Perfil público

Una mañana en el trabajo, me enojé mucho con alguien, el motivo no viene al caso. En ese momento, estaba en mi chat de WhatsApp y escribí las palabras: "Que venga y me lo diga en la cara". En la tarde, aún con muchas responsabilidades encima, cuando quise usar nuevamente mi chat para guardar algo "importante", me topé con ese mensaje, el cual convertí en un escrito erótico del que me avergoncé días después cuando lo leí.

La escritura llega a mi vida en momentos inesperados. Curiosamente, no me nace hacerlo cuando estoy sola y en calma. Creo que el motor de mi inspiración yace en la intranquilidad que me provoca la presencia de otros.