Que
se sabe…
Aun
no se ha dado a conocer el paradero del secreto mas importante y
poderoso que la humanidad ha conocido jamás. Los años siguen
avanzando y el tiempo, no deja de envejecer a quien desesperadamente
busca sin cesar el apreciado secreto.
La
Orden del Destino – Es una asociación secreta Internacional fundada
en 1297 en Europa y América.
Protegen
un secreto a espaldas de la humanidad, esta constituida por unos
guardianes, al paso de los años, la sociedad se fue diluyendo. Hasta
quedar los seis de la ultima generación; Iván Smirnov, Alessandro
Conte, Paul Davies, Marcos Calver, Joe McCall y León Fischer.
Estos
miembros, pactaron un juramento de muerte, conocido como Les
Secrets Du Destin, sin importar
lo que ocurra, deberán guardar silencio. Una de las clausulas, tiende
a decir un protocolo de emergencia.
En
caso de que alguno este siendo amenazado, otros individuos se
encargaran de buscar nuevos guardianes, que tenga la linea de sangre
de los primeros guardianes. Se los conoce como Los
Protectores.
Durante
años, una organización intenta derrocar esa orden, ocultos entre
las sombras, intentando llegar al sagrado secreto, se los denomina
Los Magni
Nuntii…Mas conocidos como
Los Grandes Mensajeros…
Según
archivos confidenciales son miembros de una secta misteriosa y
siniestra. Pero entre esos archivos, no se sabe si hay un resultado
claro.
Lo
que se sabe es que Los Grandes Mensajeros son
una organización que ejercen una gran influencia.
Según
teorías esta misteriosa y poderosa sociedad esta intentando llegar a
controlar un poder nunca antes visto.
Que
podría despertar un arma tan letal, cambiando el curso de la
historia.
Nota
del Autor
Todos
los personajes o descripciones o documentos secretos que aparecen en
esta novela son ficticios.
Sin
embargo no deja de ser creíble, te lo dejo a tu criterio.
En
cuanto a las iglesias, tumbas o monumentos son veraces.
La
organización de Los Grandes Mensajeros tienden a ser representación
de los Masones.
Prólogo
Londres.
11:28
p.m
Joe
McCall, el gran renombrado profesor de la universidad de East London
e historiador, avanzaba agitado como si perdiera el equilibrio apunto
de caer, por ese pasillo a oscuras. Intentando llegar a la salida.
No
lo había previsto, pero estaba solo, en un sitio a oscuras, el
edificio habia cerrado sus puertas hace unas horas. Los ultimos
alumnos se habian retirado.
Acciono
la alarma, pero esta no sono. Esto hizo que temiera por lo que
ocurria en su interior.
Solo
aquel eco de esos pasos resonaron en sus oidos.
Aquel
sonido, lo termino por alcanzar. Seguido de uno que reboto en las
paredes. Perforo su traje oscuro.
Pero
solo le dio en el brazo derecho. Al tomar aliento, a pesar del dolor,
se puso de pie y busco en su bolsillo, pero por el miedo solto el
telefono movil. Tenia el numero de Ivan Smirnov en marcacion rapida.
Antes
de que se pudiera alejar, se detuvo al oir una voz a pocos metros de
el. El profesor se quedo de pie, con el dolor punzante, se mantuvo
inmóvil y se volvio despacio hacia esa persona que lo llamaba.
-No
dejare que te acerques. No eres digno y jamas lo seras.
-Pronto
lo veran. Sabran la verdad.
El
profesor, pudo reconocer a su atacante, dejandose llevar por ese
reconocimiento que lo paralizo un instante.
Aquel
sujeto es un poco alto, de piel morena, cabello oscuro
sorprendentemente corto. Llevaba un saco largo oscuro. Tenia
apuntando con su arma hacia la frente de el profesor.
-Tu
jamas seras parte de la orden. Aun eres muy joven para entenderlo.
-Pero
aun asi -su acento era ruso-. Te has quedado solo. La orden ya jamas
dependerá de los guardianes, ellos tendrán su final. Pero
antes…¿Donde?… Se que la guarda uno de ustedes.
-Te
dije que no lo sabras, jamas dire una sola palabra.
-Solo
saben protegerse asi mismos. Prefieren morir que a decir algo tan
sencillo. Ahora Joe, esta es mi ultima bala. Tenia cinco mas.
“¿En
quien las habrá usado?”
Joe
sintio que le subia la adrenalina, pero el terror de morir, aunque
sea por un secreto, lo hacia ser mas valiente.
-Una
ultima bala, para el ultimo guardian. De que sirve guardarse ese
secreto. Nadie podra protegerlos mas que ellos.
Joe,
suspiro, mientras sudaba del miedo.
-No
soy el unico guardian. Hay uno mas.
-Eso
fue lo que me dijeron los demas. Que existe un descendiente real,
pero que ninguno de ustedes conoce.
Joe
se quedo atonito, no era posible revelar la identidad de ese
guardian, era el secreto mas sagrado y antiguo, que ha sido
custodiado por la orden del Destino.
-No
lo hagas tan dificil. Vamos Joe, no ganarias nada. Solo perderias la
vida. La verdad sera lo unico que quede.
Ahora
Joe se estaba dando cuenta que los otros miembros de la orden, habian
seguido la sagrada promesa. Un juramento que seria protegido, incluso
con la muerte.
Comprendio
lo que ocurria, la situacion era enserio peligrosa.
“Morire,
y me llevare conmigo la verdad. La Orden del Destino, no perdera
nunca ante la oscuridad”.
Se
habia dicho en su mente, cerro los ojos. Y oyó el disparo.
Joe,
sintio un calor tan fuerte, que lo abrazaba todo su cuerpo, aquella
bala se hundia en su cabeza. Cayo, falleciendo en el acto.
Joe
cerro los ojos y respiro por ultima vez.
El
atacante, se acerco al cuerpo sin vida de Joe. Lo observo, mientras
podia ver como emanaba la sangre, del orificio de la bala, formando
un gran charco que comenzo a deslizarse un par de centimetros de
aquel hombre.
-Solo
tenias que decirme en donde esta. No tenias que morir asi.
El
atacante, se limpio con su manga, aquellas cortas lagrimas que
brotaban de sus ojos. Levanto su mano, y le quito el anillo de plata,
que tenia una insignia con un simbolo j.
Tambien recogio un papel doblado que se le habia caido al profesor.
La guardo junto con el anillo en una bolsa que saco de su bolsillo,
dentro habia varios anillos embarrados de sangre, todas con insignias
de diferentes símbolos;
Los
pasos del hombre resonaron en el pasillo. Mientras saco el movil.
Marcó
y alguien lo atendió.
-El
ultimo guardian de la orden, cayo.
-Entonces
los seis han terminado con su mision – respondio una voz rasposa
alegrandose de recibir esa noticia.
-Solo
quedan sus protectores.
-Debemos
purificar aquellos que obtuvieron su poder no merecidos. La orden
solo tiene que ser un recuerdo, no puede haber mas contratiempos. La
gran hora casi esta cerca. Pero necesito esa llave.
