DESOLACIÓN

La lluvia era fina, el ambiente frio. A lo lejos se podía ver aún el humo del accidente que la débil lluvia luchaba por apagar. Lucas caminaba sin alma, destrozado en ese valle extenso, solo caminaba sin rumbo anunciando caerse en cualquier momento “Yo… no quería… no quería… matar a nadie” Se lamentaba mientras sus erráticos pasos parecían desvanecerse.

Estuvo caminando casi una hora y la lluvia no se detenía “Todo.. fue mi culpa ¿Qué debería hacer ahora? Creo que … si muero estaría mejor” Pensó mientras su moribundo cuerpo caía al pasto mojado. Sus ojos se cerraron poco a poco “Perdónenme”

-Lucas, las tres osas del atardecer te llaman a cantar en la cena bendita del señor. Para ver a María debes matar-

Lucas se despertó sentándose de golpe. Vio a su alrededor solo agua y el cielo naranja como un atardecer. Confundido se levantó, tenía una pistola en la mano. Al frente había una silla y un niño en ella cantaba una rara canción, estaba de espaldas a Lucas y este se acercó a él sin saber el porqué, pero al instante que su mano iba a tocarlo despertó súbitamente.

Estaba sudado, su respiración era incongruente y sus pupilas estaban dilatadas, se encontraba sin camisa. Pero un ambiente natural se presentaba ante él. Estaba en una habitación, el colchón era duro y había telarañas por doquier, pareciese que nadie había usado ese lugar en mucho tiempo. Eso tranquilizo un poco más a Lucas que sentía que había vivido un infierno hace unas horas, un infierno absurdo, aún se preguntaba si lo que había pasado, paso realmente, todo parecía solo un mal sueño y rogaba por que así fuera.

Al poner los pies en el piso, levantó la mirada y vio en una mesita al frente a él, lo que temía, el USB estaba allí, mirándolo, esperando que despertara para decirle que nada fue un sueño: el encuentro con el ser, el accidente, la muerte de todas esas personas. Todo volvía a su cabeza, los fragmentos chocaban estrepitosamente en su mente y un dolor de cabeza horrible lo inundó. La desesperación entró, lo consumió, esas luces, lo perseguían. Se levantó y sin poder caminar del todo bien, se apoyó en la puerta que estaba abierta. Salió a un pasillo con tres puertas al frente. Lucas caminó apoyado en la pared por el pasillo y llegó a el comedor donde vio en la mesa un vaso de agua con una jarra al lado. Sediento y cansado embistió contra la mesa, tomó el vaso y se bebió bruscamente el agua que escurría por su quijada y su cuello. Se sirvió otro y luego de ese otro vaso hasta casi acabar la jarra plateada. Notó que el agua lo tranquilizó un poco, salió más tranquilo por la puerta junto a un sofá viejo y sucio.

Afuera vio el cielo nublado, el aire que recorría el extenso campo era helado. Se asomó para apoyarse en la baranda y notó a un viejo partiendo madera delante suyo, con una barba blanca que ondeaba con el viento, su arrugada cabeza calva parecía reseca, como una pasa, estaba un poco gordo. El viejo tenía un gorro marrón, una camisa de cuadros rojos que parecía bastante cómodas y un pantalón marrón con unas botas altas, parecían de soldado. El viejo partía la leña una por una con su hacha tan bien que parecía una tijera cortando una hoja de papel, parecía ser parte de su cuerpo, solo demostraba a lo lejos la técnica que tenía con su herramienta.

-Parece que dormiste un largo tiempo! –dijo el viejo clavando el hacha en la madera y volteándose hacía Lucas- ¡Si necesitas dormir un poco más ve a hacerlo, te despertaré para la cena!- Lucas no entendía porque gritaba tanto, no estaba a más de diez metros.

El viejo comenzó con su labor nuevamente y Lucas entró, pues la ventica helada lo había obligado. Una vez dentro, se sentó en el sofá de golpe, miró el suelo, las lágrimas comenzaron a recorrer su rostro inexpresivo al recordar a ese niño que le pedía ayuda, le pedía a su madre, quería todavía vivir en este mundo y su vida se iba frente a él que eligió dejarlo y arrebatarle la vida, así como lo hizo con toda esa gente del avión al aceptar el USB. Entonces se levantó fugazmente y tambaleante si dirigió al baño tapándose la boca, abrió las tres puertas buscando el baño que se encontraba en la última. Se lanzó al inodoro y vomitó bastante. Una vez aliviado, se lavó el rostro en un balde de la mitad de su tamaño lleno de agua, eso que Lucas medía 1.80m. En el espejo había una nota que decía >Puedes darte un baño, en el cuarto hay ropa< se miró al espejo, su cabellera negra que había negado a cortársela y su lugar hacerle pequeñas ondulaciones ahora estaba todo alborotado. Su rostro estaba todo sucio y con heridas al igual que en todo su cuerpo. Los ojos cafés alargados parecían depresivos, cansados y asustados “¿Qué tengo que hacer ahora? ¿Cuál es el camino para alguien como yo? ¿Por qué aún estoy vivo?” pensaba mientras se desvestía y se metía por la puerta de madera, se encontró con otro balde y otro más pequeño que utilizó para echarse el agua lentamente.

