Capitulo 1: Necesito cobrar venganza
Pov Mark
—¡Por favor mamá!
—Por última vez, ¡No!
Seguía a mi madre como perrito suplicando desde la tarde, mientras ella se encargaba de mantener la casa ordenada antes de salir a trabajar, mientras tanto mi padre tomaba un té, observando nuestro drama. Ahí estaba de nuevo, colocándome frente a mi madre, ignorando su aura maligna
—Te juro por los dioses que estaré bien, por favor, papá ya me dejó
—Tu padre siempre dirá que si, pero yo no, es peligroso y no me gusta—Dio una pausa para mirar la alacena vacía—Además tu celo está llegando para esas fechas y no quiero perros rastreros cerca tuyo
Hice un puchero, suplicando una vez más a que pudiera cambiar de opinión. Mi madre era alguien testaruda y sería, si decía que no era no, además de que sus palabras eran la decisión final por ser la única alfa de la casa, mientras mi padre y yo solo dos omegas. Técnicamente ella era la líder.
Me incline hasta mi padre quien reposaba en su sofá favorito, dejando mi cabeza apoyada en sus piernas mientras lloriqueaba.
—Deja de ser tan malo con tu pequeño, es un adolescente, debe comenzar a explorar más el mundo ¿No eras así se joven también?
—¡Si! pero- es diferente…aún es débil y-
—¿Solo por ser Omega es débil, Anna?
Mejor dicho, mi padre es el líder.
—No mi amor…
Y como un perrito, mi madre fue regañada, mientras mi padre tomaba su te con tanta paz y calma, acariciando mi cabello, le gustaba hacerme pequeños rulos con sus dedos, siempre me dijo que su cabello le recordaba a mi madre en su juventud, ya que lo tenía igual de corto y negro. Ellos se habían conocido en la secundaria, mi padre se enamoró primero pero debió irse a otro lugar por una mudanza, sus padres se habían divorciado y no podía seguir ahí. En la universidad, años después, volvieron a verse para no alejarse más.
Fui el producto de su amor, el único hijo que deseron tener, aunque mi único problema fue nacer Omega, nunca tuve miedo y aprendí a defenderme por mi cuenta.
Sin necesitar a nadie.
A los 10 años ya tuve fascinación por las motos, mientras muchos omegas vestían tan elegantes y suaves, yo siempre mantenía mi chaqueta de cuero, mis botar negras y mi mirada ruda, que en realidad se veía como un perrito Chihuahua enojado. A los 14 años finalmente subí a una moto por primera ves y entendí que era lo mío, tuve una carrera ilegal, mis padres se enteraron y me castigaron pero eso no me hizo abandonar mi sueño.
Ser un corredor internacional de moto.
Ahora en mis 18 años, me dieron la oportunidad de poder correr con mi enemigo de hace meses. Alexis Brown, un maldito Alfa que al verme solo mostró un rostro de asco, diciendo que no debía estar ahí como corredor. Quería demostrarle que era capaz de lograr algo tan espectacular, de que podía ser más que glorioso no solo para mí, sino también para los inútiles que no confiaban en mí
—Mark, prométeme algo mi flor—Papá sostuvo mis mejillas para que lo viera—Prométeme que usarás los cuidados necesarios y que no armarás peleas
—Lo prometo por tí papá, jamás me atreveré a hacer las cosas ilegales, no otra vez
—Ese es mi niño—Papá sonrió, luego me abrazó—Papi y mami están muy orgullosos de tí mi linda flor
Sentí el abrazo de mamá detrás mío, incluso ella, quien no era alguien de dar afecto estaba abrazándome y se sintió tan cómodo.
Había logrado ganar el permiso para poder salir y competir, de una vez por todas seria capaz de ver a Alexis de nuevo y ganar esa maldita aceptación suya, por que a fin de cuentas, quería que todos supieran que incluso siendo Omega, era más fuerte que un alfa.