-El
mayor no pudo decirme el codigo, apenas podia balbucear.
-Ivan
Smirnov, fue nuestra complicacion desde que se fundo esa orden. Y fue
quien guardo el codigo.
-¿Hay
manera de encontrarlo o decifrarlo?.
-Imposible.
Solo se que esta oculto en un libro, la espada legendaria.
-Conozco
ese libro, es de la autora Louisa Defoe.
-Asi
es, no es solo una escritora, es una de las guardianes mas antiguas.
-Pero
entonces, sera dificil, hay mas de un millon de copias en todo el
mundo.
-Eso
quiere hacernos creer, pero el codigo si fue puesto en ese libro,
solo que un descendiente o que tenga una linea de sangre con los
guardianes de la orden original, podrá descifrarlo.
-Legatus,
sera una tarea dificil. Mi mision se ha desviado. Confirmo su
existencia.
Se
sospecha que la orden creo un código, con pistas que te harian
llevar a una ruta, donde se oculta un gran secreto. Una esperanza
para la humanidad es custodiada por guardianes y protectores. Lo que
habian formado una alianza con una organización, encargada de
vigilar en discreción la vida de cada protector. En caso de que a
los guardianes les ocurra algún accidente.
-Los
protectores aun no se han enterado de la ausencia de los guardianes,
aprovechemos esta oportunidad.
-¿Como
podre hallar a los protectores?. Han llevado una vida normal, tanto
que nos han convencido.
-Pero
me han enviado una informacion, de la ubicación de uno de ellos.
Esta en America. En Argentina.
-¿En
Argentina?. ¿Cuando quiere que me encuentre alli?
-Inmediatamente.
Que Cox, te lleve al aeropuerto.
Legatus,
hiba por terminada la llamada, pero un duda se le presento en su
mente.
-Tambien,
que se descubrio al traidor. Se encuentra en Londres. No hace falta
que te diga quien es. Ya que lo conoces.
Y
corto la comunicación el desconocido.
Terminado,
se retiro vacilante del salon.
Y
ahora, el unico guardian que quedaba, murio. Uno de los mayores
secretos jamas guardados, ha quedado indefenso.
A
pocos metros el atacante, reviso la bolsa, y saco el papel. Lo
desdoblo, era una fotografia. Habia tres personas, en el se
encontraba Joe, y otras dos persona que logro reconocer.
-Marcos
-dijo en voz alta-. Sigues fastidiandome desde que desapareciste.
Justo
cuando el Audi oscuro A3 Sedán, se estaciono. El chofer se bajo, y
camino para abrirle la puerta de atrás. Sin soltar una palabra
subio.
Avanzo,
en medio de la calle, de esa resplandecida ciudad. Se quedo con esa
lluvia en la cara.
“Tuviste
que mentirme asi”.
El
chofer, sin dejar de ver hacia adelante, le entrega un sobre, que
esta apoyado en el asiento del copiloto.
-Todo
esta preparado señor Petrov.
El
hombre, revisa el interior, sin sacar nada. Saca una tarjeta de un
hotel en Argentina, lugar al cual tendra que asistir.
“No
he viajado a ese lugar desde que tenia trece años. Lo que habra
cambiado en estos ultimos años”.
De
nuevo, se presento en su mente, aquella palabra, “traidor”.
Pensando
como quitarse de la cabeza, se busco entre ideas, una solucion. Sin
dejar de ver la ciudad que se deslumbraba frente a sus ojos, soltó.
-Haremos
una parada primero.
“De
quien se tratara ese descendiente”
Levanto
la vista para enfocar sus ojos en el espejo retrovisor, despidiéndose
del lugar donde dejo sin vida aquel hombre, como si fuese la
despedida de un viejo amigo.
La
angustia y el remordimiento lo torturaban, pero una sensación de
culpa lo envolvió por un momento. Pero no podía parar, por delante
estaba su gran presa, ese a quien conoce como traidor estaba
cerca y sabia quien es.
1
Scott
Calver le daba pavor volar, tenia vertigo a las alturas, prefiere
viajar en barcos, aunque le tomen meses o dias llegar al destino. Ese
trauma infantil lo consume cada dia. Durante varios años, ha sido
examinado por medicos, por su estres y ansiedad. Su terapeuta le
aconseja que busque otro pasatiempo, uno al cual no le haga tener
esos pensamientos malignos.
El
ultimo recuerdo que ha tenido, fue el de su padre, apenas habia
cumplido seis años. Pero el avion en el que viajaban, tuvo un
desperfecto tecnico, terminaron en el oceano… En pleno vuelo la
nave se desvio de su trayectoria. De 765 pasajeros, solo han
sobrevivido once, entre ellos, el.
Su
padre por desgracia no sobrevivio. Desde esa tragedia, el y su madre
han quedado devastados.
En
cada expedicion que ha realizado, la mayoria son rechazadas por el,
ya que tendria que viajar en avion hacia donde lo necesitaban.
Oportunidades
que también rechazo.
En
el tiempo que eran solo su madre y el, se la pasaban visitando
lugares, museos, hasta lo ha llevado a su lugar de trabajo. Rachel
Calver, una profesora de la facultad de Historia, Geografia y
Turismo.
Mientras
su madre daba sus clases, el esperaba en un salon aislado del resto,
donde habia una gran biblioteca. Al ser el unico menor -de doce años-
era facil de ser visto en lugares que no debia estar. Hasta podria
tener problemas con la direccion de la facultad. Pero eso no lo
detuvo, al entrar a esa gran estanteria. Diviso cada libro, hasta
sintio la necesidad de hojearlos. Hecho un vistazo en cada tapa.
Recorrio los pasillos, como si estuviera en una gran jugueteria. Leia
los lomos a simple vista a una forma distanciada.
Podia
notar, cuanto mas se alejaba, mas viejos se volvian. Era como si
estos estuviesen ocultos, estaban lleno de polvo, y el eco de sus
pisadas se agudizaron. Como si donde se encontraba, no ingresaba el
sonido. Le parecio un tanto extraño e imposible, solo se habia
alejado unos cuantos metros, no entendia ese funcionamiento. Pero no
quiso ponerse a pensar.
Solo
tenia la fascinacion de poder leer cada pagina de esos intrigantes y
viejos libros. Sentia que podria encontrar aventuras e historias
inimaginables. Aventureros o exploradores.
Avanzo
hasta toparse con la pared, giro y se asombro, lo grande que era ese
lugar. No podia saber cuanto tiempo habia pasado, pero no era muy
tarde, es lo que se imagino.
Siguio
caminando, hasta encontrarse con una barrera, era un cordon morado,
lo acaricio, algo alcolchado y suave. La curiosidad lo delataba, sin
vacilar, paso por debajo. Unos pasos, lo llevaban a un sotano, bajo
dos escalones, pero sintio una inquietud. En su interior, podia meter
en problemas a su madre, pero solo hecharia un vistazo, no mas que
eso, mientras no toque nada.
