DETECTIVE
ALBERTO
CALENDARIO
DEADVIENTO
1 de diciembre
Eran
las diez de la mañana y Andrés entró en la oficina del detective
Alberto.
—Buenos
días —dijo alzando la voz para que desde el despacho Alberto
escuchase. Alberto que se había dormido en su silla se despertó y
salió a saludarle.
—Buenos
días a ti también —
—Que,
anoche fiesta ¿no?
—No.
Estuve siguiendo a la mujer esa que engañaba a su marido hasta las 3
de la mañana cuando por fin pude hacer fotos del amante, después ya
siendo tan tarde he preferido quedarme aquí a dormir que entre lo
que voy a Alcorcon y vuelvo pierdo las pocas horas de sueño que
tenía.
—Es
que los domingos hay que librar, yo si fui de fiesta, estoy zombi
—dijo sentado en su mesa de secretario frente a la entrada
encendiendo el ordenador.
—Hay
tiempo de librar cuando no hay trabajo — le dio una tarjeta de
memoria, — imprime las fotos con el amante. El marido vendrá en un
rato.
Alberto
se quedó mirando la mesa del secretario en la que había un paquete.
—¿Y
eso?
—Un
paquete de Amazon, estaba en la puerta.
—Será
de la academia de ingles de enfrente.
—No.
Pone Alberto.
Alberto
lo cogió y lo miró —Yo no he comprado nada. Que crees que hay,
¿algo bueno o malo?
—A
lo mejor es de un fan.
—Una
vez me dejaron dos cadáveres en la puerta y este año estaba siendo
muy tranquilo. Sal de la oficina, voy a abrirlo.
—¿No
prefieres que lo haga un robot? Por si es una bomba, o un virus,
ácido.
—Correré
el riesgo, sal y no vuelvas hasta que te diga que es seguro. Andrés
se fue fuera de la oficina.
Alberto
puso el oído en la caja, aunque ya no se usaban explosivos con
relojes analógicos. Abrió con un cuchillo una esquina del paquete,
dentro parecía que hubiese otra caja siguió abriendo por el lateral
hasta que sacó la caja de dentro.
La
caja tenia unos dibujos de la navidad y veinticuatro números, todos
con un compartimento pequeño ya abierto, menos el uno. Alberto abrió
el primer numero y sacó lo de dentro.
—Ya
puedes entrar Andrés. — Entró y miró la caja.
—Es
un calendario de adviento.
—Están
muy de moda, ahora hacen calendarios de todo tipo de cosas. Antes
solo eran de chocolate, pero ahora se usan par ropa, comida,
regalos, etc. Parece que un asesino se a querido unir a esta
festividad.
Alberto
abrió su mano derecha y le enseñó a Andrés lo que había en el
compartimento del primer numero.
Era
una chocolatina.
—¿Una
chocolatina solo? ¿Y las otras? Que raro.
—No
es una chocolatina normal, fijate tiene una forma. Tenía la forma de
un animal.
—¿Cual
es?
—Un
roedor. Una rata, un mapache o un tejón.
—Hay
un político al que llaman así. El tejón.
—Si,
algo he oído, que abusaba de mujeres.
—Ese.
Vamos a intentar abrir la chocolatina, a lo mejor es hueca, pero
antes trae la cámara de fotos.
Andrés
la trajo e hicieron fotos a las cajas, a los compartimentos y a la
chocolatina. Después abrió la chocolatina y dentro había una nota.
—Al
tejón carbón — Leyó Alberto.
—No
suena bien.
—Esto
puede ser una broma o algo peor. Tenemos que llamar a la policía y
que vayan a vigilar al tejón por si acaso.
Andrés
se puso a buscar información del tejón en el móvil. —Es un
asesino —dijo mirando el móvil. —El que ha enviado eso es un
asesino, el tejón está muerto.
—¿Qué
ha pasado?
—Pues
según leo una bomba en su casa. Fue sobre la una.
—Ya
llegamos tarde, ayer no debí ver el paquete al entrar.
—¿Y
que hacemos?
—Puse
varias cámaras después de que me secuestraran para la scape room.
Revisalas, a ver quien ha traído el paquete. Yo contactaré con la
policía.
Alberto
se pasó el día explicándole a la policía lo que había
encontrado, Andrés revisó las imágenes y luego entró en el
despacho donde estaban Alberto y un policial.
—He
encontrado algo.
—Enseñánoslo
—respondió Alberto. Andrés puso el ordenador en su mesa y les
ensenó una imagen de un Santa claus con un traje de color negro en
vez de rojo.
—Hay
tienes al asesino —le dijo Alberto al policía.
—¿Cree
que volverá a actuar?
—Si,
creo que no ha echo más que empezar y que nos esperan unos
veintitrés días muy movidos. No creo que esta noche vuelva, pero
seguro que nos trae el numero dos de algún modo, quiere que le siga
y así demostrar que es más listo que yo y quiere fama, por eso se
ha puesto ese disfraz tan aparente. Va a ser un mes de festividad
mortal.
2 de diciembre
A
las doce de la noche llegó el día 2 de diciembre y con el un
repartidor de comida llegó a la puerta de las oficinas del centro
comercial Guadalupe y llamó a la oficina del detective Alberto.
Antes
de que Alguien respondiera unos policías rodearon al repartidor.
—Deje
eso en el suelo y ponga las manos en alto.
—Vale
tíos. Procedió a hacerlo y le esposaron. Alberto, Andrés y un
inspector bajaron a recibirle.
—Quien
te ha dicho que me traigas este paquete? Preguntó Alberto.
—Pues
tenía que repartir una hamburguesa y se la llevé a un tipo vestido
de Papa noel pero en negro el color. El me dio cien euros si traía
aquí esto.
—¿donde
estaba ese hombre? Preguntó el inspector.
—Pues
es cerca, por mar de cristal, donde un kiosko que hay en la boca del
metro.
—Ya
habéis oído, todos cagando leches a allí. Todos los policías se
fueron y se llevaron al repartidor con ellos, menos Alberto y Andrés.
Alberto
cogió el paquete. Era una caja de hamburguesa. Al abrirlo, había
dentro otra chocolatina. Subieron al despacho y tomaron fotos de la
caja y de ella.
—La
caja se la daremos a la policía, lo mismo encuentran huellas aunque
no creo.
La
chocolatina esta vez era plana rectangular de colores.
—Es
la bandera del orgullo LGTBQ+ —dijo Andrés.
—Si,
eso está claro pero que significa.
—Que
quiere matar a todos los de ese colectivo?
Alberto
le dió la vuelta. Por detrás era rosa y ponía un logo.
—La
riviera —leyó Alberto.
—Es
una sala donde hacen fiestas. En plan conciertos y discotecas, un
poco de todo.
—Hoy
hay algo?.
Andrés
se sentó en su escritorio y buscó en el ordenador —No, no hay
nada hoy. Los lunes y martes suelen ser tranquilos.
—Busca
LGBTQ+ y añade la riviera a ver que sale —dijo Alberto que como no
sabia usar ordenadores le dejaba ese trabajo a su secretario.
—Pues
hay algo. Hace unos años mataron a un chico gay allí. Hace poco fue
el juicio, declararon culpables a dos chicos y otros quedaron libres.
—A
ya recuerdo se llamaba Iván —Andrés asintió — le dieron una
brutal paliza hasta matarlo.
—Entonces
a el no creo que quiera matarlo.
—No.
Hace poco fue el juicio y la persona a la que mató antes era un
abusón. Quizás vaya a por las personas que quedaron libras.
—La
gente en las redes puso a parir a la novia de uno de los asesinos. Al
parecer ella impidió que nadie pudiera proteger al chico.
—como
se llama?
—Soraya.
Ellos son pokeros y ella pues una chony.
—Puedes
ver donde vive? Son ya la una y media queda poco tiempo. Alberto
llamó a la policía mientras Andrés buscaba la dirección.
—Puff
esto es malo.
—Que
pasa?
—Un
usuario publicó donde vive y e insto a que todo el mundo lo
compartiera para acosarla.
—Pues
le han echo caso.
Se
subieron al coche de Andrés y fueron a toda velocidad.
—La
policía no ha encontrado al santa oscuro, ya están también de
camino a la casa de Soraya.
—Pero
esa chica dejó morir a alguien —dijo Andrés.
—¿Y
tu quieres dejar morir a alguien? —preguntó Alberto entendiendo
que estaba juzgando a la chica.
—No,
no claro que no.
—ademas
si pillamos ahora al asesino esto acabará. Son casi las dos.
—Ya
llegamos —dijo Andrés. Que empezó a frenar.
—Es
en ese bloque… —Antes de que pudiera acabar la frase una
explosión sonó proveniente del segundo piso, del que de la terraza
salió un gran fogonazo y varias cosas de la casa volando.
—Rápido
vamos al portal, asiste a los heridos yo buscaré al asesino.
Llegaron
la ambulancia, los bomberos y la policía. También se acercaron
algunos medios de comunicación. Después de eso Alberto y Andrés se
fueron a dormir a sus casas.
Durante
el resto del día se difundió en los medios de comunicación la
noticia de que un Papa noel de color de traje negro repartía
paquetes bomba, que nadie los aceptara. Se le puso el nombre de Black
Noel.
Entrada
la noche del 2 de diciembre Alberto y Andrés esperaban en la oficina
que dieran las doce para recibir el siguiente “regalo”.
3 de diciembre
El
siguiente regalo llegó con otro repartidor a las doce como el día
anterior. Igualmente la policía fue a la zona que el repartidor
recibió el regalo y no encontraron al black noel que buscaban. El
regalo fue otra chocolatina esta contenía un sobre blanco con una
letra escrita en el sobre de forma dorada. La letra era la “r”.
Alberto y Andrés procedieron a hacer las fotos pertinentes e
intentar descubrir la pista.
Cuando
dieron las tres hubo una explosión y un medio se hizo eco de la
noticia. Que decía:
“Les informamos de ultima hora que Raul perez ha
fallecido debido a una nueva explosión provocada por el famoso Black
Noel, por desgracia nadie ha podido impedirlo y el asesino sigue
suelto”
Aunque
la realidad era bien distinta. La tarde anterior el inspector de la
policía Hugo se reunió con Alberto y Andrés en el despacho de
Alberto.
—¿El
chaval se queda aquí?
—Con
alguien tengo que hablar de esto así que es mejor que se quede.
