Capítulo 1
Tic, tac, tic, tac
El reloj mueve con lentitud sus manecillas, quedan 20 minutos para que mi turno acabe y mi compañero aún no aparece.
Tamborileo los dedos al ritmo del reloj mientras observo la ciudad que se ha cubierto de niebla tras la lluvia. Odio quedarme en la tienda por las noches, no es la primera vez que Kyle llega tarde, pero es mi mejor amigo y sé que va a llevarme a casa cuando llegue — lo que me da la excusa perfecta para que me deje conducir su motocicleta—, aunque mamá no lo apruebe.
Comienzo a sentirme inquieta, no me gusta la forma en que las luces de afuera parpadean — como desearía no haber visto «i know what you did last summer». Hay demasiado silencio para mi gusto.
En cualquier momento podría entrar el hombre del gancho por la puerta de atrás, nadie sabría quién me mató y mi fantasma estaría condenado a vagar por las estanterías de comestibles pensando en lo mucho que me gustaban cuando estaba viva…oh dios, oh dios. Me repito la lista de pendientes para distraerme
«Comprar café, llevar la ropa a la tintorería, alimentar al gato…que es del vecino, pero no importa, duerme con nosotros…el gato, no el vecino»
Esto no está funcionando, voy a llamarlo, si el hombre del garfio viene a por mí espero que se quede en su conciencia.
— Sophie—dice Kyle entrecortadamente, su respiración es ruidosa—¿aún estás en la tienda?
—Sip ¿Qué hay de ti? ¿ya vienes? — escucho un rugido al otro lado de la línea—¿Kyle? —mi amigo suelta un quejido—¿Kyle estás bien? ¿Qué sucede? — No hay respuesta, algo más se rompe y la llamada se corta.
Marco de nuevo, pero me manda directo al buzón; los minutos pasan llamo varias veces sin conseguir respuesta ¿en qué demonios se habrá metido esta vez? Los últimos meses ha estado actuando extraño, he intentado convencerme de que solo está nervioso por las admisiones en la universidad, en fin, otra cosa para la lista de pendientes: hablar con Kyle.
Doy un respingo al escuchar la campanilla que avisa la entrada de nuevos clientes.
—Bienvenidos— farfullo sin alzar la vista, la voz de los clientes me devuelve a la realidad; les oigo en el pasillo de los comestibles.
— Shade, lo mejor es que dejemos la ciudad, Yuju no está aquí. Además, este lugar es territorio de los cazadores.
— ¿Cazadores? ¿Los has visto?
— Sí, estoy seguro de que tienen un clan en esta ciudad.
— No creerás…que atraparon a…Yuju
— ¡No! Yuju es increíblemente astuta, es imposible.
Intento ponerle pies y cabeza a lo que he escuchado ¿Cazadores? Hartford tiene un bosque muy pequeño, además la caza está totalmente prohibida, seguramente son chavales hablando sobre videojuegos, además ¿Qué clase de nombre es Shade? Oigo los pasos y las voces acercarse—Si vamos a dejar la ciudad, necesitaremos provisiones.
Diez paquetes de ramen picante y dos cajetillas de cigarros se deslizan sobre el mostrador. Nunca me he caracterizado por ser discreta, así que alzo la vista para para preguntarles sobre el tema de los cazadores…tengo que morderme la lengua para no gritar al verles el rostro: Son dos chicos de facciones perfectas y ojos dorados rodeados por un halo negro…y yo pensando en el hombre del gancho cuando hay cosas mucho peores.
—D-demonios —farfullo, trago ruidosamente y me apresuro a cobrar, puedo sentir su mirada clavada en mí— S-son 18 dólares—balbuceo poniendo las cosas en una bolsa, mis manos tiemblan. Uno de ellos deja caer un arrugado billete de cinco dólares, tiemblo al ver sangre seca en sus nudillos.
«Mantén la calma Sophie, mantén la calma» me repito una y otra vez
— Es lo que hay, lo tomas o lo dejas—. Abro la boca lista para protestar, pero me lo replanteo al verle limpiar la sangre seca de sus nudillos con despreocupación…pésima idea, cojo el billete rápidamente y les entrego sus cosas.
— Bien hecho—. El chico coge la bolsa, casi puedo sentir el aire regresar a mis pulmones…por fin van a marcharse, pero el otro chico tiene la mirada fija en la caja registradora— Shade—susurra, haciendo ademán a la caja
— Provisiones—Siento sus ojos sobre mí y retrocedo automáticamente.
«¿Quieren llevarse el dinero de la caja? ¡Adelante! ¡Al diablo mi empleo! Solo lárguense…» pienso
Estoy enfadada, pero mi intuición me dice que he hecho bien en no lidiar con estos mastodontes además no dejo de temblar.