Con
una emocion e intriga, bajo apenas se dio cuenta que ya estaba abajo.
Se encontro con una gran habitacion, adornado de muebles antiguos,
con candelabros brillantes, estanterias, con puertas de vidrio. Scott
se asomo y apenas diviso su interior, decena de libros, forrados en
piel, algunos mas antiguos, otros estaban cocidos, del otro lado,
esculturas, de los pensadores, filosofos, matematicos mas conocidos
de la epoca, con sus repectivos nombres, tallados a mano.
-Asombroso
-susurro.
Su
vista se enfoco en un peculiar libro, era el mas raro, se lo notaba
que tenia muchas paginas, hasta se hizo la idea de que a pesar de ser
el mas pesado de todos, era el mas antiguo.
Scott
miro de forma desconsertante la tapa del libro, le llamaba la
atencion como fue conservado. Pero ese asombro fue interrumpido por
el llamado de su madre. Su clase habia finalizado, regreso con ella,
sin decirle donde estaba.
-¿Te
divertiste?
-Encontré
como pasar el rato.
-Lamento
que te haya traido, pero la niñera no podia venir.
-No
te preocupes… ¿Podemos regresar mañana?.
-¿Quieres
regresar aquí?… Pero no hay otros niños de tu edad.
-Eso
no importa… No tengo tiempo de hablar con otros niños. Quiero
recorrer la biblioteca, hay muchos libros interesantes.
Scott,
admitio un pequeño detalle, no queria volver solo por los libros
comunes y sencillos. Queria explorar un poco mas esa camara que habia
encontrado. Mucho mas, le llamo la atencion aquel libro.
Su
madre accedio, sin protestar. Le alegro que su hijo, no sea como los
otros niños, le impresiono que a Scott le interesara la historia.
Aquella
mañana, Scott se levanto muy animado, hasta disfruto el desayuno. La
sonrisa de su madre, iluminaba la cocina. Al terminar, corrio y subio
al coche. Se coloco el cinturon, mientras su madre, agarraba su
bolso, antes de tomar las llaves, el telefono sono.
Atendio,
y una voz la aterro.
-Hola
-Sabemos
lo que tiene. Y queremos recuperarlo.
-Creo
que se equivoco de numero…
-No
vayas a cortarme Rachel. Seria descortes que lo hicieras. Mas para
darle un ejemplo a tu hijo.
-No
meta a mi hijo en esto. Ademas no se de que esta hablando.
-Su
esposo, se llevo algo que no le corresponde y lo queremos de vuelta.
-No
se de que esta hablando. Y no tengo nada. No vuelva a llamar…
-corto la comunicación con una respiración asmática. Giro su
cabeza hacia el retrato de la pared, estaba ella con su esposo. Ambos
con vestimenta de expedicion, detras de un gran templo.
-¿Que
hiciste Harry? -le pregunto en voz alta, sin quitar la vista en el
cuadro-. ¿Que fue lo que te llevaste de ahi?.
Scott,
noto un comportamiento extraño en su madre, al salir de la casa, la
sonrisa que emanaba habia desaparecido, como si se la hubiesen
borrado intencionalmente.
Evito
no preguntar, aunque sus manos, estuviesen pegadas al volante.
Y
su mirada parecia estar atravesando el cristal, como si enfocara su
vista a un punto.
Habian
pasado siglos para el, desde ese momento, pero no era la primera vez
que su madre quedo traumatizada. Hubo ocaciones en que mientras Scott
estaba en la sala, sentado en el sillon, leyendo “Crimenes
Idescriptibles”, le apasionaba desde saber cuando los escenarios
criminales, hasta le resulto atractivo por asi decirlo, tocar
cuerpos. Seria capaz de acceder a interrogatorios, solo debia
soportar los insoportables llantos de los familiares de las victimas.
Pero era un desafio por cumplir, que por desgracia lo estaba
cumpliendo. Aun recuerda, la vez que a la señora Brenda, una mujer
de la edad de su madre, le habian asesinado a quemaropa, para robarle
un par de zapatillas. Tuvieron que soportar esos irritantes gritos y
llorosos cantos, sobre ¿porque?.
Aunque
a su madre, tampoco le agradaba que viniera seguido, pero quedaba
solo ella. Mucho antes de su hijo, los otros miembros de su familia,
habian fallecido, devido a un accidente. El micro que los traia a
Buenos Aires, el chofer se quedo dormido, se llevo consigo a todos
los pasajeros. Cayeron por un barranco a unos ciento cincuenta metros
hacia un vacio profundo. Tardaron en sacarlos alrededor de tres dias.
Era dificil para los rescatistas el acceso, no podian sacarlos.
Estaba en una posicion que el minimo movimiento, este se
desprenda-ria y cayera al vació.
A
pesar de todo, su madre, no la ha dejado de lado. Tanto que la
acompaño en sus ultimos dias. Habia contraido una enfermedad,
Barbara, trabajaba como enfermera en el hospital municipal. Los
horarios eran cansadores, tanto que hasta trabajo 120 horas en menos
de una semana…
Cada
vez que visitaba su humilde morada, su madre la hacia sentir parte de
su casa. Hasta le dio una copia de la llave.
Lo
que aun recuerda, es cuando por la noche cuando no puede dormir, al
salir despacio de la habitacion para no despertar a su madre,
escuchaba unos sollozos llantos como si fueran susurros fantasmales.
Al bajar a la sala, podia verla sentada en el sillon, murmurar en voz
baja, sostenia dos fotografias, termino suponiendo, que en una
estaria su familia completa y en la otra la de su hijo.
Prendio
el televisor, al canal de musica, lo puso en un tono bajo para evitar
no despertarlos
Barbara,
escondio su tristeza y le enseño una forzosa sonrisa. Ella lo
abrazo, y se sintio confortable, mientras se quedaron penetrados en
la pantalla.
Su
madre, tampoco podia dormir, pero esa noche, por fin pudo conciliar
el sueño.
Hasta
se llevo a su habitación, un bello recuerdo.
2
A
Scott no le convecia en absoluto. Sus investigaciones y expediciones
sobre el conocimiento de cada objeto o artefacto, lo habian
convertido, muy a su pesar, en un personaje famoso de los demas
conservadores, durante los ultimos treinta años. Se habia dado a
conocer su nombre, tras un incidente en las excavaciones de Egipto,
hace cuatro años.
Desde
entonces, coleccionistas o historiadores demasiados importantes o
poderosos, no han dejado de tocar a su puerta para contratarlo.
El
año anterior, un hombre, se le acerco en medio de una conferencia
que estaba presentando, tras el descubrimiento de un objeto que seria
enviado a un museo de Europa.
Recuerda
su reconocido nombre, como no saber de el, es un coleccionista muy
importante en el mundo de las piezas mas valiosas que podrian
existir.
Solo
que espera que esta conferencia sea distinta.
