Redactada el 23/09/2021
Hola, soy yo.
Si estás leyendo esto, es porque mis ganas de expresar lo que siento finalmente fueron mayores al miedo que tenía hasta antes de este punto.
Cada quien vive el enamoramiento a su manera y a cómo se le acomode mejor; es cierto que todos buscamos a alguien con quién sentirnos totalmente transparentes, libres y felices, pero al decidir llegar a ese momento no significa que surja una dependencia hacia la otra persona. Eso es absurdo.
Lo sé porque se supone que nadie quiere una relación donde no se sienta libre de ser tal cual es.
Eso se siente, y yo así lo siento.
Eso se sabe, y yo así lo sé.
Llevo enamorado de tí desde hace tiempo… casi ya 4 años en los que he tenido un sin fin de emociones que terminaron conviertiéndose en este sentimiento.
Hubieron momentos buenos (felicidad, risas, complicidad) y malos (peleas, distanciamientos, indiferencias), pero siempre ha terminado igual: volviendo el uno al otro.
Tal vez no sea tan bueno expresando esto que siento, tal vez me esté enredando para decir algo tan simple, pero es que también he tenido otros momentos, esos en los que no sé exactamente qué sientes, y mi temor a no ser correspondido me carcome la mente… y el corazón.
Te quiero, y mucho. Te quiero a tí, tus formas de ser, pensar y sentir. Tu seguridad, perseverancia (en lo bueno), terquedad (en lo malo), tu sencillez, inteligencia y hasta las versiones más arrebatadas que he tenido la oportunidad de conocer. Son cosas que, por más desapercibidas que puedan pasar, para un corazón enamorado se vuelve algo relevante.
Te quiero y eso ha sido así, aún cuando me convencí que ya no debía seguir intentando… que si tú eres feliz así, yo también podría llegar a serlo.
Te quiero y eso ha sido así, porque aún estando hundido en mis pensamientos tan confusos, lo que siento hacia tí se ha mantenido constante. No te voy a mentir: cuando conocí a alguien más, decidí hacerte a un lado (sentimentalmente hablando, claro), guardarte en un cofre de seguridad y conservar el recuerdo para así intentar darme una oportunidad con alguien más… pero no funcionó, y hasta ahora no logro entender si acabó siendo algo bueno o no.
Tu situación sentimental actual la desconozco, y no es que no me importe, por el contrario, me cuestiono constantemente si este sea el momento para finalmente confesarme o no, pero tampoco quiero parecer un raro al preguntarte por eso y terminar incomodándote o lastimándome al toparme con alguna dura realidad.
No merezco sufrir, pero tampoco merezco quedarme con la duda… así como tú tampoco mereces no saberlo, por más indiferente que te parezca.
Este texto se ha vuelto muy largo, y algo me dice que nunca te lo voy a leer o enviar de todas formas… al menos me sirve como desahogo, ¿Sabes? Y por un lado ayuda a no seguirme haciendo bolas la cabeza de tanto pensar.
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