—Esta
bien. Hemos descubierto que era un paquete bomba, envuelto en un
regalo. Al parecer la chica esta Soraya ya lo tenía del día
anterior por lo que nos ha dicho su hermano que en el momento de la
explosión no estaba en la casa. No lo había abierto antes de la
hora fijada de la explosión por que ponía que no se habriese hasta
navidad.
—Y
ella esperó?
—Eso
es.
—interesante.
—habrá
que esperar a la siguiente pista.
—¿que?
Con tanta información seria una tontería — dijo Alberto y Hugo le
miró molesto.
—que
propones detective.
—Sabemos
varias cosas.
Primero
que la siguiente muerte no será hasta las tres de la mañana.
Segundo
que recibirá un paquete y será antes de la hora por lo tanto cuando
llegue la explosión no estará allí para verlo, eso significa que
no le da ningún morbo ver la muerte. No es ese su interés.
Tercero:
la primera muerte fue un abusador, la segunda una asesina declarada
inocente, así que el perfil es evidente. Se cree un justiciero, está
matando personas que considera culpables. Y no son personas
cualesquiera, no es gente desconocida, todos ellos salen en medios de
comunicación. El asesino está continuamente viendo la televisión y
las siguientes victimas serán culpables bajo la opinión publica.
Con
todo eso está claro que tenemos que buscar a todos los políticos y
famosos que este ultimo año hayan sido acusados de algo y preguntar
si han recibido algún regalo. Si no es el caso, puede que en futuros
días lo reciba.
Hugo
procedió a llamar a sus compañeros y que todos fueses avisando a
las posibles victimas. Mientras Andrés buscaba por la red cuales
podrían ser esas victimas.
Unas
horas después volvió Hugo a la oficina de Alberto, que ya le estaba
esperando.
—Han
encontrado un paquete bomba en casa de Raúl Pérez.
Alberto
se quedó pensando —Si el caso ese de los sobres, daba sobres a
todos los politicos, era el director de una energetica, le pillaron
pero pagó la multa y ya está —Hugo asintió.
—Están
desactivando la bomba. Alberto negó enérgicamente.
—Soys
idiotas o que. Dejar que explote que el asesino crea que sigue con la
ventaga, llevar un medio para que retrasmita la noticia, que por unos
dias piense el asesino que va ganando.
—A
ver no es mala idea pero…
—No
hay tiempo, hay que hacer eso es el único modo. Que se tome unos
dias libres de lo que sea que haga, hay muchas vidas en juego.
Hugo
volvio a llamar a sus compañeros. La bomba no explotó pero si
explotaron un artefacto controlado en la casa par que al menos
pareciese que algo había pasado.
Cuando
Alberto y Andrés recibieron el mensaje intentaron ver si podía ser
otra persona y no Raúl pero tras meditarlo un rato llegaron a la
conclusión de que habían acertado, por fin llevaban ventaja con
Black Noel.
4 de diciembre
Dieron las doce de la noche y el teléfono del despacho sonó.
Alberto lo cogió — Por fin puedo hablar contigo.
—Tengo un regalo para ti.
—Lo sé. Dime ¿Qué quieres con esto?
—Seguramente ya lo sepas. El regalo lo tienes en Goya, en el escaparate más cercano al corte ingles. —Colgó.
En el despacho estaban Andrés y Alberto. Mientras Alberto hablaba con Black Noel Andrés había llamado al inspector Hugo y estaba en altavoz escuchando.
—Lo hemos localizado sigue en Goya.
Habían preparado un operativo jaula que consistía en cortar todo el trafico y transporte publico cinco manzanas a la redonda del despacho del detective —Tanto para nada —decía Andrés mientras se subían en su coche Alberto y el.
—No esperaba que fuese tan tonto de presentarse por la zona por cuarta vez seguida, está cambiando su modus operandi, esperemos que aun crea que las bombas funcionan, si se da cuenta de que le engañamos cambiara de formas muy imprevisibles. Está concienciado con llegar al día veinticuatro. Por las calles de Madrid ya estaba todo iluminado con sus luce navideñas por suerte a esas horas un miércoles ya no había tanta gente.
Allegar al escaparate de el corte ingles en el poyete estaba una bolsa de basura de perro.
—¿Es ahí? Preguntó Andrés sin ocultar su asco.
Alberto abrió la bolsa y metió la mano. Tras rebuscar un poco la sacó llena de un lo que parecía caca y la chocolatina. Andrés hizo una arcada involuntaria. Alberto se la acercó a la cara y la observó detenidamente.
—Hazle las fotos —le dijo a Andrés.
—No puedes limpiarla un poco primero?
—Podría estropearla al limpiarla, mejor hazle las fotos ahora y así ya lo tiramos. Andrés sacó el móvil he hizo las fotos.
—Es un Lamborghini. Y en la parte de abajo del coche ha puesto el símbolo de you tube. Tiene muy buena técnica para tallarlos. Esto no se hace en una fabrica Black Noel desde su polo norte derrite chocolate lo hace bloque y lo talla. Y el que fue hueco imagino que eran dos piezas que luego unió.
—Parece que te fascina.
—Solo analizo, que el tipo que sea que haga esto tiene cierta vena de artista. Además es algo muy meticuloso, quizás tenga algún TOC.
—El caso es que es el Jados, está clarísimo.
—Si menos mal que ya está desactivada la bomba. Bueno llévame a mi casa mañana será otro día.
—Hasta que no te limpies ni de coña. Lo suyo me costo el Dacia Sandero que tengo como para que me lo estropees.
—Te lo dieron tus padres y es el coche más barato que hay, pero bueno vale iré en transporte público. Nos vemos mañana.
A la tarde de ese mismo día ya estaban en el despacho, por Black Noel habían cambiado sus horarios a trabajar en la oficina solo por la tarde y tenerla cerrada por la mañana.
Alberto salió de su despacho a hablar con Andrés que estaba sentado en el escritorio frente a la entrada que hacia de recepción de clientes.
—¿Qué han dicho los sabuesos de la gran vía?
—Ahora son los Sabuesos de la vía, les pareció más pegadizo.
—Lo que sea que pasa con ellos.
—No mucho. No han visto a Black Noel en ningún sitio. Han llegado a las mismas conclusiones que nosotros. Comentan que en las redes le están tratando bien, como un héroe del pueblo.
—Eso no es bueno.
—Y nada más, ya sabes hacen sus quedadas y cosas de esas. Me han pedido fotos de las chocolatinas.
—Envíales fotos de otras chocolatinas parecidas par que se puedan hacer una idea. Cuando Andrés fue contratado no solo fue como secretario, también fue como CM. La persona responsable de las redes sociales del detective. Reunió a un grupo de fans en paginas privadas para que fuesen ayudantes si lo deseaban.
—¿Cómo va lo del agente secreto?
—He tenido una coincidencia en Tinder.
—Enséñamelo. Andrés le giró la pantalla para que lo viera. Era un hombre español atractivo de mediana edad.
El día anterior Alberto recibió a una mujer en su despacho.
—dígame.
—Vi el anuncio en el periódico y me acordé de usted, el detective asesino.
—Si hace años me llamaron así pero luego esclarecí la verdad, por que soy buen detective.
—Si por eso confío en usted. Verá hace unos meses conocí a un hombre por Badoo es una aplicación de citas para ligar.
—Si, la he intentado usar una vez. Pero a mi es que eso me parece demasiado falso, yo necesito ver a la gente cara a cara.
—El hombre se hacia llamar Juan Hervás. Era un tipo rico según me decía que vivía muy bien, decía que era empresario y bueno empezamos a salir cuando venia a Madrid. Me invitaba a comer y me llevaba de viaje a sitios. Luego me dijo que no había sido sincero que en realidad era espía. Yo al principio no le creí pero una vez en un restaurante un tipo con el pelo largo y una cicatriz intento matarle y tuvimos que huir. En cierto momento me pidió dinero, decía que quería dejarlo pero que estaba en una misión importante que cuando la acabase se dedicaría a algo más tranquilo. Pero ya no volví a saber de el. Creo que le pueden haber matado.
—A ver. Lo primero que haremos es comprobar si está muerto, lo segundo si existe un espía llamado Juan Hervás en el CNI o el E.S.E. o cualquier entidad y tercero también hay que plantearse que haya sido estafada.
—Eso no tiene sentido el me invitaba a todo cuando estábamos juntos.
—Dígame ¿la suma de dinero que le dió es más grande que el dinero que el gastó? —Ella no respondió —Hace poco saltó la noticia de una mujer estafada por Brad Pitt, ella hablaba con el por una red social y creía que era el de verdad, obviamente no era el y ella fue engañada. No se lo tome a mal, esto es lo más normal hoy en día. La tecnología nos hace más vulnerables y es increíble lo mucho que han crecido las estafas cibernéticas, a veces ya no hay ni una persona en el otro lado del chat, es solo una ia programada que nos dice lo que queremos oír.
—Pero mi Juan era real.
—Si. Por eso vamos a hace lo primero, lo segundo y lo tercero a la vez sin descartar nada aun. Estese tranquila que pronto descubriremos que ha ocurrido. Ahora a mi secretario le deja el móvil desbloqueado y el se encarga de coger toda la información de ese Juan. Fotos, chats, cualquier cosa que nos pueda ayudar. Yo como ve en mi despacho no uso tecnología así que será todo imprimido para analizarlo y esté tranquila que todo lo que vea quedara bajo secreto y será eliminado al terminar el caso.
Estuvieron toda la tarde mirando en tanatorios, funerarias. Llamando a servicios de inteligencia y Andrés se hizo varios perfiles falsos de mujeres de mediana edad para buscar el perfil del hombre. Pusieron anuncios en las redes con la foto del hombre. Leyeron todos los mensajes que tuvieron entre ellos, Alberto a veces le enseñaba a Andrés las incongruencias que decía.
—Mira en este día el veintitrés dice que está en Praga por una reunión, pero el veinticinco dice que —señala la parte que ha subrayado y la lee — “cariño, ayer estaba muy ocupado en un sitio del que no te puedo hablar pero te puedo decir que hay canguros” En avión lo mínimo que se puede tardar son veintidós horas de un sitio a otro. Luego una semana después ella le pregunta por Australia y el no sabe nada, hasta que ella le dice lo de los canguros y el repentinamente se acuerda de sus estancia allí. Es evidente que todo es una sarta de mentiras.
—Como hay gente que miente tanto, se aprovechan de la necesidad de cariño.
—Hay gente que incluso disfruta haciendo daño así, otros solo quieren relaciones o dinero. En este caso el consiguió las dos cosas.
