Nota de la autora

¿Qué pasa cuando quieres escribir algo sin valor?

Mi mente vuela, sacando los pensamientos más oscuros, pecaminosos, insólitos y desgarradores. La tendencia natural sería su canalización y redirección. Tomar estos pensamientos para darles un correcto curso. Uno que ambicione trasmitir un mensaje, que te invite a la cavilación o que llene el corazón del lector con determinado sentimiento. Pero… ¿y si mi cuerpo pide que estos pensamientos sean expulsados y tatuados sin ser censurados?

Escribir algo que sabrás que no tiene valor, que no tiene futuro, que no tiene razón… ¡Me lo prohíbo! Considero que no deseo perder tiempo en ello, dejar plasmado en el papel letras que no comparto, solo por dejar un desahogo en mi cuerpo, suena inaudito, pero… ¿Es erróneo? ¿Debería continuar conteniéndome?

Sé que no todos los autores lo hacen. Hay novelas eróticas que son prueba de ello. Ni siquiera tendría que apostar por ese género, podría hablar de los autores que se dejan llevar por el momento, por sus más profundos deseos y se pierden por el camino. Se conceden el placer, el privilegio y el egoísmo de echar a perder una trama por una conveniencia de guion. ¿Podría culparlos? No debería. Han destrozado libros mas han satisfecho sus más profundos sentidos.

No solo hablo de libros, también de películas, series. ¡Oh Señor, perdóname por esta incertidumbre, por este lapso de indecisión! Tal vez si gozase de más tiempo, podría darme el privilegio de divagar entre las letras sin el pensamiento de si merece la pena ser escrita esa bazofia.

MiRAVEN

Soy una escritora en potencia que no le gusta ponerse límites. He escrito un poco de todo: terror, fantasía, romance, cuentos…

Estoy pasando por otro tipo de faceta, un experimento que deseo llevar hasta las últimas consecuencias. Algo primitivo, poco sutil e irreflexivo. También romántico, tentativo, pasional y vibrante.

Y ahora tengo tiempo para poder escribirlo sin temor a caer en el error, espero lo disfruten =)

** ADVERTENCIA

Desde ya anuncio que esta historia tiene escenas fuertes que no son aptas para todo el público y que se tratan temas controversiales y delicados. Bajo aviso no hay traidor, si decides continuar con la lectura que sea bajo tu propia responsabilidad y madurez.

Prólogo


Mi padre estaba debilitado, los años pasaban para todos, incluso para un Capo de la Mafia. Huir de Rusia era la prueba más tangible de ello.

Con el paso de los días me iba haciendo consciente de nuestra situación. No solo habíamos abandonado el único lugar que conocía como hogar, sino que habíamos sido traicionados por la persona que menos esperamos, estábamos en problemas.

Residíamos en Nueva York, bueno, nos escondíamos en Nueva York. Madox, el Consigliere, el protegido de mi padre y el que le había arrebatado su puesto, nos buscaba. Acabar con nosotros era la última tarea pendiente para reestablecer el control en la Mafia Rusa, para convertirse en su Capo.

Madox era unos años mayor que yo, huérfano y con un carácter complicado, pero desde que mi padre lo recogió, lo había admirado y querido como a un hermano. Aún así nos había fallado.

¡Qué fácil resulta la traición cuando se tiene tanto por ganar! Me pregunto si Madox alguna vez contempló la idea de que mi padre lo nombraría su sucesor llegado el momento. Madox tendía a ser cruel, ruin, pero jamás creí que intentaría quitarnos de en medio, no a nosotros, no a su familia.

Sí, aunque hoy no lo parezca, mi padre había ocupado el puesto más importante en Rusia. Se le consideraba un hombre respetado, sanguinario y sin escrúpulos, puede que a raíz de la muerte de mi madre se ablandara, mas…

Él decía tener un plan, decía que recuperaríamos nuestra gloria, que castigaría a nuestros enemigos, que masacraría a cada judas que había osado desafiarnos y que nadie volvería a replantearse sus lealtades.


Necio


—Deberías dejar de beber —le dije a mi padre cuando se sirvió la tercera copa de wisky de la tarde.