Me permito observar detalladamente a los extraños para cuando la policía me pida declaraciones: llevan la ropa hecha jirones, uno de ellos tiene una herida en la mejilla…probablemente sean fugitivos. El chico con el corte en la mejilla me pilla observándoles y me reta con la mirada—a pesar de la belleza de sus facciones, su mirada es cruel— aunque estoy aterrorizada no consigo apartar la vista. —Shade— dice al otro chico que está muy entretenido llenando la bolsa con billetes; el chico señala mi gafete—Cromwell—. Dice en voz alta, no me gusta nada en el tono que lo dice…
— ¿P-perdona? — digo frunciendo el ceño
— Escuche ese nombre en el frente de batalla, los rebeldes la buscan— ¡¿Qué cosa?! ¿Frente de batalla? ¿acaso no estaban hablando de videojuegos? No definitivamente no, estos tipos ni siquiera parecen humanos…Tengo que salir de aquí, comienzo a retroceder de a poco, pero uno de ellos me toma por la cintura.
—¿A dónde crees que vas preciosa? Tú te vienes con nosotros—susurra en mi oído, forcejeo para zafarme de su agarre, pero él clava sus dedos en mis costillas dejándome sin aire —¡Suéltame! ¿Esto es una especie de broma? ¡Bájame! —chillo; el muchacho afianza su agarre y tira de mí, busco algo con que defenderme, pero es imposible, él tiene demasiada fuerza.
—¡Apresúrate Shade! ¡Tenemos que irnos ahora! —. De repente la campanilla de la clientela suena
— ¡Sophie! — Es Kyle
—Miren lo que trajo el gato…— dice uno de los fugitivos. Reparo en mi amigo ¡Menuda paliza le han dado! Tiene la mejilla inflamada y un largo tajo en el brazo; veo a Kyle apretar la quijada.
—¡Maldita sea, le deje muy claro a su amiga que no los quería en mi territorio! — dice con voz grave ¿Acaso él los conoce? Busco la mirada de Kyle esperando algún tipo de respuesta, pero él me ignora.
— ¿Qué sabes de Yuju? Maldito Cazador, te juro que si le hiciste daño… — puedo sentir la rabia en la voz del otro chico.
— Primero suéltala— Él chico obedece y caigo de bruces, me alejo a gatas lo más que puedo— ¿Te han hecho daño? ¿estás herida? – Kyle me pasa una mano por la cintura y me ayuda a ponerme en pie; tengo el cerebro embotado así que solo consigo balbucear— ¿Q-que está pasando Kyle? ¿Los conoces?
— Más de lo que quisiera, Sophie…
—¿¡De qué hablas?! Vámonos, por favor…no dejes que me lleven— siento el corazón estrujarse en mi pecho. —Tranquila, no voy a dejar que te hagan daño— susurra, Kyle acunando mi rostro.
—¡No! ¡Tenemos que llamar a la policía! Kyle, por favor…tengo miedo— apenas y pienso en lo que digo, pero tengo el presentimiento que fueron ellos quienes lo golpearon— Kyle…
— ¿Confías en mí? — ¡Le confiaría mi vida!, pero todo es tan confuso y hay tan pocas respuestas…abro y cierro la boca varias veces buscando las palabras adecuadas. No puedo, esta vez no puedo hacerlo…— Te llevaré a casa, lo prometo…espérame afuera.
Acepto a regañadientes, camino lentamente hacia la salida y le doy una última mirada a Kyle quien me sonríe. Tengo la cabeza hecha un lío, apenas y puedo respirar ¡joder! Debería irme, debería correr…, pero si algo le llegara a pasar a Kyle, si él…no podría vivir con ello, simplemente no podría.
No pasa mucho tiempo cuando oigo la puerta abrirse, es el chico con la herida en la mejilla
—¿Q-que pasa? — retrocedo instintivamente
—Al parecer tengo que vigilarte—bufa, parece molesto así que me alejo todo lo que puedo de él, este no tarda en volver a hablar —No tienes idea de quién eres ¿no es así? —. Aprieto los labios ¿Debería…? Veo sus ojos de nuevo y me recuerdo que sea lo que sea, este chico no es humano.
—¿Qué? ¿te comió la lengua el gato?
—¿Qué demonios eres? —susurro, le doy una mirada fugaz y él sonríe—¿Curiosa eh? ya lo dijiste linda…Dharmoon, para ser preciso, los demonios son demasiado corrientes—dice con una sonrisa que me pone la piel de gallina, ni siquiera puedo tacharlo de loco, sé que me está diciendo la verdad.