Siguieron investigando hasta que Andrés hizo el match con el.
—¿Ahora que hacemos? Preguntó Andrés.
—Tendré que llamar a Lorena. Tu lígatelo, que mañana quede contigo.
—¿Y si Lorena no quiere? Pues le bloqueas y hacemos otra cuenta con una amiga tuya o buscamos a alguien.
Alberto llamó a Lorena.
—¿A ver que quieres?
—Te necesito.
—Si quiero, pero la boda la pagas tu.
—Que graciosa. Hay una estafa y necesito que seas el cebo.
—¿Qué tengo que hacer?
—Nada ir mañana a una cita con un chico muy guapo.
—Solo tendré tiempo a la noche.
—Vale se lo diré a Andrés.
—¿Es peligroso?
—No creo, de todos modos yo estaré allí.
—tu no tienes arma, y tampoco sabes pelear. Además eres muy flacucho, yo podría tumbarte si quisiera.
—Ya lo hiciste una vez. —dijo riéndose en bajo. —Te veo mañana.
5
de diciembre
Dieron
las doce y sonó el teléfono del despacho de Alberto como el día
anterior. Esta vez les acompañaba a a Andrés y Alberto el inspector
Hugo. El día anterior habían rastreado la llamada hasta llegar al
un ciudadano que paseaba por la calle tranquilamente y que al parecer
había dejado el móvil a un papa noel de color negro para que
hiciese una llamada de urgencia, después se lo devolvió y siguió
su camino.
Alberto
descolgó —Antes de que digas nada una pregunta. ¿por que nos das
pistas?
—Es
el espíritu navideño, el de las segundas oportunidades. Yo les doy
carbón por ser malos y luego te dejo elegir si quieres salvarlos, si
piensas que merecen la pena.
—Toda
vida merece la pena.
—No.
La vida hay que ganársela. Tu siguiente regalo está en la iglesia
de la buena dicha. —Colgó.
—Ni
se despide ni nada —dijo Alberto indignado.
Hugo
se quitó unos cascos —me dicen que la señal es por el centro de
Madrid, ya van los policías de la zona a buscarle, aunque supongo
que habrá vuelto a usar un móvil de un transeúnte.
—Pues
vamonos de misa —dijo Andrés. Los tres se fueron hasta esa iglesia
que estaba cerrada.
—¿Se
habrá saltado la vaya? —preguntó Andrés.
—No
creo. Ayer fue muy simple. Lo habrá dejado en el suelo o apoyado en
algún sitio, pero no creo que haya entrado solo para dejar una
chocolatina.
—De
todos modos en la central he informado para que vayan a casa del cura
así que en unos minutos nos abrirán y miraré dentro — dijo Hugo.
Alberto
y Andrés siguieron buscando por la puerta y alrededores mientras
Hugo esperaba apoyado en la pared. Alberto se fijó en algo de la
vaya, no se veía bien era en la parte interior dando en la esquina
que ya chocaba con una columna de cemento. Lo tocó era un metal pero
parecía fijo en la vaya, podía ser un adorno o una bisagra. Tiró
de el y se soltó. Había estado pegado por un imán, se lo acercó y
vio que era un compartimento. Al abrirlo ahí estaba la chocolatina.
—Ya
la tengo. Los tres se juntaron y Andrés procedió a hacer las fotos.
—tiene
forma de mosca.
—Como
ya imaginábamos. Va a por el presentador del mosquitero. Paolo Cars.
Otro que tiene fama de abusar de las mujeres.
—No
me parece bien que intente matar a este. El no ha sido denunciado ni
nada.
—No
te tiene que parecer bien que mate a nadie. Bueno en cualquier caso
el está a salvo dado que la bomba fue desactivada, pero no estamos
avanzando mucho.
—No
creo que podamos convencerle, esta noche hará su programa en directo
como todos los dias y ademas tiene demasiados fans como para darle
por muerto, España entraría en sock.
—Podría
haber muerto esta noche, eso que dices podría haber pasado.
—No
diremos nada de momento, pero esto ya es insostenible.
Andrés
llamó a Alberto mientras estaba comiendo.
—Dime.
—Me
ha escrito el estafador. Dice que hoy y cito textualmente “me ha
surgido una reunión de ultima hora y mi vuelo se retrasa a mañana
por la mañana, ahora estoy en Francia”.
—Pues
si que le gusta viajar. Tengo que avisar a Lorena espera.
Andrés
siguió comiendo hasta que Alberto lo llamó.
—Dice
que mañana podrá, a las seis de la tarde.
—Vale
se lo diré.
—Bueno
pues como al final eso se hará mañana tomate hoy el día libre.
—¿Y
mañana trabajar en festivo?
—Si
mañana te quedas en la oficina por cualquier cosa que pase y ya
libras el finde como siempre.
—¿Y
lo de Black Noel?
—Yo
seguiré pero tu descansa.
—Vale
jefe, pues hasta mañana. Andrés se puso cómodo con ropa de pijama
zapatillas, sentándose en su silla gaming. Encendió su ordenador
con tres pantallas y se puso a jugar en una de ellas a videojuegos.
En la otra se puso música y en la tercera echaba un ojo a las redes
entre partida y partida. Cuando ya empezaba a anochecer vió que el
difunto Jados publicaba un vídeo y se puso a verlo.
“Me han dicho que tengo que hacerme el muerto, pero yo
paso de eso. A mi nadie me manda. Me han intentado matar por que
dicen que yo soy el líder de una secta, así de mal está la gente.
Así de envidiosos está el mundo por que yo tengo lambos y ellos no
tienen nada y solo quieren hacernos caer. Nos preocupéis estoy bien
y nadie me hará caer por que mucho me ha costado estar donde estoy y
si queréis estar como yo os dejo un enlace en la descripción a mi
máster clas gratuita para vivir plenamente y conseguir todo lo que
quieras. Ahí te daré las claves de como pasé de ser nada a tener
lambos. Luego puedes unirte al canal por solo diez euros al mes y yo
o uno de mis ayudantes supervisará tus logros y te daré consejos
para mejorar. El único que te impide ser rico eres tu mismo.”
<> pensó Andrés y siguió jugando. Le puso un
mensaje a Alberto para informarle aunque ya se imaginaba que se
enteraría. Cuando ya era trending toppic que Jados no estaba
muerto, Andrés pudo ver en cuentas personales de Raúl y Paolo que
también confirmaban que seguían vivos.
Paolo
presentó su programa como todas las noches y al final de este le
dedicó un mensaje a su asesino:
“Al parecer el Black noel le están poniendo como un
justiciero, como un héroe del pueblo. Pero yo no he hecho nada malo,
solo mi trabajo los últimos veinte años, debería jubilarme pero si
quiero más pasta es legitimo que me quede. Y si a veces puede
parecer que he abusado de mi poder para meter mano a las mujeres en
mi programa pero es que es lo normal en este medio. En realidad el
Black Noel este es una cortina de humo del presidente para que
olvidemos lo corrupto que es. Si Black Noel no es el presidente
seguro que es alguien a quien a contratado para boicotear mi programa
que solo dice la verdad y eso molesta. Y seguro que lo ha pagado con
el dinero de mis impuestos.”
El
Black Noel en algún sitio vió estas noticias y no estaba nada
contento por que sus regalos no hubiesen sido abiertos.
6
de diciembre
Llegaron
las doce, Alberto y Hugo esperaban impacientes la llamada del
telefono pero no sonó.
—¿Qué
hacemos ahora?
—Black
Noel a descubierto que sus últimos asesinatos fueron frutados.
Estará muy enfadado y nos lo quiere complicar más hoy. Pero aun así
tiene que ser a su calendario de aviento y tengo que recibir mi
chocolatina. Hasta las seis de la mañana hay tiempo para que me la
de de algún modo.
—¿Y
si ya no nos da pista? Podría darla después la chocolatina, después
del asesinato.
—Puede
ser, mientras la de dentro del día en cuestión estará cumpliendo,
podría hacer eso para castigarnos.
—Pero
no teniendo su pista tenemos algunos datos. Es una persona que a los
ojos de la opinión publica es culpable y que ha sido inocente según
la ley. Se las vio en los medios este año. Y lo más importante la
hora de la muerte será a las seis de la mañana.
—Avisaré
a todos los policías de Madrid de que a las seis estén atentos a
un Santa Claus de color negro. Por que llevará el disfraz ¿no?
—Eso
seguro. Todo el mundo le conoce por ese aspecto.
—A
esa hora apenas hay transporte publico y apenas hay gente por la
calle.
Alberto
acompañó a Hugo en su coche para patrullar por la noche en busca
del asesino. Las calles al principio animadas por ser festivo se
fueron poco a poco apagando, menos las luces que iluminaban tanto en
algunos sitios que parecía de día.
—Es
un día raro, justo hoy estaba poniendo el árbol de navidad con mi
mujer y ahora a buscar un papa noel asesino —dijo Hugo por dar algo
de conversación mientras pasaban por el coche por sol y veían el
árbol.
—Si
la gente no asocia lo malo a la navidad, están como en un embrujo en
el que piensan que todo está mejor. Pero realmente todo está igual
que siempre.
—Quizás
sea real, el embrujo digo. La navidad puede parecer un invento
cristiano pero ya los vikingos celebraban el yule y eso era como la
navidad. Es como que en varias culturas se celebra el cambio de
estación, en este caso el principio del invierno. Es como aprovecha
ahora para pasarlo bien que pronto hará tanto frio que no podrás
hacer nada.
Ya
eran las seis, seguían patrullando por la zona cuando sonó la
emisora del coche de Hugo.
—10-18
un hombre ha sido apuñalado. El sospechoso responde a la apariencia
de Black noel.
Hugo
aceleró el coche y se puso a esquivar a los pocos coches uber que
estaban en la zona y trabajadores que no libraban en festivo.
—Estamos
a dos calles. Dijo mientras daba un giro rápido para entrar en otra
calle.
—¿Te
sabes bien estas calles no?
—Como
la palma de mi mano. Dijo mientras pitaba a un coche que le obstruía
el paso, se subió a la acera y lo bordeó. Justo de un lado de la
calle pasó el Black Noel. Les vio y fue por un camino estrecho.
Alberto se bajó de coche y corrió hacia el a toda la velocidad que
podía, que no era mucha al no ser alguien entrenado. Pronto estaba
resoplando, hasta que llegó a una alcantarilla abierta. Hugo
apareció con el coche, había rodeado por si podía pillarlo por
otro lado pero no había funcionado.