Después de buscar la moto y despedirme de mi familia, fui conduciendo hasta la zona de inicio, deje la moto estacionada mientras me quitaba el casco, notando la cantidad de personas que estaban gritando y alentando. Me sentía algo solo debía admitir, pero en este tiempo había estado tan enfocado en practicar que no logré tener amigos que compartan este amor por las carreras. Todos eventualmente se volvían mis enemigos.
Cuando estaba colocando mis guantes, la señorita secretaria me llamó para poder inscribirme, comencé a colocar cada uno de los datos en el formulario y cuando termine, me di la vuelta para retirarme pero ya había chocado contra Alguien
—¿Tanto me amas para estar tan cerca mío? Típico de tí
Esa voz ya me había dado un asco incomprensible, mientras lo observaba fijamente con odio en mi mirada, él tan solo tenía esa sonrisa burlona que tanto odiaba
Jamás en mi vida había odiado tanto pero ese alfa me quitaba la poca paciencia que tenía. Recordé las palabras de mi padre por eso do un suspiro, cerré mis ojos y finalmente me moví a un costado suyo, mirando al contrario de reojo.
—Si quieres ganar, deja de intentar provocarme y ponte a practicar. Ser un alfa no te da inmunidad a todo, Alex
Sentí como chasqueo la lengua tal vez por el enojo de mis palabras, yo tan solo me límite a sonreír y prepararme, colocar las rodilleras y el casco, uno tan precioso y negro, era mi favorito definitivamente.
La mujer se puso en medio de ambas motos, la distancia era buena y considerable para no atacarnos entre nosotros, solo era un juego limpio y así lo mantendría.
—Damos comienzo a la carrera de hoy, por un lado tenemos a Alexis Brown, por el otro a Mark Miller—Aquella mujer alzó sus manos con los banderines—¡Que la competencia sea justa!, en sus marcas…listos…¡Fuera!
Los banderines bajaron y ese exacto segundo, ambas motos comenzaron a funcionar a una velocidad perfectamente equilibrada. Intentaba no ir tan lento pero tampoco excederme con la velocidad para no perder el control de la misma. Ambos estábamos concentrados en ganar, en superarnos, pero algo fallo.
Algo no tuvo que suceder
Al momento del giro para poder volver a la pista y terminar la carrera, al momento de bajar la velocidad la moto no respondía, solo seguía sin poder moverla adecuadamente, algo estaba fallando en ella y cuando quise darme cuenta, la moto terminó chocando contra un mural y mi cuerpo saltó de la moto hasta un costado del carril.
Sentía todo el cuerpo pesado y la vista borrosa, no podía moverme, la cantidad de sangre que salía de mi boca me impedía poder hablar. Moví mi mano hasta mi estómago, notando que tenía una barra de metal clavada en la misma. Estaba muriendo.
Me quedé ahí, sentía los gritos desgarrades pidiendo auxilio, que aún había oportunidad de salvarme pero no era así, ya era demasiado tarde. Tan solo acepté mi muerte, pidiendo perdón a mi familia, frustrado por no haber ganado y pensando que había pasado exactamente para terminar así.
Mis ojos se cerraron y mi cuerpo dejó de tensarse para quedar completamente unido al sueño.
Mark Miller había muerto y se volvió una noticia mundial. Aquellos que no me conocían por mi talento, ahora me conocían por mi muerte. Todos estaban entrevistando a Alexis por ello, su victoria fue asegurada. Pero fue una jodida victoria sucia.
Todo había quedado en el olvido, ya no podía hacer más nada, había muerto en una carrera de la forma más tonta posible y no tenía la oportunidad de volver a ese momento y evitar la carrera, de quedarme en casa y descansar, de dejar mi sueño atrás.
