
Calima
A veces me preguntaba si las personas realmente podían amar. Muchas miradas empañadas, a punto de brotar en lágrimas, me hacían dudar.
Ahora, lo único que nos quedaba era responder como se nos había correspondido. Era necesario olvidar si nos lastimaba. Era necesario romper el hilo del destino para sanar.
Quizás nuestra ambición de amor no correspondido nos había hecho dar de más y creer en una calima
tan efímera. Pero si algo era certero en todo lo que habíamos vivido, era que nuestros corazones aún podían amar, y latir siempre que así lo quisiéramos.
Y que, al final, nuestras memorias podían olvidar la abrupta calima.
OPINIONES Y COMENTARIOS