Tu recuerdo durará por siempre… Mi experiencia frente al escape de tu último aliento está marcada en mi mente. Ese último hablar se desvanece acompañado de tu alma antes de ver al techo y escapar del cuerpo por los canales de tus ojos…

Ni siquiera una o mil madrugadas quitarán mi batalla, lucha y sufrimiento junto a ti… Los rasguños, las patadas y los malos momentos fueron los que ablandaron mi alma frente al concepto de como eras… Aún extraño y escucho en las noches tus gritos, brutalidades, quejas, murmullos, vulgaridades y risas…

Puede que en tu vida hayas sido malo, que hayas matado y casi hacer que te maten… Pero sigues siendo parte de mi ser… Te perdono, porque no sabes lo que sufrí y lo que sufriste conmigo… Gracias a ti, gané fuerza… de forma física y mental…

La muerte decidió llevarse a quien no debía… Deberías haber vivido más aunque no lo mereces… desearía que hubiese sido así.

Gracias por tu tiempo derramado, por tus consejos en tus palabras enredadas mientras solías tartamudear constantemente… Me sigues doliendo porque ya no solo perdí a dos personas que quería en mi vida… También quise perder mi vida.

Hay mucho por contarte, pero no tengo tiempo… Te lo diré cuando cumpla mis planes y esté muerto para acompañarte en tu dulce silla inmóvil, vieja y oxidada… Con un cigarrillo en tu boca, además de tu cuerpo duro y firme.

Soy parecido a ti en la falta de empatía… Mínimamente lo heredé de ti.

Me enseñaste mucho sin decir nada… Por ello tu recuerdo durará por siempre.

Te agradezco por hacerme madurar siendo un niño inocente, ignorante, débil y triste… Ahora sé mucho sobre mi entorno… Y como tú… soy una máquina de matar… Con la diferencia de que yo no lo hago y no lo haré con mis manos, sino con la mente…

Pronto nos veremos, espera la lluvia de balas que serán la señal de mi llegada…

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