Cuando te vi por primera vez, estaba segura de que nunca en la vida te iba a tener. Pero lo que no sabía es que el destino iba a ser aún peor; que sí lo iba a hacer, que nuestros caminos sí se iban a encontrar, que ibas a ser lo mejor que me ha pasado, que te iba a querer como a nadie más; pero que todo se iba a acabar. Efímero y cruel, pero lo volvería a hacer, volvería a sentir, volvería a sufrir; porque para sentir que estás realmente vivo, no hay nada mejor que el dolor del corazón.
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