Alberto
sin pensarlo empezó a bajar por la alcantarilla. Hugo informó a sus
compañeros y bajó también. Cuando Hugo bajó fue en dirección de
Alberto.
Alberto
siguió caminando y caminando, también oía a alguien resoplar en la
distancia.
<> pensaba Alberto que le había visto. Un papa noel de
los de el anuncio de coca cola, sol oque con un traje negro y lo poco
que se veía de su rostro una cara malévola con ojos de color
anaranjado.
Durante
unas horas Alberto siguió caminando cada vez más lento y cansado
hasta que Hugo le dio alcance.
—No
se como he aguantado tanto —dijo Alberto.
—Es
la adrenalina —Subamos por esta salida, ya hay un operativo
buscando por todas estas cloacas.
—¿A
quien han apuñalado?
—Ruiz,
Antonio Ruiz. Llamaron a la puerta diciendo que era la policía. El
abrió y Black Noel le apuñaló repetidas veces. Al gritar el pues
un vecino avisó a la policía.
—¿Está
vivo?
—No.
Se ha desangrado. Y te ha dejado una chocolatina allí el Black noel
ese.
Al
día Andrés llegó a la oficina.
—Antonio
Ruiz. Dijo Andrés. —¿Ese que hizo?
—Pues
era un explotador. Le llevaron a juicio sus trabajadores. Salario
pésimo, horas extras no pagadas. Se saltaba por el forro los riesgos
laborales… en fin como cualquier empresario de España un tirano.
—Bueno
seguro que fuera de España también.
—Cierto.
Le vi, vi brevemente a Black Noel y casi lo atrapamos.
—Entonces
ya estamos cerca.
—Si.
Se está poniendo nervioso y eso hace que cometa errores. Bueno me
voy, cuida el fuerte.
Lorena
llegó a la calle en la que había quedado con Alberto.
—Llegas
tarde. —Dijo Alberto
—Aun
no son las siete tranquilo.
—Tienes
todos los detalles no?
—Si.
Soy una solterona desesperada en busca de mi príncipe azul y este
hombre es el que me va a sacar de esta vida de mierda.
—Si.
Habéis hablado pro el Badoo y estas muy enamorada ya de el. Tu
trabajas en la limpieza, no tienes hermanos y cuidas de tu madre
viuda.
—Vale.
Que tal lo de Black noel.
—La
cosa se está complicando pero ahora centrémonos en esto.
Cogieron
el metro decorado de forma navideña y llegaron al centro. Todo
estaba abarrotado de gente. Lorena entró en un restaurante, Alberto
esperó unos minutos y entró también. Se sentó donde el camarero
le indicó. Estaba a cuatro mesas de distancia, podía verles.
Ella
le reía las gracias y el hablaba por los codos, aunque no podía oír
la conversación. Luego pagaron y salieron. Alberto les siguió.
Estuvieron media hora caminando hasta que Alberto llamó a Lorena y
ella cogió el teléfono y le dio una excusa para irse.
Alberto
siguió al estafador. Le resultaba más difícil de lo normal el
centro estaba abarrotado de personas a las que tenia que ir sorteando
para no perderlo de vista. En alonso Martinez se metió en un portal,
antes de que se cerrase la puerta Alberto entró con el y se subieron
juntos al ascensor.
—¿A
cual va? —le preguntó el estafador a Alberto.
—Al
quinto —dijo mirando cual era el ultimo para decir ese. Si el
también decía el quinto tendría que improvisar una excusa, pero
por suerte después de pulsar el quinto pulsó el tercero. Cuando
Alberto volvió a bajar tomo una foto de los nombres de las personas
que vivían en el tercer piso y se la envió a Andrés para que
buscase información. Y le llamó.
—Voy
a quedarme aquí hasta las once después vienes y me sustituyes.
—¿Quieres
que pase la noche vigilando una casa?
—¿prefieres
enfrentarte tu a black noel?
—No,
claro que no, allí estaré.
A
las once Se intercambiaron y Alberto fue su despacho a esperar como
le sorprendía Black Noel.
7
de diciembre
Dieron
las doce y como ya era habitual Alberto esperaba la llamada. Otro día
más que nadie llamó, nadie trajo ningún paquete. Hugo y Alberto
procedieron a patrullar otra vez Madrid. A las 7 la emisora de radio
de Hugo emitió un mensaje de la central.
—Inspector
Hugo Rodríguez, hemos recibido una llamada anónima de un asesinato
en la calle del general Diaz Polier 46.
Hugo
aceleró el coche y en apenas unos minutos ya estaban allí. La casa
estaba cerrada. Al no poder entrar acordonaron la zona para
imposibilitar cualquier escape. Cuando llegaron los antidisturbios
usaron el ariete para abrir la puerta y dentro encontraron el cadáver
de otra persona.
—Se
llamaba Julián Silvestre, había denunciado varias veces que tenia
ocupas en una de sus casas —dijo Hugo viéndole en el suelo tirado
boca arriba.
—Si
luego hablaron algunos de esos ocupas, al parecer ponía el alquiler
muy caro y no dejaba a nadie que se retrasara en el pago, ademas las
estaba haciendo turísticas todas. Se desveló que tiene quince casas
alquiladas, un especulador inmobiliario.
—El
forense dictaminara la muerte. Pero es evidente que fue apuñalado.
—el
cuerpo se ve frio y la sangre coagulada. Fue hace horas.
—¿No
es entonces una victima de Black Noel?
—Podría
no ser. Pero lo hemos encontrado a las siete, son ya las ocho y no
hay ningún otro cadáver. Tengo que irme.
Alberto
encontró a Andrés durmiendo en el coche. Dio unos golpes al cristal
y el se despertó de un sobresalto. Bajó la ventanilla.
—Menudo
susto.
—Ya
veo como vigilas.
—Ha
sido un momento, he estado despierto casi todo el rato.
—Ahora
me quedaré contigo.
—¿Yo
cuando libro?
—Mañana
si esto se relaja un poco. Alberto se acomodo en el asiento del
copiloto —Avisame si sale.
—¿te
vas a dormir?
—Yo
también estoy muy cansado, llevamos una semana sin parar de
asesinatos.
Sobre
las doce el estafador salió de la casa.
—Síguelo,
a pie. Yo iré a la casa.
Alberto
entró en la casa y fue a las puertas del tercero. En el “A” le
abrió una familia. El les enseño la foto de Badoo del estafador y a
ellos no les sonó de nada. En el “B” nadie respondió y en el
“C” una mujer respondió.
—Hola,
soy detective quería saber si conoce a este hombre. Ella miró la
foto.
—Si
¿por que?
—Creemos
que puede ser un estafador. Una mujer me contrató para encontrarle
ya que pensaba que podría haber fallecido. Ella le había prestado
una gran cantidad de dinero.
—El
muy hijo de…
—¿A
usted también la ha engañado?
—Ya
me parecia raro que hiciese tantos viajes. Me ha pedido dinero,
varias veces, dice que le siguen para matarle. Ya quería que pidiese
un crédito para dejarle más.
—Bueno
esta vez es verdad que le hemos seguido pero por que debe dinero. No
por ser agente secreto que es lo que le dijo a mi clienta.
—¿Podría
hablar con esa mujer?
—La
preguntaré y si ella quiere deme su numero y se lo doy. Les
recomiendo contratarme.
—¿Para
que? ¿Podemos denunciarlo?
—No
creo. Si muchas mujeres han sido engañadas quizás. Pero lo
importante es saber hasta donde llega esto. Cuantas personas han sido
afectadas y como evitar que siga pasando.
—Bueno
lo pensaré. De todos modos de dinero después de esta estafa no es
que ande muy bien.
—Lo
imagino, por eso comento que se unan y así el pago por mis servicios
sera menor.
Mientras,
Andrés siguió al estafador a otra casa. Un edificio de dos plantas,
entró he hizo una foto a los buzones. Alberto cogió el coche y se
reunió con Andrés enfrente del edificio.
Hugo
llamó a Alberto.
—¿qué
ocurre?
—Hemos
encontrado la chocolatina, estaba dentro del cadáver. Lo apuñaló y
la metió dentro. Lo mató sobre las tres de la mañana.
8 de diciembre
Alberto
y Andrés esperaron hasta las doce la llamada de Black Noel pero como
los últimos días no recibieron ninguna.
—Nos
pondremos a patrullar, como he echo estos días con Hugo. Cogió la
emisora que tenía en el despacho y se la llevó al coche. Se tiraron
horas dando vueltas por Madrid.
—Conduce
tu yo estoy ya muerto, —dijo Andrés. Se cambiaron el asiento y
mientras Alberto conducía atentamente Andrés dormía. Cerca de las
ocho recibieron un aviso de que habían visto a alguien que se
correspondía con el aspecto de Black Noel. Alberto fue en ese
dirección mientras despertaba a Andrés. Al llegar ya estaba allí
la policía. Hugo fue al coche de ellos.
—Tengo
un regalo para ti detective
—Otra
chocolatina?
—Mucho
mejor, le hemos pillado. Por fin le tenemos.
Entraron
en la casa y vieron el nuevo fallecido, también apuñalado y con su
correspondiente chocolatina.
Andrés
le reconoció —Es un tío que dicen que abusó de una mujer,
circularon fotos por Internet de la chica que el le había echo. Pero
ella no lo ha denunciado por que no quiere ser el centro de atención.
Pero en las redes muchas gente se encarga de que todo el mundo sepa
lo que el hizo.
—Otro
abusador más, ya va repitiendo.
—El
está en la habitación de al lado —le dijo Hugo emocionado.
Entraron
en la habitación y lo vieron esposado, sentado en una cama pequeña.
Un hombre mayor de cincuenta y pico años. Le habían quitado el
gorro y la barba falsa.
—Creí
que sería más joven, —dijo Alberto un poco decepcionado.
—Se
llama Gregorio, es un electricista de una empresa. No tiene mujer, ni
hijos. Vive alquilado en mostoles.
—Hola
señor. ¿Es usted Black noel? Le preguntó Alberto. El que estaba
mirando hacia abajo levantó la mirada y le vio.
—El
detective asesino. Es un placer conocerle. He seguido sus casos. Yo
no me puse el nombre de Black Noel, fueron ya sabe usted la tele. Yo
pensaba mas en mi como un Krampus, pero en vez de llevarme niños me
llevo hijos de…
—¿Por
que ha echo esto?
