Aventura mensual: Super Perico y Un amo digno de su sirviente (21 de 32)

Aventura mensual: Super Perico y Un amo digno de su sirviente (21 de 32)

Arte Lancelot

14/10/2025

Las aventuras de Super Perico


Un amo digno de su sirviente

Primer movimiento


Vigésimo primer movimiento: Plan

Versión en audio:

El problema en discusión era un caso de ladrones de ganado reincidentes, que según los rumores actuaban en complicidad de la persecución política del gobierno y los militares para beneficiarse mutuamente. Los campesinos consideraban inútil cualquier intento de arresto por el antecedente de impunidad y alcahuetería de los malhechores. Se suponía que de ser arrestados serían liberados casi inmediatamente con cualquier pretexto por sus socios en el poder.

Al día siguiente, Melody enseñó al resto del CPAN en reunión privada y sin mascotas; el objeto que había prometido traer en la sesión anterior. Según ella, podría brindarles alguna idea sobre el camino a seguir para conseguir la admisión en la versión para adultos de su propio club de investigación policíaca, pero…

Las llamadas cajitas audiovisuales estaban de moda como el juguete preferido de las niñas de escuela desde hacía unos cinco años. Quien desconozca su existencia y propiedades, pensaría por su apariencia que se trataba de una de esas cajitas de música de diseño muy delicado y fino; donde una bailarina baila al compás de un sistema de engranajes.

En realidad, aunque de tecnología similar, era una versión mucho más moderna. Los fabricantes de juguetes de la zona habían conseguido notables progresos en los últimos años. 

Las cajitas audiovisuales no necesitaban electricidad, pues su energía era generada por un resorte, propiedad que todavía compartían con su versión predecesora. La zona destacaba por sus curiosos intentos para crear mecanismos y tecnologías con métodos alternativos a los que tradicionalmente se ofrecían. 

Haram estaba muy orgullosa por estas energías alternativas. Los progresos eran bastante modestos, pero en la imaginación popular se crearon toda clase de leyendas. Se rumoraba que incluso habían fabricado un celular completamente hecho con engranajes mecánicos microscópicos, sin hacer uso de la electricidad en absoluto; pero que un oscuro complot de la milicia internacional había destruido la exótica invención y asesinado al científico. Nunca apareció por supuesto ninguna prueba de tan peculiar creación.

Las cajitas audiovisuales habían triunfado como moda infantil para niñas. La tradicional bailarina imponía su presencia como una de las decoraciones preferidas. Aunque su ubicación era algo diferente a la antigua cajita de música, para evitar que su sombra interfiriera con el proyector. La información del video a reproducir se leía desde el registro de un cilindro metálico graduado. Las graduaciones serían mucho más diminutas, casi invisibles a simple vista, pues simultáneamente respaldaban información tanto de audio como de video. En ese entonces, la patente del juguete era explotada exclusivamente en los países vecinos de Haram.

De la decoración era claro que se trataba de un juguete exclusivamente para niñas. En el país lo normal era alentar esas diferencias. Culturalmente existía poco interés en desafiar la tradición; visión de mundo que triunfaba incluso en el mercado.  

—¿Qué primor vamos a ver? —preguntaron emocionadas.

—El episodio 214 de El relincho multicolor. En ese capítulo las hadas unicornios derrotan con un plan de Hoshi a unos cuatreros trolls, que una malvada reina de hielo no quería encerrar en prisión porque eran sus compinches. Así que sobornó a los búhos para que no hicieran caso de las hadas —explicó Melody un contenido archisabido casi de memoria. 

—¿Qué tiene de particular esa aventura? —preguntó Mariazinha.

—El problema es idéntico al de la señora que nos contó Super Perico, aunque sin hadas unicornios, y que nosotras vivimos en una democracia. Como nadie sugiere nada, supuse que quizá podíamos hacer lo mismo que Hoshi…

—¿Cómo una unicornio muda puede hacer un plan? —preguntó Chloe.

— Sí habla, pero con monosílabos… Además, el lenguaje del corazón contiene más información y es mucho más rico que las palabras.

—Aunque los datos son menos precisos —aclaró Chloe.

—Me parece que nosotras podríamos anotar en un cuaderno, todo lo que hagan las hadas unicornios en el episodio. Como ninguna ha propuesto nada mejor, sugiero que hagamos lo mismo —propuso Melody en definitiva.