Se escuchan gritos en la tienda—¡Kyle! —. Intento acercarme, pero el chico me aparta de un tirón, antes de que él pueda hacer algo más, cae al suelo y unas manos me alzan por la cintura
—Vamos Soph, tenemos que correr—bufa Kyle, sé que no hay tiempo para explicaciones, así que me aferro a Kyle y corro lo más rápido que puedo. Nos alejamos de las calles hasta llegar al viejo depósito de agua.
—¿Qué hacemos aquí? ¡Kyle necesitamos ayuda!
—No hay mejor lugar que este, no nos queda mucho tiempo, tengo que ponerte a salvo
—¡Por favor! ¡Dime que sucede! —ruego, pero Kyle parece ido, no se parece en nada al chico que conozco—Ten—desliza en mi mano su anillo—Ellos te pondrán a salvo.
—¡Kyle! — él da un respingo y parece volver en sí—¿Qué sucede? ¿Qué es lo que quieren de nosotros? —Acuno su rostro en mis manos—Confía en mí Kyle, necesito saber qué es lo que pasa.
—Tienes que prometerme algo Sophie—dice poniéndose serio, aprieta mis manos en las suyas—Prométeme, que pase lo que pase, no volverás por mí.
— ¡De ninguna manera! —él me toma por lo hombros y me empuja para que suba por la escalera del depósito —Por favor, no lo hagas…no quiero perderte—gimoteo, me resisto todo lo que puedo— ¡Kyle!
— ¡Sube ahora! ¡Joder! — Se escuchan pasos, más bien algo parecido a una jauría de animales salvajes; ambos sabemos que no hay ningún animal en este lugar. —¡Ahora Sophie! —trepo tan rápido como puedo, el óxido de la escalera se pega en mis manos y la escalera rechina bajo mi peso. Mi corazón late tan fuerte que temo que puedan escucharlo.
— ¡Busca a la chica! ¡Yo me encargo del cazador! — consigo vislumbrar dos siluetas en la oscuridad, esta vez consigo distinguir sus ojos dorados. Todo se queda en silencio, aprieto el anillo en mi mano. Los bufidos y el choque de metal contra metal llenan el silencio ¡Joder! ¿¡en que nos hemos metido?! No puedo respirar y una sensación helada se instala en mi pecho. Un grito agudo me perfora los oídos y hace que me doble de dolor, otro grito…esta vez es Kyle.
De repente una oleada de dolor me recorre todo el cuerpo, es como un frío que se expande por mis huesos y me deja inmóvil, jadeo, presa del pánico y el dolor, mi cuerpo no me obedece ¿¡Qué me está pasando?! ¡Duele! ¡Duele demasiado!, es como si todos mis huesos se astillaran y mi corazón luchará por salir de mi pecho. Los gritos me queman la garganta y solo puedo ver a la luna fría y serena.
— ¡Kyle! — chillo, presa del pánico, tiemblo al escuchar la escalera rechinar de nuevo ¡No puedo moverme! ¡No puedo huir! —La maldición…—es él chico, ha venido por mí. Me sacudo violentamente pero no puedo quitar la mirada de la luna, mi cuerpo no me lo permite. Un grito agonizante rasga el aire… ¡es Kyle!
—N-no— Lucho con todas mis fuerzas contra lo que me mantiene inmóvil y consigo arrastrarme hasta la orilla del depósito. Mi amigo yace en el suelo pálido como el mármol y la sangre sale a borbotones de su costado—¡NO! —chillo—¡NO!—. Mi garganta quema por la fuerza de mis gritos, él no se mueve, no respira. Unos brazos me alzan por la cintura y me alejan del borde del depósito. —¡Suéltame! —Las lágrimas me empañan la vista.
Mi amigo…él está…él…
El dolor se transforma en un frío atroz que llena mi pecho como si intentaran arrancarme el alma. Oigo voces, veo chispas…todo mi mundo se tiñe en dorado y negro como llamas infernales.
«Siete lunas…los lamentos de un alma inocente…ojos oscuros que brillan y queman»
El cableado de las lámparas explota en una lluvia de chispas que se desliza hasta los árboles, como si tuvieran vida propia…enormes llamas que devoran todo a su paso.
«Oro cubre la noche…Destruye, mata, odia…levanta tus cenizas del fuego oscuro al que perteneces. Alma inocente, alma oscura»
Las lágrimas se deslizan por mi rostro y las llamas me envuelven, más no me queman…se siente como una ligera brisa. Poco a poco, todo se disuelve como polvo…mis recuerdos…quien soy.
«Levanta tus cenizas…del fuego oscuro al que perteneces»
— Has vuelto a casa, niña de luna…
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