Luego se dio cuenta que se olvidó de la toalla. Desnudo fue hasta su habitación, donde abrió ese viejo armario con telarañas, donde había ropas de alguien de su estatura felizmente, se puso un pantalón marrón simple, y una camisa blanca. Se tiró en la cama y al instante se quedó dormido.

-¡La cena ya está servida! -Gritó el viejo con su ronca y casi entrecortada voz de anciano.

Se levantó Lucas, con un poco más de energía. Entonces escucho un gruñido, era su estómago reaccionando ante el aroma que llegaba por sus fosas nasales de un estofado recién preparado y listo para comerse.

-¡Muchacho, siéntate, está recién servido!-Decía el viejo soplando una cucharada antes de comérsela. Lucas se sentó lentamente y al estar frente a tan rico aroma empezó a devorarlo con la cuchara -¡Discúlpame muchacho, por gritar tanto, es que no escucho bien, asi que no tengo una percepción completa del sonido, ya te imaginaras jojojo!-

-No se preocupe. Está delicioso, muchas gracias señor- Exclamó Lucas sin mostrar nuevamente un signo de expresión.

-¡¿Puedes repetir lo último?! –Pidió el viejo acercando la cabeza.

-¡Mi nombre es Lucas, gracias por todo señor, la comida esta deliciosa! –Respondió

-¡Soy Barnew, Barnew Logeth. De nada muchacho, Lucas….. Debiste a ver hecho algo muy malo para que el gobierno estadounidense este tras de ti!-

Lucas dejó de comer y miró fijamente a Barnew quien seguía concentrado en su plato.

-¡No te preocupes muchacho, puedes confiar en un viejo que vive solo en medio de la nada feliz y contento….. se ve que has sufrido, no tengo intención de acusarte, y te ayudaré solo si me dices la verdad, muchacho!- Exclamó –Ahora, dime qué es ese USB- Entonces cambió el rostro de un viejo gordo bonachon a un siniestro interrogador poniéndose serio.

“Voy a decir la verdad, aunque luego me considere una escoria por lo que hize, tal vez me mate. De igual manera, no tengo ahora a donde ir si un gobierno está involucrado”

En el cálido ambiente, Lucas le contó todo desde que se subió al avión hasta donde se desmayó. Su rostro aún no hacía expresión alguna, solo contaba y contaba, en una media hora terminaron.

Bernew no le había dicho esto, pero la noche que lo encontró camino a casa, pensó en dejarlo, pero vio a lo lejos como de las camionetas blindadas bajaban hombres de saco y agentes del FBI. Enserio estuvo a punto de dejarlo, pero entonces le vino recuerdos agrios que hicieron que cambiara de opinión, así que lo subió a su camioneta y lo trajo. Más tarde es misma noche cuando aún llovía, agentes tocaron a la puerta, la policía también estaba allí. Pidieron registrar todo alegando buscar a un cómplice del terrorista que hizo volar el avión. Bernew dijo que no vio a nadie, aunque no importó, pues revisaron toda la casa y se fueron al no encontrar nada. Bernew había dejado a Lucas en la camioneta, debajo de un montón de ciervos muertos.

-Interesante, hijo esto es muy grave, más grave de lo que me imaginé, nunca se me hubiera pasado algo así por la mente –decía Bernew Luego de permanecer en silencio escuchando –Escucha, tengo que pensar en todo lo que me dijiste hijo, necesito pensar, tengo que ir por algo del cobertizo, me servirá ir ahora –Finalizó parándose saliendo por la puerta, dejando entrar nuevamente, ese helado viento “Se fue a llamar a la policía. Da igual, sería lo mejor, aunque no es justo. Yo quería, solo quería yo estar ahora en China” Pensaba Lucas mientras del bolsillo sacaba el USB que tomo antes de salir del cuarto.

Lucas no lo había notado antes, pero sobre una mesita había una laptop, bastante vieja y polvorienta. Se acercó, abrió la laptop, sorprendentemente tenía batería, puso el USB en el puerto. Al instante que lo puso se abrió una ventana con una carpeta sin nombre, Lucas dio doble click y había un video “Si voy a morir solo por toparme con lo que hubiera sido eso, tengo que saber la razón de todo esto” y abrió el video.

