¿Por qué? Tan solo por decirle la verdad en cuanto a sus egoístas acciones, su firme mano golpeó mi delicada mejilla. ¿Por qué mi abuela era así? Quería odiarla, más de lo que ya hacía en aquel momento, pero mi naturaleza pasiva y tranquila tiró de la cuerda. Corrí a mi habitación lo más rápido...