“EL MODERNO QUIJOTE”

Para Majo, mi dulcinea jacobina:

Pasaron las lluvias

de madrugadas agrías eran cargadas
a veces eran tan ácidas que el resto eran saladas
crujía el mundo cuando las manecillas
eran cómplices y amantes a la vez
Un día como hoy subasté mi alma al manzano
cuyas raíces póstumamente encontré
en las deidades del más afrodisíaco páramo.

No importó nada más
sentirla entre mis brazos
compartir el mismo aire
Y así infinitamente retar al oráculo
Su voz en mi era como un barco
Un barco, al rescate, tras renacer una y otra vez en náufrago
El atardecer de su mirada atentaba
Contra las sombras vivas de su propio encanto
Su simple y tan complejo existir expiaban mis pecados
Pícara alba nos esperaba en los Jardines Colgantes
Como si bajo el cielo roto, nuestra velada se ahumase
¡Y tomara forma cruda al condensarse, así así se amase!
Así se ve el amor
Compuesto de níspero y muérdago
En sus cumbres canta el pastor
En sus abismos pasta el cantor
Es una constante búsqueda por el limbo
Respuesta al tácito “me quiso”

Quizá ahora reste platicar con el flemático y dotado aviador
Cuando el sol se apague
Cuando los vientos falten
Cuando las mareas se ahoguen
y Dios te falle
Ahí… ahí ….solo ahí… será dedicada esta carta de amor …
…Solo ahí te quedarás con mi dulce austero y rimbombante corazón.