inmensos sin retornos, la pista de despegue a tu mundo único y te vivió.

Quiso cada uno de tus «T´estimo molt» en vez de tus «Te quiero mucho»

Firmado: Alzheimer. 

FIN