—Mas
bien por que no lo he echo antes. Este mundo está podrido, no
estamos viviendo estamos sobreviviendo. Usted piensa que he roto las
normas, pero no es verdad. El problema es que toda mi vida las he
respetado y esta gente que he ido matando no lo hacia y eran
recompensados.
—¿Eres
un justiciero entonces?
—No,
no lo entiende detective. Soy la presión de la olla.
—Bueno
nos lo llevamos —dijo Hugo. Lo levantaron dos agentes y se lo
llevaron. —ya te veía más que a mi mujer por fin podré descansar
un poco.
—Si,
por fin todos podremos descansar. —Alberto se giró hacia Andrés.
—Dime.
—No
quiero volver a verte hasta el lunes.
—Genial,
pues hasta luego a todos.
Alberto
volvió al cuarto que tenía alquilado en Alcorcon y por fin pudo
dormir sin preocupaciones. Cuando despertó llamó a Lorena.
—Hace
tiempo que no nos vemos sin ser trabajo, ¿te dar una vuelta?
—hoy
estoy preparando todos los casos que se vienen en la semana que
viene, así que estaré la tarde con ello pero podemos cenar.
—Es
curioso yo pensaba que nos tirábamos media vida estudiando para
luego no estudiar más y no, solo era un entrenamiento para seguir
estudiando el resto de la vida.
—al
menos ahora estudiamos lo que nos gusta.
—Si
eso si, bueno nos vemos luego.
Alberto
en la tarde dio un paseo por el abarrotado Madrid, intentó evitar
las zonas más comunes pero aun así había mucha gente. Luego entró
en un bar y tomó unas cervezas. Estuvo hablando con un tipo que
habida trabajado de tanatopraxia, le explico los muertos más raros
que había visto. Los maquillajes más raros que puso, etc.
A
la noche ya se reunió con Lorena y juntos fueron a un restaurante.
Viendo
la entrada Alberto se dio cuenta que sería un lugar caro
—Sabes
que yo no marcho tan bien como tu ¿no?
—Yo
pago. Ya he venido varias veces.
—¿No
hay que ir elegante?
—Que
exagerado eres. Como estamos vamos bien que no es para tanto.
Como
Alberto estaba acostumbrado a comer poco no se quedo con hambre al
comer la comida escenificada que apenas ocupaba una pequeña parcela
en el centro del plato.
—¿Vas
a ir al pueblo en navidad?
—No
se si ir o decirles a mis padres que vengan. ¿Tu que vas a hacer?
—Ahora
que esto se ha calmado iré. Pero aun no se como.
—¿Andrés
no va?
—No
lo sé. Aunque con lo que le gusta la fiesta de Madrid capaz que se
quede.
Siguieron
hablando de los casos de Lorena y luego de los del detective. Cuando
terminaron de cenar fueron a casa de Lorena. La casa era un chalet de
dos pisos.
—Menudo
casoplon tienes.
—Te
equivocaste de carrera detective.
Al
entrar una mujer les esperaba.
—Se
ha portado muy bien, —dijo la mujer.
—Genial,
nos vemos mañana —respondió Lorena.
Alberto
se asomó al salón y no vio nada.
—Ven
voy a enseñarte algo. Lorena cogió de la mano a Alberto y lo llevó
a arriba. Abrió una habitación y allí había una niña de un año
durmiendo.
—¿Tienes
una hija? Preguntó incrédulo.
—Tenemos.
Es tu hija.
Alberto
se quedó helado, no sabía que decir. Lorena cerró la puerta y se
quedaron en el pasillo. Empezó a reírse mientras caminaban a su
habitación
—Que
cara has puesto —decía aun riéndose.
—Eso
ha estado mal.
—Se
lo hago a todo el mundo no puedo evitarlo, es que es muy divertido.
Lo voy a hacer toda la vida. Aunque pasen años si aparece alguien a
quien no veo desde hace tiempo lo haré.
—¿Pero
cuanto tiempo tiene?
—Un
año. Alberto hizo cálculos. Lorena y el un año y nueve meses antes
más o menos habían quedado.
Lorena
lo notó —Deja de calcular. Fue un donante anónimo. Quería ser
madre y no quería compartir a mi hija con nadie.
—Vale,
vale —Alberto se sentó. —¿Por que no me has dicho nada?
—Eres
detective, culpa tuya por no saberlo. No suelo comentarlo a personas
que no veo mucho y llevábamos un tiempo sin vernos.
—A
ver, me dejaste.
—Te
dije que no quería nada serio. No quiero novios ni maridos. Me gusta
pasármelo bien como hoy. Pero no comparto mi vida ya te lo expliqué.
Dejemos de hablar de esto lo estábamos pasando bien sigamos. —dijo
mientras le abrazaba y le besaba.
Alberto
se quedó a dormir con Lorena.
9
de diciembre
A
las nueve y cuarto Alberto despertó por el sonido de su móvil.
Lorena ya se había ido. Le llamaba Hugo.
–Ha
aparecido otra víctima.
–¿Pero
no teníamos ya al culpable?
–Pues
puede que no, o que sean dos.
–¿Quien
es la víctima? ¿Como a muerto?
–Se
llama Emilia. Una mujer esquizofrenia. Mató a varias personas en un
hospital pero al estar loca hace unos años con medicación la
soltaron. Volvió a apuñalar en otro hospital y otra vez hace poco
se ña soltó con medicación. Y pues ya te imaginas la gente
prefería que estuviese encerrada o al menos vigilada. La han
apuñalado igual que a los demas.
Alberto
se dio una ducha y fue a su despacho. Alli ya le esperaba Andrés.
–Los
sabuesos de la vía tienen algo.
–Que
han encontrado.
–A
Gregorio. En X la red social. Han encontrado unos twits en los que
hablaba con una cuenta llamada – Andrés finjio tocar una batería
para dar tensión – ni más ni menos que Black Noel.
–¿que
decían esos twits?
Andrés
los imprimió.
Gregorio
“ese tío entiende como está el mundo debería haber más como el”
Black
Noel “tu podrías ser como yo. Si eres más que palabras”
Gregorio
“Si eres el verdadero Black Nole haría cualquier cosa que me
pidieras”.
–¿ya
no hay más?
–El
resto supongo que ya lo hablarían por privado.
Alberto
llamó a Hugo.
–Es
un impostor. Ha estado en contacto con Black Noel por la Red social
x. Comprueba sus mensajes privados.
–Pues
vaya faena, otra vez a seguir con esto –dijo Hugo. Y colgaron.
–Los
sabuesos de la via han encontrado más.
–¿cuántos?
–Contacta
con todo aquel que muestra interés.
–Maldita
tecnología
–No
culpes a la herramienta, solo al que la usa.
A
la tarde recibieron a Rocío Marinez y la informaron de todas las
novedades con respecto al estafador. El cual ya sabían su verdadera
identidad y no era Juan Hervas, su nombre real era Juan Luis
Gutiérrez. Un nombre mucho más común. Rocío contactó con la otra
mujer estafada.
–¿como
podemos recuperar el dinero?
–En
estafas es muy difícil recuperar el dinero. Legalmente le han dado
su dinero por propia voluntad no cuenta como robo. Si hubiese algo de
extorsión se podría tirar de ahí pero por lo que he visto es muy
listo y se ha cubierto bien las espaldas. Lo único qie podemos hacer
es pedirle que nos dé el dinero y luego públicamente contar lo que
ha pasado, así al menos podemos advertir a cualquier persona que
pueda sufrir de esta persona.
–Bueno
aún así intentare denunciarl
–Claro
inténtelo, yo solo doy my opinión.
–pero
también haremos lo que ha dicho.
10
de diciembre
Alberto
otra vez esperó en su despacho la siguiente pista que no llegó.
Decidió descansar hasta las 8. Mientras Hugo fue patrullando las
calles.
Alas
diez como en día anteriores apareció otra victima con su
correspondiente chocolatina para Alberto que fue a ver.
Por
la tarde Andrés llegó al despacho.
—¿Otro
más?
—Y
no ha sido el Gregorio, el estaba siendo vigilado. Han puesto también
en vigilancia a las personas con las que ha hemos visto que contactó
públicamente la cuenta esa de Black Noel. Ademas ha sido bloqueada.
—Puede
hacerse más cuentas.
—Pues
hay que ir bloqueando todas.
La
impresora no dejaba de imprimir.
—Vamos
a quedarnos sin tóner —dijo Andrés.
Alberto
le trajo un montón de hojas imprimidas a Andrés —toma, hoy toca
empapelar Madrid con esto. Empezamos por Sol. Tu vas hacia el norte y
yo hacia el sur.
El
cartel tenía una foto de Juan Luis Gutiérrez en el que ponía:
“El estafador de Badoo
Si se encuentra con esta persona tenga cuidado podría
ser su próxima victima.
Si ya la ha conocido y le ha estafado llame al 913812343
no eres la única. Queremos justicia”.
—Que…
directo —dijo Andrés al leerlo. —¿No puedes contratar a alguien
para esto?
—Para
eso te tengo a ti, vamos. A y enviáselo a los sabuesos de la vía,
que lo difundan por la red.
Se
pasaron toda la tarde repartiendo y luego volvieron al despacho. Al
comprobar Andrés las llamadas perdidas ya tenían una. Alberto la
llamó y se unió a la denuncia.
—el
otro día vi a Lorena.
—A
me alegro de que lo pases bien. Ya iba siendo hora.
—Tiene
una hija.
—Ostia
y eso.
—Dice
que inseminación. Pero por las fechas pues…
—¿Estas
pensando que eres el padre?
—Por
las fechas podría ser.
—Pero
ella te ha dicho que inseminación.
—Si
pero a lo mejor lo dice por que no quiere que me haga responsable.
—¿Y
que vas a hacer?
—Tendré
que hacerle una prueba de paternidad. Para quedarme tranquilo.
—No
te hagas ilusiones.
—No,
si es solo para pues eso quedarme tranquilo al saber que no es mía.
—¿Y
si fuese tuyo que harías? Ya ha dejado claro que no quiere
compartirlo.
—No
se. Hablar con ella, intentar que cambie de opinión.
—Una
mini detective por el despacho ¿no?
—Yo
no quiero tener hijos. Son un agobio. Eso da mucha ansiedad. Solo de
pensarlo me pongo malo.
Como
no habría pista seguramente a las doce Alberto y Andrés se fueron a
sus casas a descansar.
11
de diciembre
Alberto
se despertó a las 7 de la mañana y fue a Madrid donde se reunió
con Hugo.
—¿Alguna
pista?
—Nada.
—Así
no avanzamos.
