Aventura mensual: Super Perico y Un amo digno de su sirviente (2 de 32)

Aventura mensual: Super Perico y Un amo digno de su sirviente (2 de 32)

Arte Lancelot

14/03/2024

Las aventuras de Super Perico


Un amo digno de su sirviente

Primer movimiento


Segundo movimiento: Agradecimiento

Versión en audio: 

No se sabe si fue entonces cuando se le comenzó a llamar Super Perico a nuestro héroe. La opinión más difundida afirma que el ángel fue el primero en llamarlo así. Esta será la versión que seguiremos nosotros para nuestra crónica de sus primeras aventuras. 

Como héroe primerizo, el periquito se aficionó a presumir sus hazañas a todo aquel que preguntara o disfrutara de este tipo de narraciones, defecto que el ángel le reprocharía posteriormente. Los cronistas disponemos de una gran cantidad de testigos que escucharon estos relatos de viva voz de su protagonista.

Nos cuenta el pajarito que estaba tan contento con sus nuevos poderes que olvidó completamente preguntar al ángel: ni cuáles superpoderes tenía; ni si existía algún manual de funcionamiento; ni mucho menos, si como Sansón poseía algún punto débil o talón de Aquiles. Supuso entonces que sería más fuerte y volaría mejor, con eso se daba más que contento…

Antes de despedirse el ángel le dio algunas buenas recomendaciones:

—No olvides hacer tu cántico de acción de gracias a Dios y a los ángeles que atienden las manadas todos los días. Sabia tradición que es de mucho provecho religioso y se ha mantenido desde antiguo por miles de generaciones. Es ley de la naturaleza que cuando los ángeles se toman un descanso muy grande, comienzan los desastres entre los periquitos. ¡Y tanto pajarito orgulloso que imagina arreglárselas solo!

—¿Es posible que un pajarito sobreviva solo?

—No sobreviviría, pero esas barbaridades ni siquiera se piensan. ¿Tienes idea de todo lo que puede salir mal en la vida de un periquito? Son miles de variables… ¡Es un acto terriblemente irresponsable que un ángel abandone una manada a su suerte por mucho tiempo! ¡No se puede ser tan perverso! Si llegara a conocer un ángel tan irresponsable, entonces sí que me pondría furioso y el culpable escucharía amargos sermones.

Super Perico sabía rezar como buen perico sin excesos, y participaba con gusto de las ceremonias religiosas. Quedó muy complacido con estas recomendaciones, pues uno de los mayores gustos en cualquier ceremonia religiosa, es saber que fueron bien recibidas.

Cuando contó sus experiencias a sus amigos pericos, estos lo interrogaron con entusiasmo:

—¿Y qué poderes tienes? ¿Si te cortan las plumas pierdes tus dones? ¿Cómo se usan? —le preguntaron los demás pajarillos durante semanas.

—No sé, no sé y no sé… Creo que dijo algo así: como que los poderes dependerán de lo que haga con ellos y que debo tener a Dios en el corazón. Pero se me olvidó preguntarle —admitía Super Perico avergonzado de su descuido.

—¿Y qué pasa si haces maldades? ¿Te quitan tus poderes?

—¡No sé! No soy tan menso como para hacer la prueba.

Sus amigos lo animaron a intentar cosas, para así descubrir lo que era capaz de hacer. Lo primero que quedó claro para todos, fue que podía hacer lo mismo que casi cualquier perico pero con una capacidad mucho mayor.

Los pericos son políglotas. Su capacidad no se limita a entender el idioma de las otras especies, sino que además son capaces de imitarlo con fluidez. En esta habilidad superan con mucho a la mayoría de las especies. Pero la capacidad de imitación de nuestro periquito era algo extraordinario y fabuloso.

Cuando imitaba el ladrido de un perro, no había forma de saber cual ladrido provenía del verdadero perro, ni cual del imitador. ¡Confundía a casi todas las especies con gran éxito! En una prueba se puso por broma a imitar las voces de las hormigas, y hasta donde sabemos engañó a toda la colonia de hormiguitas sin que ninguna lograra salir de su error. Con el tiempo, comprendió que su imitación no encontraba límites tampoco en la especie humana. Imitaba su hablar perfectamente e incluso entendía los diferentes idiomas de los hombres, mucho mejor que cualquier ser humano que presumiera de políglota.