-Damas
y caballeros -dijo la presentadora antes de que Scott se acercara al
escenario para encontrarse con su publico que rebalsaba la sala, del
Pabellón Rojo, En el famoso salon de Julio Cortazar, en la sede
Cultural de Arqueologia y Simbologia.
SE
ALZA EN PRESENTAR LA CONFERENCIA
DEL PROFESOR SCOTT CALVER
HISTORIADOR
Y CIENTIFICO
DE
LA UNIVERSIDAD DE HISTORIA DE BUENOS AIRES.
-Hemos
estado agradecido, de que se presentara a esta sala… El profesor de
historia, no hace falta decir su nombre, para que tanta formalidad.
Entre
el publico podía notar, desde el medio de esos asientos, a sus
alumnos con entusiasmo y una sonrisa de orgullo en sus rostros.
-Me
da orgullo, referirme a el como un hombre extraordinario. A pesar de
sus malas criticas, aun no lo han derribado. Semejante orgullo, para
una persona tan responsable, humilde. ¿Pero porque?, solo es un
hombre… Como cualquier otra…
Scott
no sabia que le pasaba, porque comenzo a decir eso.
Desde
que la conoce, ha sido su asistente en estos eventos.
Jamas
tuvo un problema como este. Scott podia sentir que se lo tragaba la
tierra.
¿Porque
razón dijo eso?
–Ademas,
no es solo lo que hace, si no como lo hace. Creen que es una persona
honesta, caritativa… -largando palabras con sarcasmos, haciendo
gestos con las manos. El publico, reia, pero a la vez murmuraban
entre ellos. Scott comenzo a creer que todos comenzaban a hablar
sobre el, mal, claro. Esto hacia que se encogiera poco a poco,
mientras esperaba el anuncio para poder acceder al escenario.
Mentalmente,
ansiaba que alguien la detuviera, que impidiera que continuara con la
critica.
-Pero,
¿quien es el profesor Calver?… Nadie lo sabe con veracidad
-continuo la presentadora, ladrando contra el, sin escrúpulos-. Es
lo conoce como un excavador, un historiador… Y quien mas, como un
restaurador. Pero no ha hecho mas que solo presumir sobre nada. Pero
lo que nadie sabe, es que no hace caridad, es un farsante. Todo lo
que tu le ofrezcas, el… -mostrando un gesto de vergüenza- Te pide
algo a cambio… Scott Calver, profesor de historia de la universidad
de Historia de la provincia de Buenos Aires. Su fortuna no supera su
caridad, ni su vanidad.
Se
formo en toda la sala un silencio incomodo, tanto que nadie solto un
solo murmullo. Scott suponia lo que vendria a continuacion, las
miradas vacias y acusadoras.
A
quien quiero engañar, todo lo que ha dicho, tiene sentido. Ni que
fuera parecido a “Indiana Jones”, con esa ropa y sombrero, ni
siquiera tengo la capacidad en meterme en lugares peligrosos, que
hazañas pude yo hacer… Apenas puedo decir que entre en alguna
tumba de esas gigantescas pirámides…,
se criticaba en su mente, cayendo en una profunda depresión…
-Muchas
Gracias Casidy -dijo Scott, aplaudiendo con sus mejillas enrojecidas
por la vergüenza, apartandola del escenario-. Es un encanto, todas
las cosas que dijo. Deberia ser actriz. Tanto que me hizo llorar
-solto en un tono sarcastico-. Denle un fuerte aplauso, a mi
asistente, la señorita Casidy Williams, nos dejaste temblando
-Esperando romper el silencio vergonzoso.
Fue
cuando se rompio el silencio, el publico se presento con carcajadas y
aplausos…
-Gracias,
gracias. Han sido muy amables. Vamos al grano, estoy aquí, gracias a
ustedes. Por ser lo que son, mi grupo, mi equipo. Son la razon de que
este parado aquí, esta noche. Desde que halle esas famosas reliquias
de los siglos pasados, no he podido dormir bien, pensaba como podre
hablarles. Y me dije, Scott, son tu publico, estan por ti. No te
presiones, dejalo salir.
El
sonido de los aplausos, fue invadido por la voz del fondo.
Tanto
que Scott llego a escucharlo, pero prefirio no detener esos aplausos.
Al
salir de la sala, fue detenido por una mujer, era un poco atractiva,
tenia el cabello rubio recogido. Tenia puesto un saco largo de color
beige que le llegaba hasta casi pasar las rodillas.
Unos
pantalones de tela oscuros, y unos zapatos tipo botas con tacón.
-Profesor
Calver, disculpeme otra vez, por interrumpirlo. Pero pareció que no
logro oirme hace un momento.
-¿Fue
usted?… No quiero ser grosero con usted señorita, pero dudo que en
medio de ese bullicio llegaba a escucharla. Pero ya que estamos aquí,
a que le debo su inoportuna visita… Justo me estoy dirigiendo a mi
casa, tengo que tomar un barco en un par de horas.
La
mujer, le entrego una tarjeta, era una identificación.
Scott,
le estrecho la mano y quedo cautivado con la mirada fija. Tenia los
ojos azules penetrantes y una mirada simple y bella. Bien cuidada.
La
mujer, espero un momento, mientras escondia la sonrisa.
-¿En
que puedo ayudarla señorita?…
-Soy
Marcia Silver, investigadora de persevacion y conservacion de
Londres.
Scott
quedo algo confundido.
-Un
placer, señorita Silver, pero… No entiendo, que ha venido hacer
aquí, y desde tan lejos.
-Me
han enviado por usted
La
mujer saco algo de su bolsillo y le entrego.
-¿Y
esto que es?
-Su
pasaje a Posadas, su vuelo sale en una hora, no llegue tarde. El
señor Anderson lo estara esperando con mucha ansia. Y no trate de
huir, cancelamos su barco.
-Espere…
¿Que fue lo que hizo?
-No
se preocupe… Me lo agradecerá algun dia. Pero debe marcharse de
inmediato. Yo no podre acompañarlo, pero, no se, quizas no veamos de
nuevo. Ah… Y tome.
Scott
recibe una tarjeta.
La
mujer se retiro, de una manera casual, dejando a Scott consternado,
con las palabras en la boca.
La
tarjeta era de un hotel exclusivo de Misiones:
HOTEL
BATISTA
Una
nueva y mejor alternativa de alojamiento en Posadas.
Scott
levanto la vista, giro en dirección en donde se había retirado la
mujer, y pregunto en voz alta.
“Que
mujer tan extraña”
-¿Quien
demonios es el señor Anderson?.
3
A
Scott no le caia bien los niños, esos que se encaprichan por
cualquier tontera. Menos a su sobrino, Kyle Calver, un adolescente de
veinte años, que solo piensa en pasar todo el dia encerrado en su
habitacion, jugando esos odiosos videojuegos, que por desgracia su
madre, no ha podido frenarlo.
Aun
recuerda, solo es un fragmento vago, pero que no lo olvidaria jamas.