……..se vio estática, luego se vio a un niño grabándose la cara, parecía jugando con la cámara, entonces, empezó a cantar ´´una extraña canción´´, un frío incómodo subió la espalda de Lucas al reconocerlo, al ver la silla, y alrededor nada más que el agua como suelo. Grabó entonces a Lucas dormido, lo grababa mientras seguía cantando. Lucas miraba consternado su sueño en la pantalla de la laptop. Entonces volvió la estática… tuvo ganas de vomitar al ver un salón de clases con cuerpos colgando de niños mientras un hombre desnudo comía un brazo humano en medio. La estática volvió….. se escuchó el grito agonizante de una mujer, en una cama con una cadena de fuerza mientras tipos con máscaras de gas le inyectaban cosas, y al rato le explotaron los ojos y murió. La estática volvía, y cada vez las cosas tenían menos sentido y eran más tensas de ver, cosas indescriptibles pasaban por los ojos llorosos de Lucas que empezaba a tener escalofríos. Entonces un link apareció, por unos minutos a lo que Lucas cogió un cuaderno de al lado, un lápiz y lo copió. Luego volvió la estática, apareció un profesor bastante avanzado de edad frente a una pizarra llena de trabajo >estamos solos y ustedes lo saben. ¡¡Lo saben ¿No es asi?!!… estamos solos… estamos solos… estamos solos< decía reclamándole a alguien, que no se dejaba ver, mientras se arrollaba y lloraba > ¡¿Qué está pasando?! ¿Por qué lo hacen?…… el universo es tan hermoso y…< Entonces alguien enmascarado le apunto con un arma >sin embargo… estamos tan.. tan solos< Cayó con un agujero en la cabeza. Luego aparecieron, muchos archivos en varios idiomas, planos, actas, contratos, etc. El video seguía y seguía, Lucas se había orinado, con todo lo que estaba viendo. Desde descuartizaciones, hasta pactos con presidentes para guardar secretos, humanos modificados, experimentos en animales y niños, etc. Cosas indescriptibles, que ningún humano debería ver, al final solo había un mensaje de.. vamos por ti y una ubicación, que también, aunque casi congelado, copió.

Afuera una fuerte ventisca helada, recorría el campo, estaba nublado, parecía que iba a llover.

Se escuchó unos golpes suaves en la puerta, alguien llamaba. Lucas sin darse cuenta que se había orinado, tragando saliva se levantó suavemente, se acercó, poco a poco a la puerta mientras se oía como el viento golpeaba el viejo tejado.

Los golpes se repitieron –Lucas, acércate a abrir, no posees otra opción –Exclamó una gruesa voz, que erizó la piel de Lucas, que abrió la puerta con todas las fuerzas que tenía. Ante él se presentaron dos sujetos extremadamente altos, con trajes negros, sombrero, maleta y la misma perturbadora sonrisa, sus rostros eran casi similares, eran bastantes flacos y pasaron agachándose por la puerta, sentándose en el sillón sin borrar un solo momento una macabra sonrisa y sus ojos pegados a Lucas.

­­­­­Lucas solo los miraba atónito –Siéntate Lucas –ordenaron ambos sujetos, sincronizando la vos, haciéndola parecer grave. Lucas se sentó en la silla donde estaba hace un momento.

Le dijeron entonces –¿Sabes la razón de nuestra presencia? Lucas, danos el USB, te daremos una nueva identidad, y te olvidaras de todo lo vivido, iniciaras una nueva vida, entiéndelo, no es una opción, o tal vez si…. Claro, si deseas morir, tú eliges, pero elige ahora –Lucas volviéndose en sí mismo los miró y a sus sonrisas macabras. Tal vez la muerte, era el único alivió para su constante agonía, se veía asi mismo como un asesino, la culpa lo empujaba más y más a la desesperación, las voces de esas personas resonaban en su mente inculpándolo, ya no aguantaba más, morir era el castigo por sus pecados. Lucas solo agacho la cabeza advirtiendo implícitamente a los visitantes de su decisión.

–Como tu decidas, te daré una muerte sin dolor –Dijeron los tipos, uno de ellos se paró sacando una pistola de su maleta, apuntó a la cabeza de Lucas.

Un golpe bastante fuerte abrió la puerta –¡¿Creen que pueden noquearme y entrar a mi casa, así como si nada?! –Gritó Bernew con una escopeta cargada, el sujeto con la pistola lo apuntó pero el viejo disparó al instante volándole la cabeza su cuerpo cayó sobre Lucas, el otro tipo sacó entonces fugazmente su arma y acertó un disparó al hombro de Bernew, le dio otro disparo en el hombro contrario, el viejo parecía caerse, contra todo, sacando fuerzas para soportar el dolor disparó por segunda vez destrozando el tórax del tipo que disparó otra vez fallando, a lo que Bernew aprovechando, apuntó moribundamente a su cabeza y la hizo volar en pedazos, ambos cayeron.

Lucas corrió a socorrer a Bernew que estaba tirado en el piso –Parece que tenías razón muchacho…. Discúlpame, debí a ver actuado antes, te creí pero tenía mis dudas.. –Decía entrecortadamente mientras su respiración se apagaba poco a poco –No hables viejo, no te preocupes detendré el sangrado –Decía mientras se sacó la camisa y presiono en una herida y con su mano en la otra, más la sangre seguía emergiendo –llamé a unos tipos que te ayudaran, llegaran pronto, Lucas, vi el USB, esto es más grande que cualquier otra cosa, me gustaría descubrirlo….. Lucas, mañana parte la leña –Cerró los ojos –¡Viejo, tú vas a partir tu leña! No mueras tú también –Sus lágrimas recorrieron el mismo camino hasta llegar a Bernew. El viento soplaba y sopabla, las gotas caían cada vez más fuerte contra las superficies, hasta ensordecer el lugar en la bulla de la precipitación.

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