Super Perico quedó encantado, aunque por mucho tiempo no supo que provecho podría sacar de todo aquello. De cualquier manera, la falta de utilidad nunca ha sido inconveniente para ningún animal de ninguna especie. Con la diversión era más que suficiente y sobrado.

—¡Super Perico puede volar! —decía un admirador.

—¿Y eso qué…? todos los periquitos saben volar.

—Míralo con atención: ¿vuela o no vuela?

—¡Pío, pío!… eso es volar que es una maravilla —los periquitos quedaban fascinados con su estilo acrobático nunca visto. Y aunque fuera cierto que todos los periquitos pueden volar, quedó claro que hay dos formas: la de todos y el estilo propio de Super Perico.

La mayoría de las especies de pajaritos no rezan como nosotros los humanos, sino que ellos prefieren el canto para rendir culto a Dios y a los ángeles. Para un pájaro la parte más importante de su rezo es la canción, la melodía como conjunto de sonidos hermosos. Consideran que la letra es algo totalmente secundario. Cuando utilizan letra, generalmente lo hacen en consideración a otras especies incapaces de apreciar adecuadamente la melodía.

Los pericos también pueden rezar exclusivamente en prosa. Pero lo hacen a escondidas, porque es mal visto y se considera que demuestra poco interés y sentido religioso en sus rituales. Por el contrario, cuando rezan en grupo les encanta llamarse la atención unos a otros. Se ponen a cantar de viva voz, y si existe letra su contenido es casi siempre repetitivo y muy simple.

La tradición enseña que cuando un perico conversa con los ángeles debe realizar un ayuno en lo más alto de alguna montaña durante una semana. La tradición se extiende a otras experiencias religiosas de cierta importancia, y concede algunas excepciones por edad y salud. El ayuno estricto se reserva solo para dos días: el segundo y el quinto. En los restantes la costumbre prohíbe comer ningún tipo de fruta, que en esas zonas es sobradamente abundante y a ellos les encanta. Se obligan a sí mismos con una dieta de semillas y agua. Se dice que prescindir del ayuno ofende a los ángeles. Se supone que ellos se molestan por tu descortesía y dejan de hablarte. Así que si un perico quiere que un ángel le converse por segunda ocasión, es necesario hacer este ayuno semanal.

La mamá de Super Perico, le recordó insistente durante varios días su obligación del ayuno semanal. Así que nuestro obediente periquito no podía faltar del precepto.

Subió a la cima de la montaña más alta de la zona. Allí el clima era demasiado frío para el gusto de los pericos. La cima servía como santuario, era un lugar más que apropiado para la meditación y la soledad propia del ayuno.

Cumplió con esmero todas las recomendaciones religiosas para la ceremonia. No probó semilla ni nada los días del ayuno estricto, y en los demás se abstuvo con entereza de manosear ninguna de las frutillas que guardaba en un paquetito que le preparó su madre para el final.

Cuando se hubo cumplido el plazo semanal que asigna la tradición. Desempacó las frutitas que había guardado especialmente para reponer fuerzas al final. Sin embargo, encontró que la mayoría de ellas ya estaban podridas; lo que era una verdadera lástima pues las frutas del lugar comidas en el momento apropiado serían bien deliciosas. Decidió bajar inmediatamente de la montaña, pese a que su intención primera fue permanecer allí varios días luego que finalizara la semana obligatoria.

Al bajar por la montaña, tuvo un encuentro desagradable completamente inesperado. Se llevó uno de aquellos sustos como pocos puede tener un ave orgullosa que nunca admite que tiene miedo.

Delante del pájaro apareció una extraña figura. Una mujer de apariencia malévola, que rodeada de luces siniestras insistía en acariciar obsesivamente un gato negro:

—¿Quién eres? —le preguntó Super Perico temblando. En su interior, se avergonzaba de sí mismo y no entendía bien la razón de su propio miedo.

—Soy una princesa de este mundo, de las que rigen sobre el poder que quitamos y otorgamos según nuestro gusto. La corona, la riqueza, y la fama le esperan al que sea lo suficientemente listo como para interpretar nuestros deseos. Soy uno de esos seres al que los humanos y animales temen en su ignorancia. Puedes llamarme princesa Buitrela y soy un demonio…


Siguiente entrega
-Libro completo disponible en octubre del 2026


Ver también: Un amo digno de su sirviente, Arte Lancelot

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