Kyle habia cumplido sus trece años, antes de mudarse a Buenos Aires,
con su madre. Scott en todo este tiempo, ha mantenido un secreto, que
aun sigue en vigia. Tiene un hermano… Pero es quien fue parte de su
familia, su madre, queriendo esconder el dolor, decidio a costas
suyo, el adoptar.
Fue
la peor desicion, Scott no pensaba tener un hermano. Menos que no sea
de su sangre. Temia que su madre, se alejara para darle mas amor a
ese intruso.
Los
primeros meses, fueron espantosos. Era mucho que hasta compartia su
habitacion, se redujo tanto, al incluir una cama mas.
En
aquella epoca, por no decir calbario, tanto lo odiaba. Hasta busco
formas de hacer culparlo de cualquier pechoria, solo para que su
madre, decidiera regresarlo al orfanato.
Scott
no tenia un hermano. Scott no compartia sus cosas con extraños o
intrusos. Scott no permitia que le roben a su madre. Y se habia ido
por un camino casi descarrilado, solo para llamar la atencion de su
madre.
Habia
perdido por completo su lugar en esa casa extraña. No era nadie en
aquella solitaria casa. Su madre no estaba para el.
Habia
dejado que lo convirtiera en un adolescente rebelde. Comenzo a faltar
a clases, tanto que casi queda libre.
Desde
que Lucia aparecio, se alegro, o eso fue lo que penso. Iba a donde
Scott iba.
Fue
desagradable, esos llantos, que te despertaban en la madrugada.
En
raras ocasiones, Marcos, llegaba a dominar a ese insesante,
irritable e insoportable llanto.
Esa
noche, Scott se desperto, apenas podia cerrar los ojos, asi que bajo
a la cocina para beber algo de jugo. Y estaba ahi, calentando en el
microondas, el biberón. Ahi pudo notar, el rostro palido y cansado
de Marcos.
-¿Te
desperte? -dijo Marcos en susurro-. Lo lamento, pero Kyle no se
duerme. Y tengo que dar una reunion, con los ejecutivos.
Fue
cuando por un gemido desde la habitacion, se le ocurrio la semejante
idea, de involucrarse, aun no habia comprendido porque lo habia
hecho.
-Sabes
que puedes dejar esa vida… Ellos te necesitan mas que nada.
-No
puedo Scott, lo que estoy haciendo es muy importante, lo hago por
ellos.
-¿Por
ellos… o por ti?… Cambiaste Marcos, ya no hacemos lo que haciamos
antes… Eramos un buen equipo, pero te alejaste.
-Scott,
sabes que esa no era mi vida, tampoco mi sueño. Era el tuyo.
Ahi
mismo, los llantos del bebe, les termino su conversación.
Quedo
un incomodo silencio.
-¿Quieres
que se lo de? -habia dicho Scott.
-¿Hablas
en serio? -contesto Marcos-. No quiero molestarte…
-No
te preocupes… Tu ve a dormir, igual no tengo que hacer nada mañana,
es mi dia libre.
-Gracias,
Scott. Eres un buen hombre, te lo agradezco.
Marcos,
solto un corto bostezo, y se encamino a su cuarto, para poder dormir
cómodamente, se sintio mas relajado. Mientras que Scott, tenia en su
mano aquel biberón.
Primero
suspiro
-Bien,
aquí vamos. ¿Que tan dificil puede ser?
Pero
aunque no lo quiera aceptar, es su hermano.. Han hecho sus
expediciones juntos, pero Marcos era mas rudo, se mostraba de
diferentes maneras, tanto que se alejo de nosotros, intento hallar
maneras mas sencillas sin esfuerzo, para conseguir esos objetos o
tesoros.
Se
volvio un mercenario, se reunia todas las noches, su cuñada, culpo a
Scott en sus andanzas, tanto que criticaba su trabajo a espaldas de
el.
Por
desgracia, su familia tiene mala fama, tragedias inexplicables
suceden en los Calver.
Presagios
de infortunios.
4
Desde
hace tiempo, Scott aun recuerda esa reunion que tuvo con Marcos,
antes de esfumarse de sus vidas.
Recuerda
cada palabra, hasta todo lo que se habian dicho.
-Debes
dejar de hacer todas estas escapadas -habia dicho Scott.
-Hago
lo que es mejor para mi familia y para mi hijo -contesto Marcos un
tanto descontento.
-Huir
y juntarte con esos lunaticos, ¿es lo mejor para tu familia?¿Lo
mejor para tu hijo?… Explicame como podria ser mejor, cuando ni
siquiera estas para el. Apenas puedes verlo, porque trabajas como
burro, cosa que no te creo, porque se que eres un holgazan. Te
encanta jugar con la muerte. Pones tu vida en juego sin pensar en los
que dejas atrás.
-No
lo entiendes… No sabes lo que esta en juego, porque a ti no te
interesa mi familia. Y no me haces este escandalo porque me quieres
cuidar, porque no es cierto, desde que llegue a tu vida, lo unico que
he recibido de ti, es rechazo. Y es lo que me duele mas, que aunque
no seas mi hermano de sangre. Te elegire siempre. Porque sos mi unica
familia.
Scott
se habia quedado en silencio, esa fue la ultima vez que hablaron.
Los
dias siguientes, decidio entrar a la habitacion de Marcos, la cual
nunca lo habia hecho. Y encontro debajo de su cama un bolso. Estaba
polvoriento, y rasgado. Dentro, encontro una libreta con los nombres
de personas, preocupado, decidio entrar en la web y buscar a esos
individuos, y lo que resalto era terrorifico. Se trataba del cartel y
otras organizaciones clandestinas… Mafiosos y asesinos.
“Marcos
en que te estas metiendo”.
Fue
cuando esa llamada lo habia cambiado todo, aun tiene esas palabras en
su mente. Son como dagas provocando heridas muy profundas en su
corazon.
-Diga
-respondio Scott el telefono movil que estaba arriba de la mesita de
noche. Marcos se lo habia olvidado, pero sonaba, no conocia el
numero, pero estaba preocupado asi que atendio.
-Marcos,
escucha es una trampa, la reunion que vas a tener, no es de negocios.
Todos saben que vas a ir por ellos, te estaran esperando para
matarte. Saben que perteneces a la orden. Fue Colin, es el espia de
ellos.
-¿Como
dijiste?…¿Quien es Colin?…
Pero
el telefono se quedo en silencio, pero podia escuchar la respiracion
del otro.
-Responde,
ya se que estas ahi, escucho tu respiracion -suspiro- No quiero que
se meta en problemas, Marcos es mi hermano, soy Scott Calver. Dime lo
que sabes.
Pero
el cobarde corto de inmediato la llamada.
Culpa,
es lo que siente, por no decirle la verdad.
Fue
cuando se acordó de unas palabras que habia dicho en sus ultimas
sesiones.
La
terapeuta era la unica que sabia sobre los secretos de el y su
hermano. Le conto todo sobre las andanzas en las que andaba y con
quien se reunia. Una corazonada le refuto sobre su cabeza que esa
informacion no se filtro intencionalmente, sino que alguien le
hubiera avisado.
