Carlos conducía su vehículo antiguo, lento, por la autopista sobre el horizonte, sus brazos iban bien fijos al volante, las venas le palpitaban, su cabeza se estaba evaporando, su visión se le nubló mientras pensaba en todas las posibles maneras en que Esteban lo podría humillar. – ¿Cómo va a postear la foto de su amigo diciendo que él iba a ser su regalo de cumpleaños?, me está humillando, no publica una sola foto mía, solo fotos de su familia y amigos, ¿me quiere esconder, prefiere alardear de sus amigos buena onda y sensuales pero no de su pareja?
Sintió que su cuerpo no le iba a responder y aparcó el auto en un costado, tomó un respiro, abrió la puerta, vomitó en el asfalto, vomitó todo lo que no había vomitado por más de 8 años en los que no había bebido alcohol, su cerebro se desvanecía por su boca bajo el sol de verano.
Hace un año estaba viendo los alumbrados navideños con Esteban, sentía su mano agarrada a la suya, nada podía estar mal si esa mano seguía sujeta. Al mismo tiempo esa mano se desprendería en cuestión de meses, por lo menos así se lo dejó saber Esteban cuando se estaban conociendo – ‘’Yo siento que no soy de aquí ni de allá, estoy partido en dos, mi mamá está en Italia desde que yo era pequeño, hace tres años estuve allá por seis meses y me quería quedar pero decidí volver a terminar mi pregrado, pero yo regresaré y por eso no me he comprometido con nada acá ni allá, ni en ningún lugar.’’
Carlos sabía que eso lo desgarraría, pero lo ignoró, sabía que eso era lo que se merecía por estar tan podrido por dentro, todo el morado y verde que desprendían sus intestinos eran la causa por la que merecía ese dolor, no había otra forma, era la única, su destino era vomitar en una carretera, derretirse en la inmensidad de la soledad, perder los estribos de un camino desdibujado que nunca había existido en ningún panorama.
– ‘’En la foto su amigo estaba sacando la lengua, la lengua se le ve muy gustosa realmente, hasta yo quisiera tenerla metida en mi boca, ahora él cómo no la va a desear, seguro la desea pero no me dice nada para no herir mis susceptibilidades, así como cuando me llegó a decir que quería besar a su amiga unos años atrás, seguro ya se acostó con él, seguro fue el de aquella vez que me contó de hace muchos años que experimentó una posición sexual en específico, recuerdo que me lo contó mientras estábamos acostados luego de tener sexo y yo me las quise dar de muy chill, le pedí que me contara cuál había sido la pose más extraña que recordara haber hecho, cuando me lo contó sentí un tronazo por dentro porque yo nunca podría ser capaz de hacer esa pose con él, es decir, yo no podía jamás darle eso a él’’
Intento reincorporarse mientras pensaba lo estúpido que era por estar allí, vomitando en plena carretera, si alguien se acercara a ofrecerle ayuda se haría el que está buscando una moneda y lo espantaría desde la distancia para ocultar su vergüenza infinita, la misma vergüenza que sus papás le contaron alguna vez que cuando chiquito experimentaba al no querer salir al solar sin su camisa puesta.
– ‘’Debería terminarle, es un asqueroso, o yo soy el asqueroso, de cualquier manera esto no va para ningún lugar, yo no voy para ningún lugar, esto no va paa nun lu geee ijsj ekjerkjioejre’’ Normalmente las palabras se le agolpaban tanto en su cabeza que no podía ni identificarlas, sus emociones y pensamientos eran más rápidos que las palabras, el lenguaje es una manta sobre la que las personas caminan frágilmente y él casi siempre la encontraba rota, manchada, era un estorbo, no lo dejaba moverse.
– ‘’hola Esteban, cómo estás?’’ Le escribió
– Bien cariño ¿y tú?
– Bien
– ¿Cómo te fue?
– Bien y a ti
– Bien, un poco cansado pero todo fluyendo
– Me alegra
– ….
– He estado un poco mal
– ¿Qué te pasa?
– Estoy muy mal, ¿tú me quieres?
– Claro, ya te lo he dicho
– No te estoy pidiendo que me recuerdes que ya me lo has dicho
– ¿Pero cuántas veces te lo tengo que decir?
– Estoy muy mal, solo necesito que me lo digas
– No puedo con esto Carlos
‘’Ya no puede conmigo, nunca ha podido, siempre ha estado esforzándose y ahora que encontró un poco de bienestar con sus nuevos amigos se está dando cuenta de lo pesado que es estar con alguien tan parco como yo, siempre lo supe, solo estaba esperando el momento.’’
– Si no podés conmigo entonces qué haces acá
– Ay Carlos, no puedo con esto, no puedo con esto, no puedo, no me vengas a chatear para soltarme todos tus demonios por favor, no puedo más, no quiero esto, dejame por favor, esto no es para hablarlo por acá.
‘’Estoy demasiado loco, qué estoy haciendo, mira cómo lo pongo, solo sirvo para esto, para joder todo a mi alrededor, soy un torbellino de podredumbre, no solo estoy podrido por dentro, suelto mierda a diestra y siniestra, mierda, mierda, mierda, mierda.’’
– Cálmate, solo estoy pidiendo que me digas si me quieres
– No puedo hacerme responsable de esto más, no puedo, es imposible para mí, odio todo esto.
– Qué odias
– Todo
‘’Soy una película, pero no me gusta esta película, no soy una película buena en donde me pierdo y me entretengo, soy una mala, una de humor barato, una de altas pretenciones, una de mucho presupuesto y poca emoción’’
Carlos sentía cómo su cuerpo se le entumecía, sus manos se congelaban, sus sentidos se extraviaban, sus músculos vibraban de una tensión palpitante.
Se fundió en un sueño blanco, en el que vivía todas las posibilidades en un solo instante, el tiempo se desvaneció y su cuerpo dejó de tener límites. Si hay algo parecido a desdoblarse es lo que Carlos está haciendo.
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