A
las once otro cadáver con su chocolatina apareció y no pudieron
evitarlo como ya era habitual.
A
la tarde Andrés llegó —Ya estoy aquí, dime que hoy no reparto
más papelitos.
—No
tranquilo. Hoy vas a la casa del estafador. Se van a reunir allí
cuatro damnificadas y la tele las va a grabar. Quedate allí y vigila
al estafador. Síguelo todo el rato.
—¿En
las noticias?
—En
un programa de esos de tertulias, pero ya se está haciendo viral que
es lo que importa.
—Estoy
pensando que… bueno no se si es buen momento para exponer a
alguien… —Alberto lo miró con suficiencia. —A alguien ahora
que Black Noel… ¿Por que me miras así?
—Tu
termina de decir lo que piensas —
—Pues
eso que un asesino mata a este tipo de gente, exponer a este tío
podría hacer que lo maten.
—Exacto.
—¿Quieres
que lo maten?
—No.
Solo quiero usarlo de cebo, es el cebo perfecto. Vigilamelo todo lo
que puedas y luego iré yo. Si esto se alarga mucho le diré a Hugo
que ponga algún policía a vigilarle.
Andrés
se fue a vigilar y mientras Alberto fue a casa de Lorena.
Llamó
a la puerta y Lorena abrió.
—¿Que
haces aquí?
—Hola,
yo tambien me alegro de verte.
—¿que
quieres?
—Cenar
si no estas ocupada.
—Me
podrias haber enviado un wasapp o algo, no presentarte así sin más.
—Si
estas ocupada no pasa nada. Simplemente pues me apetecía verte y
estar un rato contigo otra vez, pero si no quieres no pasa nada.
—Estoy
con mi hija, si te quedas a cenar será los tres juntos.
—Si,
genial.
Alberto
cenó con Lorena en el gran salón de su casa, mientras su hija
jugaba con la comida.
—Ha
merendado y ahora no tiene hambre, pero tiene que comer.
Cuando
fue a por bebida Alberto aprovechó.
—Hola
preciosa que tal, vaya tienes algo en el pelo es un bicho voy a
quitártelo. —La dio un tirón y le quitó un pelo y lo guardo en
una bolsa de plástico. La niña se puso a llorar.
Alberto
intentó consolarla pero no fue hasta que volvió su madre que empezó
a calmarse.
—Que
guapa es, tiene unos ojos muy bonitos. —dijo Alberto.
—Si
son como los tuyos, de color verde.
—Que
casualidad —dijo mirándola y pensando…
<>
12
de diciembre
Alberto
durmió con Lorena hasta las tres de la mañana, después se fue a
cambiarle el turno a Andrés y vigilar al estafador. Estuvo toda la
noche en vela viendo que hacia mientras Andrés descansaba. A Las
nueve volvió Andrés para que Alberto pudiera reunirse con Hugo y
buscar la siguiente victima. Se pusieron a patrullar hasta que
Alberto fue llamado por Andrés.
—Está
aquí. Ha entrado en el portal.
—Genial
vamos para allá. —Alberto le dio la dirección a Hugo que aceleró
el coche una barbaridad para llegar lo antes posible.
—Estamos
a cinco minutos. —Dijo Hugo.
—Asegurate
de que no salga.
—¿Como?
— dijo Andrés.
—no
se. Atranca la puerta u tu mismo mantenla cerrada.
—Está
saliendo de la casa.
—síguelo,
pero con cuidado que no te vea.
—Le
estoy siguiendo.
Hugo
giró en medio de una calle con el semáforo en rojo y casi se
embisten con otro coche.
—Mierda
me ha visto, se ha puesto a correr —escuchó Alberto que decía
Andrés por el teléfono.
—No
te pongas en riesgo. Ten cuidado.
—Ya
casi lo tengo. Seguid mi ubicación.
De
pronto se cortó la llamada.
—Acelera
ostia —dijo Alberto notablemente preocupado.
Llegaron
a la zona que señalaba la localización y vieron el móvil en el
suelo. Siguieron calle abajo y encontraron el cuerpo de Andrés.
Estaba boca abajo, Alberto llegó hasta el y le dio la vuelta.
—Me
ha apuñalado —dijo Andrés saliendole sangre por la boca.
—La
ambulancia está en camino —dijo Hugo que había salido del coche y
hablaba por el móvil con otros agentes.
—Tranquilo
chaval lo has echo muy bien —
El
seguía sangrando tumbado en el suelo.
—¿Me
voy a morir?
—¿Por
un apuñalamiento? Yo ya he tenido un montón y eso no te mata, te
deja una cicatriz muy chula. Tu piensa que al cesar lo apuñalaron
como treinta veces para matarlo, no vas a ser tu menos. Que en esa
época no eran ni la mitad de sanos de lo que somos ahora.
Andrés
se rió un poco.
—Ves
te estas riendo eso es un rasguño, tu querías la baja y no sabias
como hacerlo vaya vaya.
La
ambulancia llegó y metieron dentro a Andrés.
Alberto
paró a una de las camilleras —¿Se va a poner bien no?
—No
es una herida profunda, así que si estará bien. Le vamos a llevar
al hospital de todos modos para comprobar que no ha sido dañado
ningún órgano —. Se subió a la ambulancia y se fueron quedando
Alberto y Hugo.
—Me
voy al hospital, me cuentas luego. —dijo Alberto y se fue.
Hugo
fue a ver el cadáver.
El
estafador estaba muerto, apuñalado también. Una chocolatina lo
acompañaba. Un agente le trajo un cuchillo que había sido guardado
en un bolsa de pruebas.
—lo
he encontrado en la calle en la que fue apuñalado el chico.
—Genial
a ver que huellas encontramos. Aunque ya me imagino quien saldrá en
ellas. —Hugo llamó a su superior —ya tengo un sospechoso.
Necesito una orden para poder registrar su casa y su coche. Creo que
puede ser el chaval que trabaja para Alberto. Le acaba de apuñalar
el asesino pero tiene todo pinta de un montaje. Creo que el mató al
estafador y luego nos llamó para hacer el paripé. Ha estado
fingiendo todo el rato, ha tenido acceso al estar cerca de Alberto de
la mayoría de pruebas que hemos encontrado y así se ha anticipado.
Cada vez que Black Noel aparecía el casualmente tenía el día libre
o por algún motivo no nos acompañaba en la búsqueda del asesino y
hoy es apuñalado sin ningún testigo. Además según se simpatizaba
con el asesino y sus ideas, incluso la descripción de un chico joven
y metódico encaja con el. Todos los mensajes del asesino que
exoneraban a Gregorio solo los encontró de los sabuesos cuando ya
era tarde, puede que el informara de ello tarde cuando ya no le
pudiésemos detectar. Incluso me suena que Alberto al igual que yo
deseábamos librar y justo capturamos a Gregorio y tenemos ese
respiro que necesitábamos. El lo orquestó todo, absolutamente todo.
Lo hemos tenido todo el rato en la cara y no nos hemos dado cuenta.
—el superior de Hugo que había escuchado todo desde el otro lado
de la linea, autorizó para ese registro y para hacer una detención
preventiva.
13
de diciembre
El
día anterior Alberto fue al hospital y estuvo esperando hasta que su
madre a la que había llamado avisándola apareció. A partir de ahí
ella se quedó con Andrés y el volvió a su oficina.
Estuvo
revisando las redes en el ordenador de su secretario, aunque el se
manejaba muy mal con los ordenadores y pensó que seguramente no lo
estaba haciendo bien. También revisó los grupos de los sabuesos,
ellos tampoco habían avanzado mucho. Tenían un retrato del asesino,
que se daba un aire a Gregorio. También en un mapa habían puesto
todos los asesinatos que había echo Balck Noel. Todos eran en
Madrid, eso no acotaba mucho la búsqueda.
Como
no veía avance se fue a beber a un bar. El hombre le habló de sus
problemas con sus vecinos. Que si había que cortar el jardín antes,
que si había que poner un buzón para la propaganda, que si había
que pintar, etc.
Al
día siguiente fue al hospital a ver a Andrés, ya le iban a dar el
alta, su madre decía que se lo llevaría al pueblo de vacaciones y
Alberto aceptó pero cuando estaban llegando a la puerta de salida
apareció Hugo.
–Hombre
Hugo ¿que haces aquí? –preguntó Alberto y vio que entraba con
otros dos policías.
–Lo
siento Alberto –dijo Hugo sacando unas esposas.
–¿Otra
vez?
–Andrés
Fernández quedas detenido por asesinato –dijo Hugo y empezó a
esposar a Andrés bajo la sorprendida mirada de su madre.
–A
mi ¿por que?
–Esto
es una estupidez. Por que sois tan idiotas. Como no podéis acusarme
a mi la tomáis con el. El caso es encerrar a cualquiera que no sea
poli y os ayude.
–Lo
siento Alberto.
–Sois
todos unos traidores. No sé puede confiar en vosotros.
Hugo
se alejaba con Andrés.
–hijo.
–Mamá,
yo no he hecho nada.
Alberto
respondió – No te preocupes llamaré a Lorena y estarás fuera en
un rato, esto es una tontería. Tu no dejes que te amedrenten.
Unas
horas después Lorena ya estaba en comisaria hablando con Hugo.
–soy
su abogada a partir de ahora todo lo que quieran hablar con el sera
delante de mi.
–Esta
bien.
—De
que le acusan.
–De
múltiples crímenes de asesinato.
–¿Que
pruebas tienen?
–Hoy
no ha muerto nadie te parece poca prueba. También estan sus huellas
en el cuchillo con el que se cometieron los asesinatos.
–se
ha registrado su casa?
–Lo
estamos haciendo.
–Y
han encontrado algo? El disfraz por ejemplo.
–Lo
encontraremos.
–tienen
alguna imagen o testigo que le haya identificado?
–Va
a hacer una rueda de reconocimiento con varias personas que le vieron
huir de múltiples escenarios.
–entonces
ahora mismo solo tienen una prueba y solo demuestra que le apuñalaron
y se defendió. Solo pueden tenerlo retenido veinticuatro horas, eso
es lo máximo qie tendrán.
–Nos
sobrará con eso para encerrarñe de por vida.
–Tengo
que hablar con el para saber que está bien.
Lorena
entró en la sala de interrogatorio y vio a Andrés.
–¿Como
estas?
–No
dejan de decirme que confiese y que soy un mentiroso.
–No
tienen ninguna prueba, no confieses nada. Ni si quiera hables con
ellos. Pueden solo retenerte hoy. Si no tiene pruebas mañana te
sueltan.