¿De
verdad fue ella?… No creo que haya sido capaz de saber sobre todo,
ni siquiera le habia contado nada. Solo me escuchaba lanzar palabras
en protesta de lo que me hacia sentir. Aun recuerda esas ultimas
sesiones, en ese despacho.
-Estas
sera tus ultimas dos reuniones conmigo -habia dicho la mujer-. No
quiero que te pongas mal, pero ya tienes lo que buscabas. Te sentiras
mejor en unos cuantos dias, habras ayudado a muchos.
-No
creo que haya ayudado a nadie -contesto Scott.
Pero
la mujer se lo estaba diciendo de manera discreta.
-Lo
que has hecho aquí, sirvio bastante. Debes sentirte honrrado de
aberte ayudado, tambien has hecho lo que muchos no logran hacer,
aceptar que no tienes la culpa de nada, solo fueron momentos
circuntanciales que no tenian sentido en tu vida.
-Tal
vez pueda sentir que algo ha cambiado dentro de mi.
-Por
su puesto, no solo te has ayudado, si no también me has ayudado a
mi. Resolver esos enigmas que tanto ansiaba terminar al fin daran su
proposito.
-La
fortma en que me animas a buscar mi lado perdido es algo que
agradezco. Agradezco tenerte. Tambien podre decirle a Marcos que deje
esa vida que tiene. No sabe donde se esta metiendo.
-Es
un gran avance. Pero me faltan datos para entenderlos mas, a Marcos,
tal vez no quiera venir pero podremos ayudarlo a que su vida cambie.
Nos cambiara a todos.
-Eso
espero, lo unico que quiero es que todo termine. Que el se de cuenta,
que vea la luz en tanta oscuridad.
-Lo
ayudaremos, juntos le haremos ver esa luz, la cual esta apagada, solo
debemos encenderla.
Scott
no podia creer esa tontera, era una acusacion muy grave. La persona
que escuchaba sus lamentos, sus quejas y opiniones resultaba ser el
enemigo.
Un
enemigo poderoso no es poderoso hasta que le temen.
Lo
habia considerado como un consejo. Pero luego lo que habia sospechado
se hizo visible.
“Vigilar
a la terapeuta, no seria una locura”
Al
dia siguiente, los titulos de los medios resaltaron en mayusculas un
anuncio que le erizo la piel. Que se anuncio en toda latinoamerica.
Lo
que tanto intentaba ocultar, resulto ser verdad, su parloteo infantil
provoco esa reunión de mafiosos para asesinar a Marcos. Antes de
poder decirle sobre lo que sabia y de quien se trataba. Sucedió lo
impensable.
Marcos
desapareció.
Por
quince y largos años.
5
Scott
siempre que viaja en micro o en avion, busca estar del lado de la
ventana.
Se
siente mas a salvo, que estar en la fila del pasillo. Esta vez, se
llevaba consigo a su sobrino. Aunque no queria traerlo, pero su
cuñada, se lo encajo. No porque quisiera, si no porque le tocaba
estar con el, durante doce dias. Fue un acuerdo que hicieron Lucia y
el.
Sin
Marcos, su hijo, necesitaba estar no solo con su madre si no con su
tio.
Scott,
antes de salir, habia regresado de su conferencia, estaba tan
cansado. Pero tenia que apresurarse si no perderia el vuelo, que por
afortunadamente, estaba pagado, por ese hombre, el señor Bruno
Anderson.
Al
llegar a su casa, solo busco la maleta mas pequeña, solo seria un
viaje de ida. Aunque estaba seguro que serian mas, ya que estaria
ahi, podria aprovechar para dar un paseo por esa ciudad.
En
medio de ese desorden, libros, de cualquier variedad y tamaño.
Estaban
sobre la mesa, sobre esa pila de ejemplares, tenia un plato, que
parecia aver dejado comida.
-No
tengo tiempo, de ordenar -dijo en voz alta, mientras subia corriendo
a su habitacion, para cambiarse.
Se
habia puesto una camisa blanca, unos pantalones oscuros, y una
chaqueta beige oscura. No podia ponerse el cinturon, porque traia
consigo el pasaje. Sin dudar se lo puso en la boca. No habia pensado
dejarlo en otro lugar. Cuando el telefono de la sala sonaba, era un
sonido debil, que se hacia mas fuerte.
-¿Quien
puede ser a esta hora?… A bueno, dejo de sonar. No debio ser nadie
importante.
Bajo
las escaleras dando saltos, en cada escalon, y antes de tocar el
suelo. El telefono volvio a sonar.
Scott
apurado, con el tiempo alejandose, gruño con una mezcla de
indignacion y frustracion. Decidio darle fin a la llamada, descolgó
el telefono.
-Hola
Como
no podia imaginarlo, era su cuñada.
-Scott,
por fin me atiendes, te estube llamando durante horas. ¿Donde
estabas?
-Estaba
en una conferencia, ¿que quieres Lucia?… Tengo prisa.
-No
quise molestarte, pero esta yendo a tu casa Kyle. Arranco tu dia.
Cuidensen mucho los dos. Nos vemos en dos semanas…
-Oye,
oye. Espera… ¿Como que dos semanas?… ¿No son doce dias?…
-Finde
largo Scott. No te preocupes, unos dias mas, no le hara nada. Pero no
te llamare de nuevo, solo quiero avisarte, que Kyle va de camino a tu
casa, me dijo que estaba a unas cuantas cuadras. Lo que tengas
planeado hacer, vas a tener que sumarlo a el también. Bueno, eso es
todo. Gracias Scott, eres un buen hombre. Te lo agradezco.
A
Scott, tenia la sensacion, de que esa despedida, le resultaban
familiares. Pero al oirle decir “Te lo agradezco”, se le
manifesto en su mente, un recuerdo corto, de esa noche en la cocina
con Marcos. Le dijo las mismas palabras.
-¿Sabes
a cuanto esta Kyle?
Pero
desafortunadamente, Lucia ya habia colgado. Solo se quedo con el
telefono en la mano, escuchando el tono.
Antes,
de poner un pie en el escalon, para subir. Llamaron a la puerta, y
detras esa chillante vocesita adolescente.
-Scott.
Tio Scott, ya llegue. Estoy aquí afuera.
Scott,
no aguanto, que termino gruñendo con indignacion. Se asomo a la
puerta, se mantuvo en silencio, por un instante. Poder disfrutar lo
que le quedaba de esa calma y serenidad.
-Scott,
¿puedo entrar?
Scott
dudo un momento, mientras se le cristalizaban las pupilas.
Mientras
tenia prisa, antes de perder el viaje.
Suspiro
profundo.
Abrio
la puerta, y ahi estaba parado.
-Kyle,
que bueno verte. Si me disculpas tengo prisa. Asi que hagamos esto.
Ambos sabemos, que cada vez que vienes, solo ves televisión, y comes
comida chatarra. Asi que pasa.
-Veo
que te olvidaste que venia -dijo, soltando una sonrisa burlona.
