Te levantas y haces lo mismo de todos los días. Desayunas, miras el teléfono todo el día, y te vas a la cama. Al día siguiente se repite el ciclo. En contadas ocasiones algo distinto sucede, sin embargo la mayoría del tiempo es igual.

Lo sientes ¿No es así? Algo te acecha, no sabes que es. Está ahí, sin embargo eres incapaz de verlo. Cada que lo sientes comienzas a temblar, te cuesta respirar, sudas, te pica el cuerpo, no sabes como reaccionar. 

El tiempo lo arregla todo ¿no es así? Entonces simplemente lo ignoras hasta que se vaya. Para tu pesar, mientras más lo haces más grande se hace. Es un elefante en el cuarto. Mientras más pasan los días más oscuro se vuelve. Te cuesta levantarte de la cama, es tan pesado que te desgasta. Quieres encontrar una salida, pero no sabes cómo, ni dónde.

—¿Quieres llorar? —te pregunta la sombra. 

—¿Eso no cambiaría nada? —le respondes.

Caminas hacia tu cuarto, te tiembla el labio inferior, aprietas la mandíbula. Entras al cuarto, caninas hasta la ventana y te quedas observando. Sientes la lágrima deslizarse por tu mejilla, seguida de un sollozo que intentas ahogar. Entonces dejas que salgan las lágrimas y la voz de la sombra.

Te dice muchas cosas, te las grita, te las reclama, te juzga. El silencioso disturbio de tu mente te abruma, así que te acuestas en el piso mientras lo escuchas. Respiras, y con cada respiración hace que la voz se apacigüe. 

Ya no huyes, ni le temes, ni la ignoras. Ahora la miras directo a sus ojos, y aquellos ojos son los tuyos, unos llenos de temor, unos que gritan por ayuda.

—Sé que temes a estancarte y no ser nadie, pero el miedo no debe paralizarnos —le dices a la sombra.

—¿Y si no sale bien? —pregunta temblorosa la sombra.

—Eso lo sabremos llegado el momento.

—Pero tengo miedo.

—Lo haremos con miedo entonces —le respondes con firmeza.

La sombra sonríe y comienza a desvanecerse. No muere ni se va, solo te deja de acechar. Así pues, desde aquella charla, ella y tú siguen su camino, aún con dudas. La vida quizá no sea muy tranquila, pero al menos es un poco menos abrumadora.

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