–Tengo
que estar aquí un día?
–Lo
siento, de momento tienes que aguantar.
–Se
lo pasará muy bien en el calabozo. –Dijo uno de los
interrogadores.
–Si
mañana cuando salga le pasa algo les haré totalmente responsables a
ustedes. –Se giró a Andrés –solo un día aguanta y no digas ni
pío, nada de nada. Si alguien habla soy yo.
–Vale.
14
de diciembre
Andrés
fue liberado como había dicho Lorena la cual esperaba junto a
Alberto y la madre de Andrés en la puerta de la comisaria.
—¿Como
estas?
—Bien.
No he dormido nada pero estoy bien.
—Venga
pues nos vamos de aquí.
—¿Te
vuelves al pueblo?
—Mi
madre se ha empeñado. De todos modos ahora me apetece estar en casa
un tiempo.
—Tendrias
que quedarte, tenemos que averiguar quien es Black Noel y así
limpiar tu nombre.
—Prefiero
alegarme de estas movidas.
—Mi
hijo se viene a casa y punto. En bastantes lios le has metido ya con
el jueguecito de detectives.
—Está
muriendo gente todos los dias y su hijo está en medio le guste o no,
irse no es la mejor idea.
—Que
si que adios.
Andrés
y su madre cogieron un autobus y fueron a la calle en la que llevaba
dias aparcado el coche, se subieron y se volvieron a Campoagrario.
15
de diciembre
Alberto
pasó el resto del sábado juntando todas las pruebas para encontrar
algo que exculpara a Andrés. Ademas de buscar alguna pista nueva que
le pudiera ayudar a encontrar a Black Noel, pero no encontró nada
nuevo. Con el ordenador no se entendía muy bien así que lo dejó
aparcado hasta otro momento. Volvió a su habitación en Alcorcon y
durmió.
Al
día siguiente al ser domingo quiso tomárselo con calma. Hizo todas
las tareas de la casa, dado que le tocaba a el limpiarla esa semana.
Comió tranquilamente y por la tarde dio un paseo por Madrid centro.
Viendo las aglomeraciones de personas circulando por todos los
rincones. Comprando, riendo, peleándose. Viendo las luces de
navidad. Solo Alberto se fijaba en la luna llena.
Después
fue a un bar a beberse unas cervezas
Allí
un hombre le habló sobre lo harto que estaba de su familia, después
se fue a cenar con su familia. Poco a poco solo quedaron los
solitarios en el bar. Alberto se fijó en una chica. Morena, joven,
de pelo un poco rizado. Vestía con vaqueros y un jersey verde. Ella
le miró y el a ella, hasta que Alberto se decidió a acercarse a la
parte de la barra en la que se encontraba ella.
—¿Has
visto las luces? —Preguntó Alberto.
—¿De
Madrid? Claro.
—Yo
hoy me he fijado más en la Luna, está llena. No es tan destacable
pero está bonita.
—También
me he fijado. Se quien eres.
—¿A
por eso me mirabas?
—Si.
El detective asesino
Alberto
hizo una mueca —prefiero que me llamen. Detective Alberto, lo otro
suena a que soy un criminal.
—Perdona.
¿Te importaría si nos hacemos un selfie?
—Ya
hacia un año por lo menos que nadie me lo pedía, pensaba que ya no
estaba en la moda.
—No,
ya hace mucho que no se te ve en las noticias —dijo la chica
mientra se hacían la foto.
—Cuando
empecé con mis casos quería ser famoso pero después de pasar a ser
lo que has dicho que me llama mucha gente, me di cuenta de que
prefiero un perfil bajo.
—Pero
saliste más veces en las noticias.
—Si
lo de la scape room, de eso hace ya años.
—Y
lo de los youtubers, ahí te conocimos los jóvenes.
—A
si eso, no pude evitar ser parte del circo mediático. En otros casos
he podido evitarlo.
—¿Como
donde?
—Pues
cuando fui a mi pueblo por ejemplo —dijo después de pensarlo un
poco.
—¿Cuando
fue eso?
—En
la época de la pandemia.
—¿Y
tienes secretaria? ¿Y compañeros?
—Si
un secretario tengo, ahora está de vacaciones.
—¿Y
tu no?
—No,
ahora estoy en un caso importante —dijo orgulloso de decir algo que
causara interes a su interlocutora.
—De
que es?
—Has
odio hablar de Black Noel?
—Si
claro, estas investigándolo?
—No
solo eso. El asesino estuvo contactando conmigo los primeros dias.
—Por
que?
—Un
día por teléfono dijo que quería que tuviesen una segunda
oportunidad de redimirse los que morirían y yo era el que podía
salvarles.
—Pues
por lo que he visto en las noticias no te salió muy bien.
—Bueno
gracias a mi se salvaron algunos, aunque menudo elementos de
personas. Después el asesino descubrió que estábamos
adelantándonos y dejó de dar pistas.
—Entonces
faltó a su palabra, si decía que te daba una oportunidad y al final
no, miente mucho.
—Ahora
se ha enfriado todo. Hace tiempo que no mata a nadie, quizás ya se
ha terminado todo. No creo que le fuese fácil matar a gente todos
los días. Pero bueno hablemos de otra cosa, ¿tienes novio?
—Eres
detective seguro que sabes la respuesta.
—Bueno
no soy Sherlock holmes pero llevamos ya un rato hablando y no le has
mencionado y hoy es sábado. Estas en un bar socializando, así que
no creo.
—Me
gusta venir a los bares a conocer gente.
—A
mi igual. El face to face. Odio la gente que está con el móvil
conociendo gente, es todo muy artificial.
—Por
foto no sabes con quien hablas, pero en persona puedes mirar a los
ojos. No hay photoshop y las respuestas no se elaboran, son no se
como decirlo, improvisadas, naturales.
—Si
eso es. Hablando de ojos los tuyos verdes son muy bonitos.
—Gracias,
los tuyos son muy feos —dijo riéndose —muy marrones.
—Si
la genética es así que le voy a hacer.
—Pero
tienes buen cuerpo, quizás un poco más delgado de la cuenta.
—Como
muy poco. Mi único vicio es la cerveza y solo es de vez en cuando
cuando vengo a un bar y me tomo un par por estar con gente.
—¿y
que tal te va en los bares?
—Siempre
es una aventura conocer gente en bares.
Siguieron
hablando hasta que el bar empezó a cerrar y salieron.
—Tienes
la casa cerca? —preguntó la chica.
—Pues
no, en Alcorcon. Pero puedo enseñarte otro sitio.
—Que
intriga.
Fueron
a la oficina de Alberto.
—La
famosa oficina del detective… Alberto.
—Bien
eso, no lo otro —decían riéndose.
Alberto
le enseñó el calendario a la chica.
—Con
esto enviaba las pistas, pero ya se acabó. La policía vigilaba cada
rincón a cinco manzanas a la redonda de aquí.
—Los
vecinos estarían contentos.
—ya
estarán acostumbrados, cada dos meses pasa algo así —decía de
broma.
—Y
donde dormimos, aquí no vamos a estar cómodos.
Alberto
sacó un colchón de un armario y lo colocó en su despacho.
—Antes
cuando empecé no tenía dinero casi ni para alquilar el local. Así
que dormía aquí y aprendí a comer poco. A veces si me da pereza
volver a casa, vuelvo a revivir esos días.
—¿Pudiendo
dormir en Alcorcon en tu propia casa?
—Mi
economía ha mejorado, pero no tanto. Solo tengo alquilada una
habitación en una casa en la que viven cuatro personas.
—Entiendo,
yo igual.
—Tu
eres joven, en tu caso es algo más normal.
—Bueno
no nos deprimamos, vamos a pasarlo bien. La chica se acercó a
Alberto y el la besó.
Pasaron
la noche juntos.
16
de diciembre
Alberto
se despertó a la mañana. Solo en su colchón en el suelo.
No
le sorprendió que la chica se fuese en la noche incomoda, aunque no
se dio cuenta de cuando se fue. Se levantó se vistió y cuando subió
las persionas se llevó la sorpresa.
En
su mesa de escritorio había ocho chocolatinas nuevas.
<> pensaba en Alberto.
Llamó
a Andrés —Acaba de estar aquí.
—Quien
el inspector idiota?
—Black
noel, dormí con el.
Andrés
desde Campoagrario miró el móvil sin entender.
—Dame
contesto que no entiendo na.
—Ayer
conocí a una chica y se vino a dormir y hoy me he despertado con
esto —Alberto puso videollamada y le enseñó las chocolatinas.
—Le
hablaste del caso?
—Si.
—A
lo mejor es una broma.
—No
lo es. Estuve todo el rato con ella, no tuvo tiempo e irse y
comprarlas para rallarme. Ella me debió haber seguido ayer, esperó
a que estuviese lo suficientemente borracho para acercarse y me
engañó para traerme aquí y así dejarme las chocolatinas.
—Bueno
lo de llevarla a tu despacho me da a mi que tu pusiste de tu parte.
—No
me dijo su nombre, no se como se me pasó.
—Llevarías
buen pedo, cuanto la contaste.
—Mucho
pero no todo. De lo tuyo no dije nada. Un momento, esto podria
demostrar tu inocencia.
—Ojalá.
—Necesito
tu ayuda.
—Yo
ya vacaciones hasta enero, aquí en el pueblo. Bueno vacaciones no,
podemos hacer algo.
—¿el
que?
—Lo
que se hacia en pandemia, teletrabajar.
—Me
parece bien, estamos ya cerca de atraparla. Mira las imágenes
grabadas de la entrada.
Andrés
desde la habitación de su casa accedió a las cuentas del ordenador
que tenía en la mesa de secretario. Miró todas las grabaciones del
día anterior y llamó a Alberto.
—No
se la ve bien. Es consciente de donde están las cámaras y ladea la
cabeza hacia abajo para que no se la vea bien.
—Bueno
pasame fotos y vídeos de lo que se vea. Ya estoy haciendo fotos a
las chocolatinas, te las paso y las imprimes. Son: un perro, una
corona, una placa, una estrella, una cruz, una bandera, una cara rara
y una pelota.
—Que
orden tienen.
Pues
estaban tiradas en la mesa sin ningún orden. Así que esta vez no
sabemos que va primero.
—Crees
que la corona…
—Pues
puede ser. Ha sido capaz de ir a ver al detective que le buscaba y
dejarle pistas sin que se de cuenta, es capaz de hacer cualquier
cosa.