-Tengo
muchos asuntos, últimamente. No estoy para bromas.
Kyle,
comienza a dar vueltas por la casa, a Scott, se le estaba haciendo
tarde. Miro el reloj eran las 13:21, solo demoro una hora. El vuelo
sale a las 15:00 pero el trafico de hoy, estaba insoportable, era
peor que estar en el centro de la ciudad.
-La
hora pico -dijo en voz alta. Habia perdido de vista a Kyle.
Estaba
en el escritorio, sentado. Leyendo el libro, el cual habia tomado
notas, hace un par de meses.
-Kyle,
no toques nada. Esta todo como debe estar. Me llevo años, descifrar
el lenguaje. Tiene muchos simbolos, solo un experto en simbologia
podria descifrarlos. Pero no he podido encontrar uno.
-¿Que
son estos numeros?…
52
n 174 o
¡Desde
Mio!
-Son
codigos o coordenas, no estoy seguro. Pero la simbologia numerica no
llega a darme nada. Pero no logro darme cuenta, no se si es asi o me
faltan mas informacion. Este es el trabajo de mi vida.
Kyle
revisaba las notas escritas a mano, y tenia varias palabras que no
tenian sentido.
Pueriles
Detallas Enterado Tenedora
Plantula
Deletreo Desaires
Plantula
Deleites Rodearse
-Con
razon, mamá dice que pareces un montañés. Encerrado, solo.
-Tu
madre no sabe nada. Ni siquiera me conoce bien pero… -vio el reloj
de su escritorio, marcaban las 10 p.m-. Carajo, se me hace tarde.
Kyle, ven. Yo me tengo que ir. Volveré en dos dias, o mas. Que se
yo. Pero no debes estar aquí. Andando, levantate de esa silla.
Kyle,
se guardo una de las notas en su bolsillo.
“Tal
vez pueda resolverlo”..
Scott,
antes de cerrar la puerta, vio a Kyle, que miraba la estantería de
libros, le asombraba los ejemplares de cada uno. Una gran colección
de diferentes épocas. Enfoco su vista en uno, inclino su cabeza,
para leer el lomo, aquel titulo le habia llamado la atencion.
Scott
lo observo, notando su intriga por ese libro.
-Vamos
Kyle, debemos irnos.
Al
cerrar la puerta, Scott, guardo aquel libro que tanto llamaba la
atencion de su sobrino, lo guardo en su bolso. Lo coloco con varios
libros que estaba llevando a su viaje.
6
Aquella
noche en Londres era la mas fria, a unos cientos de kilometros de
donde fue asesinado el profesor Joe McCall. Se hallaba una lujosa
mansion. Un hombre, que terminaba de beber su ultima gota del mas
fino vino que podria tener. Termino de leer la ultima hoja del
diario, mientras las llamas del calor de esa calida chimenea, lo
mantenian confortante.
Ya
eran las 12:23 y debia irse a dormir. En unas cuantas horas, debia
tomar un vuelo a Paris. Tenia una entrevista muy importante con un
historiador y apasionado de tumbas y monumentos arquitectónicos.
Pero mas por sus excavaciones en diferentes tierras remotas. Sus
grandes descubrimientos lo han llevado hasta la cima. Se ha
convertido en un ilustre y conservador de las artes. Tiene una gran
devoción por esos lienzos que han pintado grandes y reconocidos
artistas.
El
teléfono que se encuentra en la mesilla de estar estaba sonando, de
la gran sala. Como nadie se opta por atender, gruñe un poco, siendo
el quien debe atender. Puede sentir, que la casa esta vaciá, apenas
puede notar, la presencia de los empleados.
-Hable.
-Comisario.
Los Grandes Mensajeros estan en Londres -respondio una voz masculina
con un tono de susurro.
-Asi
que… decidieron abordar esta ciudad.
-Aun
no hemos encontrado donde se hospedan.
-¿Que
hay del tipo Legatus?
-Aun
desconocemos su identidad o donde se esconde.
-¿Y
del mensajero?
-Se
dirige asi aquí. Tal vez lo visite…
-¿Estas
en posicion?
-Estoy
afuera en la patrulla delante de su casa. Solo se escondio ahi. Todas
las luces estan apagadas.
El
hombre se acerca a una gran ventana, y corre un poco la cortina, se
asoma y pudo ver el vehiculo de la policia.
-Correcto,
comunicale esta informacion al agente Missconnie. Es quien no esta
enterado del caso. Yo intentare comunicarme con la orden. Te aviso
sobre esto -iba a dar por terminada la llamada, cuando otra duda se
presento en su pensamiento-. Oficial Jetz, ¿Que sabes sobre
Anderson?
-Regreso
a America -contesto el-. Esta en Argentina, se hospeda en un hotel en
Posadas, en Misiones. Monitoreamos todos sus movimientos. No
encontramos nada sospechoso, pero si hace algun movimiento que sea
sospechoso, yo mismo ire a arrestarlo.
-Bien,
avisame cualquier novedad. Ahora puedes retirarte. Llamaria mucho la
atencion que te vean aquí.
-Entendido.
El
hombre corto la comunicación. Suspiro, volvio a levantar el telefono
y marco un numero. Pero solo le daba ocupado. Lo intento de nuevo
pero le daba lo mismo. Colgo, y subio las grandes escaleras, mientras
se escuchaba muy lejano el viento soplar.
“Los
Grandes Mensajeros estan en Londres. Asi que despues de todo ese
maldito tenia razon”.
Llego
hasta el pasillo, camino hasta la ultima habitacion.
La
abrio y se encontraba a oscuras. Encendio a tientas la lampara de la
mesilla de noche. Miro a su alrededor y vio su elegante dormitorio
con adornos antiguos, modernos de los siglos XIV y XVI.. Con los
ojos, cansados, evitando que le pesen los parpados, se hiba directo a
acostarse. Pero una imponente figura lo sorprendio. Se quedo inmovil,
pero apenas sonrio.
-No
crees que es demasiado tarde para entrar asi a mi casa.
-¿Jetz
te aviso? -respondio con un tono de desepcion.
-Supongo
que no vienes porque si. En que problema te metiste ahora Colin.
Pero
el hombre no respondio, solo se quedo inmovil. El otro hombre, volvio
despacio la cabeza, a pocos centimetros. Le apuntaba con una pistola
que saco de su abrigo.
-Esta
bien. No te preocupes, lo que hayas hecho, lo solucionaremos. Ahora
dime, que tan grave es…
Colin,
era el mismo hombre, que asesino a Joe en el museo. Antes de irse,
decidio hacer una parada en la gran mansion.
-¿Porque
mentiste?
-¿Porque
que?… No entiendo de que hablas…
-Me
dijiste que era el unico. Que era el unico. Y no lo soy.
El
hombre, bajo y levanto la vista a Colin, al ver que habia cargado la
pistola.
-Espera,
Colin. ¿Que sucede?… No… Entiendo que me estas preguntando.
-Marcos.
