Conocí a una chica.

Es una chica simple.

Tan dulce como la miel, o tan amarga como el café.

A veces fría, a veces cálida.

Se emociona hasta las lágrimas al ver las flores salir de sus capullos, y llora de impotencia al ver sufrir inocentes en este mundo cruel.

Le duelen las injusticias, y peca quizás por demasiado confiada.

Ojos cafés, comunes, pero expresan todo lo que en palabras no puede y a veces incluso en letras se queda corto.

Habla poco (o mucho) y lee el doble.

Cree en las buenas personas, en un mundo mejor, tiene fe y lucha por ello.

No sabe mucho de nada, pero si un poquito de todo.

Fluye como el agua, a veces en contra, pero es que la necedad le gana cuando cree de verdad en algo.

Distraída, soñadora, fiel creyente de la magia y del amor.

Está hecha de pequeñas partes, todavía sin forma, pequeños retazos unidos con mucho amor.

Así es, así soy. Por fin me he descubierto, ¿Por qué me ha costado tanto?

Johana.

Julio 2023

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