Alberto
llamó a la policía.
—Hombre
el detective. Ya te has dado cuenta de que tu secretario es culpable
o sigues en la inopia.
—Hola
Hugo. La verdad es que preferiría no volver a hablar con un inepto
como tu nunca más, pero las circunstancias me obligan a compartiros
esta información.
—Otra
chocolatina?
—Otras,
las ocho que faltan. Y se quien es Black Noel.
—Quien
crees que es.
—La
chica que me las entregó.
—Como
se llama, la tienes allí?
—Se
escapó, no se su nombre. Solo tengo unas fotos cuando llegó a su
despacho.
—No
te parece muy casual que aparezca alguien que te de más pistas ahora
que tu secretario se ha ido a su pueblo? Podría haberla contratado
el solo para usarla de cortina de humo. Seguramente no esté en su
pueblo y esté rondando por aquí para matar pronto.
—Si,
pero no. Hablé con ella, estoy seguro de que es ella.
—Podría
decir lo mismo de tu secretario.
—Dijeron
lo mismo de mi hace años otro inspector, supuestamente amigo mio.
Suerte tiene de tener trabajo ahora. Te enviaré las fotos de todo —
Alberto colgó a Hugo.
A
las cuatro de la tarde una nueva muerte llegó. La iglesia de San
Jerónimo el Real que queda cercana al retiro explotó. El edificio
no se derrumbó pero provocó un gran incendio, no seria hasta la
noche que lo conseguirían apagar y encontrar a Pedro J. R. muerto.
Pedro
era un cura que se había librado de una condena por abusar de niños
al decir que el crimen ya había prescrito.
<>
—Te
puedo poner en videollamada con Andrés, el sigue en Campoagrario. Y
esto lo ha echo ella, la chocolatina que era una cruz era esto.
—Puede
que sean los dos.
—Dios
de mi vida —dijo maldiciendo Alberto mientras volvía a casa.
17
de diciembre
Alberto
despertó en su habitación alquilada en Alcorcon. Había dormido de
más pero después de haber dormido en el despacho necesitaba un buen
descanso en una buena cama.
Se
preparó la comida y llamó a su madre.
—aee
¿Cuando vienes?
—No
se hay una asesina en la ciudad y solo yo puedo detenerla.
—Deja
de decir idioteces, siempre metiéndote en líos. Más te vale venir
en noche buena.
—No
puedo dejar esto a medias, pero en cuanto termine voy. Aunque podrías
venir tu.
—A
la ciudad andaanda. Estoy ya muy mayor para ir a Villanueba y me
dices que vaya a Madrid, no tienes cabeza.
—Andrés
está allí ya.
—ae
Ya lo sé. ¿Y como va lo de la asesina esa?
—Me
trae pistas.
—¿a
ti?
—Si.
Pero no te preocupes, no quiere matarme. Estoy totalmente seguro. La
gente que mata son criminales.
—Entonces
dejala en paz y ven a casa. Ya la cogerá la policía.
—No
se la cosa está difícil. Ademas si no la cogen podrían acusar a
Andrés de todo y sería culpa mia por tenerle de secretario y estar
en medio de todo.
—Bueno
tu ten cuidado y abrigate.
—Ae.
Alberto
creía saber adonde iría Black Noel. Un jugador de fútbol Marco
Crenio fue acusado de evadir impuestos hace años. Hace unos meses
fue absuelto al llegar a un acuerdo del que no se supieron los
términos. Pero a partir de ahí la opinión publica le tiene como
ladrón.
Alberto
sabía que estaría ese día en un acto de presentación de su nueva
colonia en pleno centro de Madrid en la plaza de callao.
Cuando
llegó despues de su viaje en transporte publico por uno de los
trenes adornado de la navidad se encontró con una amalgama enorme de
gente que había ido a ver a su ídolo del fútbol, a dar un paseo
por Madrid, a curiosear que ocurrria en el centro y a ver si se
llevaban alguna muestra gratis. Habian montado en el centro de la
plaza una plataforma con la imagen de la colonia y un escenario por
el que pasaban los influencers a hacerse fotos. Parecía más el
estreno de una película que una simple colonia.
También
divisó que había mucha más policia de la que suele haber en un
evento así y se acercó a un guardia a preguntar.
—Por
que hay tanta policia.
—Protección
—dijo sin dar importancia.
—¿Está
aquí el inspector Hugo?
—Justo
arriba —dijo señalando el mirador del edificio de el corte ingles.
Hugo
tambien habia llegado a la misma conclusión que Alberto y habia
montado un operativo enorme en callao. Todo estaba lleno de agentes,
agentes de paisano y grupos de operaciones.
Alberto
no esperó más y empezó a buscar a la chica. Habia mucha gente y el
tiempo se acababa ya eran casi las cinco. Mientras Marco Gremio
empezó a dar un discurso sobre la colonia y sobre el fútbol.
Alberto
empezó a escuchar un móvil. Tocó en su bolsillo y allí habia uno.
Lo descolgó.
—Como
tu por aquí detective.
—Me
diste la pista y aquí estoy.
—Pero
no lo impides. Es más importante para ti atraparme que salvar la
vida de ese hombre.
—Si
puede ser haría las dos cosas.
—A
lo mejor es que estas más de acuerdo en lo que hago de lo que
quieres reconocer. He visto tu vida, seguro que me entiendes.
—Claro
que te entiendo pero no lo comparto. Matar es la ultima linea
inviolable.
—Solo
por que es ilegal. Lo legal y lo ilegal no es importante, esos
políticos las cambian para su beneficio.
—Es
una regla inviolable para la moralidad de cada persona. —Alberto
seguía caminando entre el gentío mirando a todos los que estaban
mirando al escenario. Fijándose en quien hablaba por el móvil o
llevaba unos cascos puestos.
—todas
las personas que he matado demostraron no tener moral, no tiene
sentido que yo la tenga y que ellos se aprovechen. Hay que eliminar
la mala hierba, es así de simple. Sin sentimientos ni malos ni
buenos.
—¿Por
que viniste a verme?
—Tenía
curiosidad por conocerte, no te mentia, soy fan. Ademas queria que
supieses quien soy antes de todo.
Alberto
ya la vio. Era un señor con un gorro de navidad, unas gafas y una
barba falsa. A su lado un hombre se estaba quitando el abrigo y
debajo tenía puesto el traje de Black Noel. La chica le miró a los
ojos a Alberto. Alberto reconoció sus ojos.
Ella
y el Black Noel alzaron su brazo derecho, en la mano de ella había
una pistola, en la del Black Noel nada. Ella disparó a Marco.
Todo
el mundo se puso a gritar y a salir corriendo de la zona.
El
hombre disfrazado de black Noel fue disparado en la cabeza y callo al
suelo. La chica se movió rápido y se perdió en la multitud.
Alberto
seguía buscándola pero ya no daba con ella.
Un
rato después se acordono la zona y Alberto y Hugo se reunieron ante
el cadáver del Black Noel.
–
Lo ves usa gente – dijo Hugo.
–
si la chica los usa. No Andrés. Ella estaba ahí al lado de este
títere.
–
Los testigos hablan de un hombre, no una mujer.
–
Usa maquillaje.
–
Que use a más gente no es bueno.
–
que vas a hacer.
– Ya no se
puede considerar un asesino en serie. A partir de
ahora son terroristas.
–
solo tenemos ya una semana.
–
y va a ser demencial, esto está escalando. Podría ser tu chica,
Andrés y más gente. Y las chocolatinas que quedan… no se que
pensar.
–
la placa dices.
–
si la placa, la corona y el perro.
–
alguien de la policía, alguien de la realeza y supongo que…
–
si, el presidente, todos piensan igual.
18
de diciembre
Alberto
no tenía pistas sobre la próxima victima de Black Noel. Tampoco
tenía pistas de la mujer que se escondía detrás del disfraz.
Estaba
solo en su oficina y sabía que a las seis caería alguien más.
De
las pistas sabia que la bandera, era la valenciana y suponía que su
objetivo sería el presidente por una mala actuación frente a la
Dana. Pero estaba en Valencia y al día siguiente iría a Madrid. Así
que estaba claro cual era el objetivo del día siguiente. La estrella
de cinco puntas podía ser un símbolo demoníaco, podría ser que
fuese al líder de una secta. Aunque también esa estrella encargaba
con la navidad, muchos arboles de navidad solían tener una estrella
en la cúspide. La cara era la de un personaje de una película “v”
era común entre los hackers. Había muchas noticias de ataques
ciberneticos, pero no había ningún culpable en concreto. El perro
ya era evidente que era por el presidente, y la corona por la
realeza. El rey emérito era el que se llevaba todo el odio del gran
público pero no estaba en España que se supiese.
Cuando
dieron las seis de la tarde Alberto lo pudo escuchar en la radio.
Había explotado un edificio en el que había empresas de las que se
sospechaba que eran redes de estafas ciberneticas.
Alberto
fue a la mesa de su secretario y vio que ya había recibido los
resultados del ADN en los que sabría si la hija de Lorena seria su
hija o no. Era un sobre grande fino marrón.
Antes
de abrirlo Alberto quiso pensarlo.
<<Si
es que no, pues no pasa nada. Tampoco es que me importe, pero soy tan
curioso que simplemente quiero saberlo. Si es que si. No se, lo ideal
sería por fin tener una familia. Una mujer que me quiera y una hija,
simplemente seria fantástico. Pero si ella no me ha dicho que soy el
padre pues no creo que quisiera ser ese tipo de familia. Tendría que
denunciarla para conseguir una custodia compartida. No tendría una
familia de ensueño pero al menos ya tendría una hija.>>
Alberto
abrió el sobre que contenía la respuesta y lo leyó.
<<Lo
sabía>>
Alberto
se sentó en su despacho y se quedó allí quieto un buen rato.
Después salio a la calle y se metió en el bar mas cercano que
encontró. Estuvo allí bebiendo cerveza.
No
hablaba con nadie, solo bebía y pensaba.
<<Pues
ya está mi ultima oportunidad de hacer algo normal se esfumó. Por
un momento creí que yo podría ser feliz, pero así es mi vida.
Mientras los demás viven felices sus vidas mundanas yo tengo que
estar abandonado como un perro.>>
Llamó
a Lorena pero ella no se lo cogió. Ella le escribió diciendo que si
no era importante que no insistiera.
Acabó
tan borracho que le obligaron a irse. Después se quedo a dormir en
un banco en medio de la calle. Al despertar no tenía ni su cartera
ni las deportivas.
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