DE LOS PESARES: UN JARDÍN

DE LOS PESARES: UN JARDÍN

Diana Glez

11/03/2021

Estoy ensimismada, ha llegado el conticinio,

la noche me ha obsequiado el pensamiento, 

un aislamiento que hace a mi cuerpo repetirse, 

añadirse pequeños fragmentos que no se muestran durante el día: 

¿Qué hay que hacer cuando la soledad te absorta a cierta hora?

.

Me rasco los pesares y caen como costras que me hacen estornudar; 

acto seguido mis pulmones disparan un suspiro 

que a mis entrañas hace desinflar,

el cuarto se llena de aire, un olor parecido a tierra mojada,

es que de mis sentimientos puedo sembrar un jardín,

cada palabrita de mi cerebro cae como semillas; y de mis ojos la lluvia.

.

Cada gota tan dispersa me da besos en las penas ya convexas,

y todas ellas se sucumben: en su centro más profundo brota una flor, 

ellas ya no conocen de contaminación.

.

Incontables veces me guardé el diluvio por las madrugadas, 

es que una inundación en el cuarto mi mente imaginaba.

Quién diría que con tanta agua en mi cuerpo atestada,

mis propia floresta yo creara.

.

La noche me mostró mi reflejo,

toda la vegetación seca aclamaba mi viento,

auscultar más allá del sonido visceral,

escucharme en el silencio,

para que mis sentimientos pudieran

prosear.

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