En la vida siempre están los que buscan excusas para no avanzar y los que queriendo buscarlas nos empujaron de golpe a la realidad y nos vemos obligados a dejar de lado las justificaciones absurdas, para dar cara a la vida y no parar de andar.

Nosotros los caídos vemos mejor desde el suelo, el dolor es la llave a una visión ilimitada de lo que corresponde a lo que muchos llaman “prójimo”, se abre las compuertas de todo sentimiento reprimido que maneja la indiferencia y de lejos reconoces como propio el dolor ajeno.

No puedes parar de sentir tu propio drama, pero algo dentro de ti siente compasión por el de otros, eso al parecer forma parte de ser humanos. Debería el orden correcto ser, que mientras más feliz y completo me sientas más aportes al alma de aquellos para los cuales la vida se les torno gris y sin sentido, ¡¡!absurdo!! Nadie en su más grande resplandor puede mirar al suelo, se hacen ciegos al sufrir de otros y se inventan excusas para hacer sentir al mundo que su vida realmente es sufrida, cuando de dolor y sufrimiento poco conocen.

En este punto de tan grande abismo logre entender del porque Dios a algunos les da sufrimiento y dolor y a otros a simple vista da comodidad y alegría. Los que lloran tienen más razones para vivir, la fuerza les corre por las venas, su debilidad es la que les motiva a querer salir del hoyo, ayudar a otros es una necesidad no un espectáculo, si se les habla de sufrir entenderán sin juzgar y ayudaran sin cobrar; pero la comodidad enceguece, les aleja de la realidad, y son tan frágiles que el mas mínimo cambio les puede generar toda una tormenta imposible de superar, pobre de ellos que no entienden el dolor, no saben de ayudar y jamás tendrán una motivación real para querer ver la luz

Sin dolor no hay consuelo y sin prueba no hay satisfacción.

By Dobile Ariza

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