El engaño de mi mente ilusionada.

-Dios mío, no puedo dormir…

Aún continúo con sus dulces labios en mi mente, con su linda sonrisa parecida a mil arcoíris luchando entre sí para ver quién brilla más en medio del cielo. Esos ojos… Cada vez que pienso en cómo me miran me derrito lentamente, mi corazón bombea de una manera brutal, casi que se puede escuchar con facilidad.

Ese mirar me estremece la piel mientras pasan mil ondas de choques eléctricos que recorren mi cuerpo y me sacian de sentimientos impuros que mi propia mente no descifra y se bloquea en el intento.

Su hablar es como escuchar a los pájaros en mi ventana temprano en la mañana saludando el lindo sol que espera inquietamente por verte esos ojos de miel derretida…

Tu olor me vuelve irracional, me cubre los ojos con un manto de hormonas brutalmente sacudidas por mi ser…

Te lo he dicho… Te amo, y no es suficiente para demostrar lo que realmente siento, porque el sentir de mi ser al verte es tan… indescifrable… tanto que las palabras se quedan tontas al intentar buscarle un significado que es totalmente inexistente…

¡Guau!, nunca me sentí tan libre de expresarte esto con claridad, tuve que pasar noches imaginando tu ser para lograr decirte todo esto… Fue increíble, ¡qué gran experiencia!

Lástima que todo este potencial al describirte sea irreal y seas totalmente lo contrario a como te soñé e imaginé…

Atentamente: un demente ilusionado y soñador.

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