regresé al eco de viejas preguntas,
nacidas en la charla que el olvido enterró.
volví exactamente al mismo lugar
y allí mi cuerpo repasó
los extremos del desdén.
fantasmas silentes rozan mi sien,
preguntas sin respuesta,
contrapuestas,
que insisten, no se sueltan.
¿hasta cuándo?
¿y en el mientras tanto?
quiero ser sin el manto
del miedo.
enamorada de mí,
de mi calor y mi relato,
de la vida que me sostiene aquí,
de su encanto.
que la compañía no pese,
que no me arrastre
que mi soledad se vuelva hermosa
y me abrace.
-peeperita.
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