Te extraño

Te extraño

Biyi

14/11/2023


Un día te pedí hablar. Nunca antes había sentido la urgencia de decirle a alguien «quédate», al menos no desde el corazón. Ese día no tuve que desafiar mi actitud evasiva, naturalmente me mostré vulnerable. Ese día también supe que te quería de una manera que jamás había sentido.

Me dijiste: «La forma en que te percibo, la intensidad de mi afecto por ti, me impiden conformarme con una simple amistad. Te mereces a alguien que despierte en ti un deseo avasallador, como lo haces conmigo». Me pareció absurdo que alguien pudiera renunciar a un vínculo solo por la debilidad de haberse enamorado.

Despojada de empatía, y siguiendo tu petición implícita, me retiré de tu vida, evitando tu presencia. Nos cruzamos un par de veces solos, otras acompañados de terceros. En algunas ocasiones, noté en tu mirada un intento de reconciliación. Nunca correspondí; me resulta fácil hacer de alguien un extraño.

Sin darme cuenta, creyendo que amaba la soledad, me sumergí en ella. Con el tiempo, encontré respuestas que no buscaba. Descubrí que habías dejado en mí expectativas que ninguna otra persona podría cumplir.

Por un tiempo, me enfrasqué en conversaciones con desconocidos, pero cada uno se mostraba más decepcionante que el anterior. Ninguno de ellos se comparaba contigo. Llegué al punto en el que, movida por la sensación de lo injusto de estar con alguien y anhelar que fueses tú, decidí descansar un par de meses, estuve realmente sola.

Cuando creí que estaba preparada, me crucé con alguien. Por primera vez, no te vi reflejado en unos ojos ajenos, aunque fue inevitable no comparar nuestros sábados de Jazz por los jueves de algo más movido que me ofreció él. No es algo que importe realmente, fui juzgada por mi silencio, notaba en él su incomodidad al verme callada en comparación con sus bullosos grupos de amigos. Lo que nadie sabe es que te fuiste, me fui, y sin querer, se fueron también las palabras y el interés por una conversación. Ninguna volverá a ser como las nuestras.

Suena absurdo, pareciera que ahora correspondo a tus sentimientos o que me arrepiento de no hacerlo en su momento. Pero no, no me enamoré de ti, no estoy enamorada de ti. Te quise y te quiero, como un niño quiere a su juguete que después de desecharlo, está en manos de alguien más. Y escribo esto solo para sacarlo de mi mente.

¡Es eso! Un capricho. No, no lo siento como un capricho. No me obsesionas, no te quiero a toda costa, no me dominas, no te deseo.

Es solo que compartir momentos contigo ha sido lo más bonito de estos tres últimos años. Dejaste esas expectativas, y ahora todo es aburrido, incluso yo. Ya me han odiado por no hablar, y una y mil veces la frase «Soy así» me ha servido como excusa para no decir “no quiero hablar con nadie que no sea él”. Ignorar las críticas resulta sencillo.

No fue nada sencillo aceptar que contigo no conocía el silencio.


Te extraño.


URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS