Empecé a escribir desde la escuela primaria, cuando a un maestro le pareció buena idea que yo colaborara en la revista mensual del Colegio. Así, seguí a lo largo de la secundaria y preparatoria donde con varios amigos, fundamos un periódico quincenal que nosotros mismos maquetábamos e imprimíamos en una máquina Gestetner, que hoy debe considerarse como una reliquia del proceso de copiado.
Durante mis estudios profesionales en Economía poco escribí, salvo ensayos breves y las consabidas tesis y disertaciones.
Más adelante y en forma paralela a mi carrera profesional, publiqué con LIMUSA, Grijalbo y Océano varios libros sobre administración de empresas y políticas públicas. Al mismo tiempo, escribí por más de veinte años una columna quincenal en el diario mexicano El Financiero.
En 2009 decidí poner fin a mi carrera de consultor para emprender otras iniciativas personales y dedicar una buena parte de mi tiempo a escribir narrativa. Publiqué con Grijalbo mi primera novela: La inoportuna muerte del presidente y más adelante, por cuenta propia, he publicado Griten que ya partí y Las sombras del azar. Además, dejé mi columna en el diario, a cambio de escribir en un blog personal donde no estoy sometido a un calendario de entregas, ni a una extensión determinada.
La razón por la que decidí ser un autor independiente es mi falta de paciencia para insertarme en el ciclo de las editoriales, que inicia desde la recepción del manuscrito hasta que finalmente la obra impresa se coloca en librerías.
Yo disfrutó imaginar y escribir. Me gusta convivir con los personajes de mis novelas y obligarlos a recorrer, a veces con su complicidad, una trama verosímil que atrape al lector. Uno los crea, pero son los lectores quienes les dan vida. Eso siento cuando los escucho opinar sobre ellos. Al menos por un breve lapso sé que existieron en sus mentes. Esto es lo que me gratifica como escritor.
No es este el espacio para escribir sobre los avatares de la autopublicación. Pero, vale la pena enfrentarlos. Publicar es una manera de pensar en voz alta que no puede sujetarse a la voluntad de nadie. Menos ahora que existen infinidad de opciones para hacerse escuchar. Sin embargo, esto nos impone la obligación de entender que la calidad de lo que publiquemos, dependerá del nivel de exigencia que nos impongamos a nosotros mismos en todas las fases de la elaboración de nuestros libros.
Interesado por: Me interesa la literatura en un sentido amplio, sin predilección de género, Artículo / Crónica / periodismo literario, Ensayo / No ficción / Divulgación, Biografía / autobiografía / diario / géneros íntimos / cartas, literatura personal
Autores o libros favoritos: Marguerite Yourcenar, Stefan Zweig, Svetlana Alexievich