Era la verdad, no teniendo ninguna idea, cualquier propuesta se convertiría en la mejor. Las niñas muy entusiasmadas dieron suficiente cuerda a la cajita audiovisual. La bailarina comenzó su dulce movimiento, mientras el proyector reproducía con deplorable calidad la historia infantil que guardaba tiernamente en su interior. Utilizaron un auditorio improvisado que lograron montar en una de las tiendas para campamento, que Mariazinha había dispuesto desde antes de la fuga.

Como había ocurrido previamente con Melody, pudieron identificarse plenamente con la problemática del episodio. Aunque simbólicamente y ambientada en un mundo ficticio alternativo; las estrategias de las valientes unicornios quizá pudieran extrapolarse al mundo real. 

La esperanza podía conseguir que un grupo de niñas se engañara fácilmente a sí mismas. En su corazón trataron de percibir el imaginario drama que se presentaba ante ellas, como si lo sufrieran en su propia carne y hueso. Poco había que arriesgar; pues al extrapolar la tónica de la serie, era seguro que la aventura terminaría bien… 

Astrid era la que más profundamente sufría cada golpe y cada éxito de sus heroínas. «¿Por qué no?» se decía en su interior. Había algo realmente importante porque luchar.

—Es el mejor plan que tenemos, hagamos lo mismo que las hadas unicornios. Votemos… —interrumpió Astrid, sin ni siquiera esperar a que terminaran los créditos.

No hubo propiamente ninguna votación, pero con Astrid y Melody a favor, antes de concluir el día las otras dos niñas terminaron cediendo. Por unanimidad del CPAN habían acordado su estrategia a seguir. 

Un plan tomado de las caricaturas era mejor que ningún plan, y Astrid necesitaba un rumbo que la guiara. No había dudas en su corazón; para ella era mejor salir a la calle, gritar, hacer el más completo de los ridículos que no hacer nada.

Por supuesto, en realidad, no iban hacer el tonto. Al menos Chloe, luego de ahogar un intento de broma infantil por parte de Melody, les había espetado con una de sus salidas habituales: que estaba decidida a evitar cualquier acto potencialmente estúpido de sus colegas aficionadas.

Para arrestar a los cuatreros, tal y como había sido sugerido por Super Perico como caso de prueba para ingresar a la cooperativa CASPA; convenía primero pedir ayuda e ideas a los afectados. Era parte del plan de Hoshi, la hada unicornio. Siguiendo la ruta trazada por las caricaturas, había que ir al territorio de los cuatreros, buscar a las probables víctimas, conversar…

Como cronista supongo que la contribución más útil de las tales conversaciones preliminares provino de un hombre de apellido Gonzáles. Perdón por adelantarme un poco a los hechos, acelerar la trama, y quebrar la linealidad. ¿Cómo fue que conocieron al señor Gonzáles? 

La investigación para arrestar a los cuatreros comenzó en las fincas de una zona identificada por Super Perico, que ya conocía algunos antecedentes de la situación. Pues, aunque nuestro héroe prácticamente no había hecho nada en absoluto; en episodios precedentes había tenido la oportunidad de conversar con muchos campesinos de la zona. De tal forma que, en las cercanías del robo de ganado investigado, casi todos conocían al ave por sus visitas anteriores.

Chloe solicitó que la dejaran hablar solo a ella, pero las demás pequeñas no la obedecieron. El que sí obedeció, fue Super Perico, que se sintió algo corrido por la desconfianza de la chica de gafas. Se aseguró de mantenerse a la vista de los lugareños en espera que lo reconocieran.

—¿Qué se les ofrece a tan encantadoras niñas? —preguntó el primer campesino con quien trataron el caso de abigeato.

—Trabajamos voluntariamente como conserjes de Super Perico —respondió Chloe, dejando sorprendidas a sus compañeras. Señaló hacia al pajarillo que permanecía apartado.

Extrañaba que hubiera elegido llamarse a sí misma conserje, pues sabían que Chloe anhelaba demostrar la superioridad de la mujer en el planeta. Si fuera por su gusto las chicas gobernarían sobre los chicos. Hubieran esperado títulos como asesora, consejera, jefa, pero no… la chica eligió el título de conserje.

—¿Qué se supone hace el conserje de un superhéroe? —el aldeano se estaba divirtiendo con la charla.