Se había llevado todo el día metido en el despacho, detrás de un ordenador y solo tomando descansos para rellenar su bebida. Yo le había hecho compañía sentada lo más lejos posible, con la mirada fija en un blog de dibujos y con un lápiz entre mis dedos, que daba vueltas lentamente y sin cesar. Estaba segura de que aquello me daba un aire de intelectual porque más de alguno de nuestros viejos conocidos me lo había hecho saber. Hacía años que no conseguía sacar un solo cuadro, sin embargo, a los ojos de mi padre, aún me permitía fingir estar meditando sobre qué merecía la pena ser pintado.

—Hablas como si estuviera borracho —protestó el hombre dando pasos dubitativos, simulando perder el equilibrio con una sonrisa socarrona en la cara.

Sonreí, las cosas no estaban bien, pero él aún conservaba su humor intacto. Era alentador, conmovedor incluso.

—Hoy viene alguien importante —comentó tomando asiento y dejando la copa sobre la mesita a su lado. No contenía su característica sonrisa triunfadora, como si todo fuera según lo esperado, como si su conflicto estuviera a punto de resolverse. No estaba segura de poder compartir su entusiasmo, para mí esto aún se parecía a la lotería: compras un billete y depositas tus ilusiones en él, con la esperanza de que algo caiga.

Arqueé las cejas, escéptica, solté el lápiz y me aproximé con tranquilidad hasta él, mis tacones sonando contra el mármol.

—Define importante —pedí, intentando no sonar muy interesada. La mirada de mi padre no tardó en desvelarme que había fallado estrepitosamente en mi intento y mordí mi labio inferior con vergüenza, pero mantuve la mirada.

—Arawn.

Sentí el rubor teñir en mis mejillas y cómo una de las comisuras de mi labios se elevaba. Aparté la mirada al sentirme vulnerable, mi padre podría notar el efecto que dicho hombre causaba en mí. Miré las paredes del despacho, aparentando cavilar su respuesta.

—Muy importante —comenté tras un breve asentimiento. Debía recuperar el control de mis sentidos. Me paseé distraída por la habitación, tocando con la punta mis dedos los únicos libros que había en toda la casa. Mi padre rio, provocando que mi pudor aumentara—. ¡Basta! —supliqué.

Sabía algo. ¿Qué? No me atrevería a preguntarle, así que me serví una copa de wisky.

—Voy a pedirle apoyo —explicó tomando nuevamente su copa—. Con su ayuda, recuperaremos lo que hemos perdido.

Negué y suspiré, mi padre hablaba de recuperar cosas que ya ni estaban a nuestro alcance. Arawn, por muy buen mafioso que fuese, estaba bajo las normas de su hermano Rebel, el Capo de las Vegas, y nunca haría nada en su contra o sin su consentimiento.

—No hay nada que tú puedas ofrecerle —comenté con pesar, lamentando ser yo quien le abriera los ojos—. Puedes pedirle protección, pero poco más —afirmé, considerando si Arawn aceptaría tal favor. Una vez habíamos sido cercanos, ello podría influir en sus decisiones con suerte.

—¡¿Protección?! —espetó molesto, llevándose la copa a los labios con rabia, al tiempo que negaba con la cabeza—. Tengo mi prestigio, mi posición, estaré debilitado, pero no muerto.

Suspiré, rodando los ojos sin ser vista. No había tomado un correcto enfoque, lo estaba ofendiendo y eso era lo último que pretendía. Tomé un largo sorbo y me acerqué nuevamente.

Estaba desparramado en el sofá, con los ojos llenos de ira por mis palabras. La mano que rodeaba la copa permanecía en tensión y sus labios formaban una fea mueca. Me hinqué y dejé mi copa en el suelo.

—Papá, —dije, tomando su mano libre y buscando su mirada— debes aceptarlo, no vamos a volver a Rusia. Necesitamos un lugar seguro —expliqué con temor—. Arawn no es un santo y tú no eres un necio.

—Lo que voy a ofrecerle, no podrá negármelo.

Sonreí con pesar, luego asentí. Era un hombre terco, no merecía la pena discutir. Acaricié su mano resignada, no hay peor sordo que el que no quiere escuchar. Bien, dejaría que Arawn rechazara su oferta, luego veríamos qué hacer.

¿Quieres que continúe?

Se agradecen un montón las reseñas, los comentarios y los likes. Es la forma en que la autora puede saber que esto merece la pena, que le gusta a la gente y que la anima cuando tiene una racha regulera, donde no prioriza subir capítulo sobre otras labores de su vida cotidiana. GRACIAS.

Un beso a todos.

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