—¿Que carajos?…
Abrí mis ojos una vez más, pero no estaba en un hospital, no estaba en el suelo del carril, solo estaba en mi cuarto, en mi preciosa cama bien ordenada. Me levanté de golpe para ver esa habitación. Sabía que era mía pero todo había cambiado, incluso los muebles y la infinidad de pósters que tenía pegados en las paredes. Me ví en el espejo del baño, mi rostro estaba más pequeño igual que mi cabello más largo, mi estatura era más pequeña que de costumbre y mi voz se sentía más infantil.
—¡Mark! ¡Baja ya, el desayuno!
Oi la voz de mi madre, mi cuerpo se paralizó de golpe por ello. Fui bajando la escaleras al notar que esta no era mi casa, sino mi anterior casa antes de mudarnos. Pero eso había sucedido hace 5 años atrás. La vi a ella cocinando, a mi padre ordenando la ropa y la televisión encendida, con el canal de noticias deportivas.
—Mami…
—La ropa está un poco mojada, luego te la daré, primero come algo
Mía brazos rodearon la cintura de mi madre, quien seguía cocinando, ella se quedó en silencio mientras hundía mi rostro en su espalda y comenzaba a llorar desconsoladamente. «Lo siento» fue lo único que pronunciaba continuamente, ella me vio asustada, antes de sostenerme entre sus brazos sin entender que me sucedía. Mi padre también había logrado venir, calmandome mientras acariciaba mi espalda continuamente, sabía que tenía ese tic nervioso de los espasmos cada vez que lloraba con intensidad
—Calma, calma…solo fue una pesadilla mi flor
Tal vez lo había sido, pero no, sabía que había sido real, no fue solo un simple sueño del cual podía ver el futuro. El universo me dió la oportunidad de no cometer el mismo error de aquella vez en 5 años en el futuro y yo lo cumpliría.
Sabía que la moto no falló solo por fallar, que alguien lo había alterado para que pudiera perder todo todo se salió de control y en realidad termine muriendo, la una persona capaz de eso solo era el tan querido Alexis Brown, mi enemigo.
Si tanto quería verme sufrir entonces lo logró, pero no fue el fin de esta rivalidad sino solo el comienzo, ahora que tenía el suficiente tiempo lo buscaría y le haría la vida imposible, lograría destruir su carrera desde el inicio y que tenga una vida miserable, por el precio de haber condenado la mía.
Después de haberme calmado y alistado para poder ir a la escuela, comencé a planear lo que debía hacer de ahora en adelante. Aún conservaba mis habilidades con la moto, solo que mi cuerpo seguía pequeño, aún era un niño de 13 años después de todo. Aún me quedaba mucho por hacer, había retrocedido bastante pero también era algo bueno para poder cambiar todo desde la raíz. Debía vengarme adecuadamente.
—Oye, se te cayó esto
Una voz masculina me habló, mi vista se centro en ese niño al notar que su mano sostenía el lápiz que había estado usando para escribir pero al estar pensando seguramente se me cayó de la mano.
—gracias-
Cuando pude visualizar mejor al chico, el de cabellos marrones y con una mirada apagada, su rostro serio y ese cuerpo bien formado pese a ser solo un niño, además de su notoria altura y presencia como alfa.
Alexis Brown. Volvía a verlo y no podía creerlo.
¿Él y yo fuimos compañeros de clase? No lograba recordarlo en ese momento y es que, lo menos que me importaban eran las clases, siempre tenía buena calificación pero nunca prestaba atención por estar mirando videos de motociclistas a escondidas.
Aunque esto me beneficiaba bastante, el hecho de que estuviera cerca mío sería bueno para destruirlo.
Tomé su mano para sostenerlo antes de que se vaya, la sorpresa del contario era notoria pero poco me importaba. Lo miré fijamente antes de hablarle, con un tono serio y decidido.
—Quiero que seas mi amigo
El silencio se hizo presente entre ambos. El chico me miró fijamente mientras se mantenía derecho en su posición antes de abrir un poco la boca
—…¿Que?
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