Y yo te digo que mis brazos
están ansiosos por sentirte,
que me duelen las manos por no acariciarte.
Que curiosa cuento el tiempo en que mi boca
pueda llegar hasta tu cuerpo.
Que indiscretas mis piernas se estremecen
por tu encuentro.
Yo te digo que mi pecho se agita
en la espera del toque de tus manos,
que mi cuerpo se incendia con tu ausencia.
Y yo siento que mis labios alucinan con tenerte,
que mis palabras y mi cuerpo se derriten en repetir tu nombre.
Y de golpes en mi memoria voy encontrando
una forma de rescatarte en besos desde mis recuerdos,
en caricias desde mis anhelos.
Y es entonces que el calor de tu boca me recorre
que tus besos me llenan y me reconocen,
siento tu lengua escribiendo canciones sobre mi piel,
mientras tus dedos me descubren y me delata el deseo.
Y yo te digo que estoy cautivada por tu ser,
que cada vez es mas grande este habito de desearte
y este ocio deshabitado de tu carne.
Se que mi mirada me delata apenas
hay una sombra de ti,
Se que mi alma se alimenta de la esperanza
apenas cierta del encuentro de tu cuerpo con el mio.
Y yo te digo que mi ser te espera,
que mis ansias te desean,
que mi forma se humedece por las noches,
que mi vestido se desvanece añorándote.
Y yo siento que te adoro y te espero.
Ivonne Méndez
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