Mayo, mira que has sido largo, tío!
Has tardado en llegar (el cielo sabe cuánto esperé por ti). Y estas tardando en marchar (mucho más de lo previsto).
Mayo, te he odiado con todas mis fuerzas y te he amado más que a ningún otro. Supongo que eso me ha hecho aprender muchas cosas y supongo bien. Aunque no lo quisiera ni estuviera preparada, aunque haya rabiado y llorado como hacia tiempo que no lo hacía.
Mayo, has venido cargado de sorpresas y el universo sabe el poco aprecio que les tengo… pero fueron llegando igual, sin descanso, una detrás de la otra, con un despliegue de fuerzas opuestas desmedido.
Mayo me has sacudido como hace el viento con una cometa a su merced. A veces he sentido absoluto vértigo y otras un delirante placer. Pero todo se reduce al aire fresco que ha venido contigo, ese mismo que me ha dejado sumamente fría y aturdida.
Mayo, por favor no hables con Junio, necesito descanso y tranquilidad, necesito volver a mi paz y para eso necesito admirar cómo marchas desde mi firme pedestal.
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