Chloe detalló una explicación de funciones que había planeado hacía varios días para ese momento. Actividades, falsas e imaginarias todas ellas. Simple y llanamente estaba haciendo uso de las dotes de actriz que le gustaba presumir.

Según explicó después a sus compañeras, su verdadero objetivo era aumentar la seguridad de las pequeñas niñas, y a su vez, ganar confianza y pretextos para las entrevistas. Respondió de memoria, era evidente que recitaba palabra por palabra sin fallar:

—Cuando un superhéroe pelea con un villano, suelen haber destrozos y daños a terceros difíciles de rastrear en pleno combate. La misión de los conserjes es entrevistar a los afectados para determinar los daños y poder evaluar la eficacia de la actividad del héroe. Por esta razón se ven obligados a realizar molestos cuestionarios con el objetivo de mejorar su servicio al cliente.

La chica no esperaba tanto éxito. El labrador creyó todas sus palabras. Quizá demasiado, porque inmediatamente solicitó ayuda:

—¿Y reparan los daños?

—No, el estudio es estrictamente matemático —respondió Chloe al instante.

Pero su teatro se complicó, pues no le había advertido a sus compañeras sus planes. Las otras niñas quedaron encantadas con la propuesta, aunque fuera solo fingida.

—Chloe no recuerda bien. No es un estudio de matemáticas… Sí, nosotras repararemos los daños de los abigeos —intervino Astrid, feliz de ayudar.

—Sí —secundó Mariazinha.

—Pues claro —confirmó Melody.

Chloe estaba alarmada, reflexionaba en gastos, tiempo y cansancio innecesario que las demás no parecían percibir. Distracciones de su objetivo. ¿De dónde sacarían el dinero?

—No y no. El presupuesto de reparaciones se agotó. Así que en la última sesión de superhéroes se acordó no reparar nada por falta de metálico.

Intentaba Chloe no embarcarse con reparaciones que no fueran capaces de pagar.

—No se preocupen por el dinero. Yo les doy los materiales para mí y para los vecinos si ellos no tienen —de esta forma arregló el campesino el problema monetario.

—No tenemos tiempo —intentaba Chloe escapar del compromiso.

—Sí tenemos tiempo —dijo Astrid.

—Pues claro que tenemos tiempo —confirmaron Melody y Mariazinha.

—¿Y la reunión? —dijo Chloe en un último intento de evadirse del trabajo y retraso que les esperaba.

—¿Cual reunión? no tenemos ninguna reunión —contradijeron las tres niñas.

Chloe se dio por vencida. Por hablar más de la cuenta, habían quedado comprometidas a reparar unas cercas dañadas por los malhechores.

Aparte, les explicó a las chicas que solo intentaba encontrar un pretexto para entrevistar a los campesinos sin delatarse como policías aficionadas. Inventó el trabajo de conserje para tener una fácil excusa para sus interrogatorios… Pero los campesinos les habían tomado la palabra y las pusieron a trabajar de gratis. 

En Haram podía ser peligroso declararse policía aficionado abiertamente debido a los trucos sucios de la política. Peligro que se multiplicaba por varias razones, en vista de las circunstancias.

Cuando el ave se enteró del compromiso de las niñas, le encantó la idea. Ya tenía bastante experiencia, que había adquirido durante la construcción del Palacio de los Pericos. También cooperó activamente con las reparaciones, sin hacer caso de la oposición de Chloe. Según ella, había que reforzar la imagen de limpiadoras para las chicas; y crear en el imaginario del pueblo el concepto que el perico era el único y auténtico detective del grupo. Convenía aumentar la ficción para darle credibilidad.

La ayuda de Super Perico lo facilitó todo, pues con sus superpoderes avanzaban muy rápidamente. Utilizaron una versión mejorada del pericomóvil, creado por Astrid para su fuga. El aparato permitía desplazarse por la región fácilmente, aunque tenía el inconveniente que solo transportaba una pasajera a la vez. 

Dada las distancias que separan estas fincas, mucho mayores a las distancias en ciudad; el pericomóvil resultó una herramienta valiosa para agrandar el espacio abarcado. Chloe estaba preocupada por desperdiciar todo el día en una sola familia. Pero pese a sus temores, ese primer día pudieron abarcar varias fincas en una sola excursión.


-Siguiente entrega disponible el 15 de noviembre del 2025
-Libro completo disponible en octubre del 2026


Ver también: Un amo digno de su sirviente, Arte Lancelot

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