“No
puede ser” Lo que pensaba que habia mantenido bien resguardado,
salio de su boca. Aquel nombre, era un poco sagrado, un secreto que
se llevaria por siempre. Pero pocos sabian sobre eso.
-No
entiendo. ¿Quien es Marcos?
-Ahora
te haces el confundido. Ya veo, ahora lo entiendo. Tu dijiste no
saber nada sobre la orden. Y que crees, yo se donde estan… Y se lo
que protegen -solto una sonrisa- Lo que protegian.
Colin
volvio a apuntarle, pero se estaba alterando.
-¿Como
te enteraste de eso?¿Quien te dijo eso?…
-Digamos
que las escuche por ahi.
-Lo
que hayas escuchado es mentira. No creas en todo lo que la gente
dice…
-¿Como
vos?… Si…Ya se quien sos… Y lo que hacias… Y no trates de
mentirme, puedo ver en tus ojos, como intentas evadirme. ¿Que es
eso que tanto guardan?… ¿Porque es tan importante esa
organización?. Prefieren morir, que a vivir… Solo para guardarse
ese secreto. La Orden del destino, dio su vida por mantener guardado
bajo cuatro llaves ese secreto.
-¿A
que te refieres, con que dio su vida?…¿Que fue?
Colin,
al escuchar esa pregunto, no dejo que continuara hablando, termino
interrumpiendo para enseñarle su respuesta, sonrio, y le arrojo la
bolsa a sus pies.
Con
las manos en alto, se agacho para recoger la bolsa, al abrirla, se
aterro, que termino sentado en el suelo.
-¿Que…
Que esto?
-La
orden del destino, se extinguió. Quedo en el pasado. No queda ni un
miembro mas.
-¿Como…
Como paso?¿Porque?…
El
hombre apenas le estaba escuchando, tenia la vista enfocada en el
contenido de esa bolsa. Se lanzo rapido, mientras entre los anillos,
estaba el que lo dejo mas atonito.
-Jo…
Joe -repuso en susuro el hombre, que ni Colin, llego a oirlo.
Mientras se llevaba a su pecho el anillo, como un afecto de perdida.
Apenas le brotaban lagrimas. No podia entender como han podido hacer
algo asi.
El
momento para el hombre, mientras revisaba cada anillo, era espantoso
y le provocaba una respiracion asmatica.
-El
secreto que tanto han protegido ha quedado indefenso. No hay quien lo
proteja ahora. Asi que Matt -apunto Colin, con su arma, apoyada en la
ciene del hombre en el suelo.
Matt
suspiro, se arrodillo, y levanto la vista al cañon que tenia frente
a sus ojos.
-No
tienes idea de todo el daño que has ocasionado… Nunca seras digno
y jamas lo seras.
-¿Porque
todos dicen eso?… No soy digno… Nadie lo es. Su fama sera solo un
recuerdo. Antes de irte con el resto de los guardianes. Tenia miedo
de que me abandonaran… Pero no lo hicieron. Su propio secreto y
orgullo los mando a su tumba. La muerte condiciona mucho en muchas
puntos de vista.
Tantas
acusaciones, pero se guardo eso que lo estaba atormentando desde que
llamo al General. Prefirió enterrar esa informacion.
Matt,
solo podia oir su respiracion y sentir el corazon golpear su pecho.
Mientras el miedo a la muerte lo abrazaba poco a poco.
-Sabes,
algo muy peculiar me dijo uno… que los seis guardianes, son solo
una parte. El septimo guardian, es quien tiene la llave del destino.
Pero no pudo decirme mucho, apenas podia respirar, cuando lo estaba
estrangulando. Podia sentir mis dedos, accionar con mucha fuerza la
yugular. Podia sentir, como el latido de su corazon, bajaba
rapidamente.
Matt
tuvo una terrorifica noticia, mientras podia imaginarse en su mente
como habia sufrido.
“¿Ivan
Smirnov esta muerto?”
Matt,
apretaba sus dientes, mientras controlaba la angustia y la perdida de
ese hombre. Quien dio su vida para proteger ese secreto.
-Hasta
creo que me dio una pista. Cal…ver…¿Lo conoces cierto?.
Colin,
pudo ver el rostro de Matt, que se contrajo con esa lluvia de
informacion.
-Hasta
pensaba ir a visitarlo… Segun lei, Marcos Calver, desaparecio hace
quince años, justo cuando el primer miembro, decidio reunir a los
seis guardianes. Entre ellos, estaba yo. Pero como no tenia sangre de
un guardian, me excluyeron. No podia entender… No me cabia en la
cabeza que pudieran hacerme eso… A mi, quien los ha guiado y
apoyado en todo este tiempo. Pero no me hace bien, recordar…
-¿Que
piensas hacer?… Aun no lo entiendes, esto va mas aya de todo lo que
hayas visto. Tambien a mi me cuesta creerlo. Y decidi guardar
silencio.
-Creo
que no lo entiedes, Matt. Lo que se aproxima, es imparable. Los
grandes mensajeros, tendran lo que les corresponde.
Matt
no podia creer lo que escuchaba, todo estaba perdido. Lo que parecia
imposible, ahora saldra a la luz.
“Los
Magni Nuntii”.
-La
orden del destino fue solo historia pasada. Ahora estara en las manos
que sabran protegernos de todo pecado. Seran nuestra salvación, nos
salvara a todos. Te salvara a ti tambien.
Se
oyo un disparo…
Y
esa noche, la gran mansion quedo en total silencio.
7
Ya
en los asientos del avion, Scott se acomodaba, mientras este avanzaba
a una velocidad media, en direccion a Posadas. En el asiento del
pasillo, Kyle estaba distraido con su movil. Revisaba anuncios de
consolas…
“Increible,
Marcos, tu hijo es un compulsivo, salio igual a nuestra madre”.
-No.
No puede ser.
-¿Que
sucede?
-Mi
celular, se apago. Me olvide el cargador en tu casa.
-Cuando
lleguemos aya, te compras uno. Al menos puedes dejar eso. Ah si.. En
el avión no puedes usarlo.
-¿Y
que se supone que haga en todo el viaje?
-No
se. Es tu problema. Yo en cambio, aprovechare para meterme en la
lectura. Deberías hacer lo mismo. Es una buena distracción y te va
a despejar la cabeza.
-¿Estas
bromeando?… Ni de chiste me atrevo a leer un libro.
-Bueno…
Tu te lo pierdes.
Para
Kyle, esos treinta minutos los sintio como si fueran una eternidad.
Como si el tiempo no se moviera o que se estuviera deslizando lento.
Scott,
apenas podia seguir la lectura, comprender el texto, esas palabras
que aun no ha podido descifrar, seguian impregnados en su mente.
No
podia evitar esa profunda emocion de encuentro que le producia por
ese descubrimiento. A pesar de su tiempo desperdiciado, tratando de
descifrarlo, era casi imposible no poder celebrarlo, por su gran
esfuerzo.
“Pondre
mas atencion a los detalles”.
Con
tantos libros de codigos, le habia sido inutil encontrar una
conexión. Esos famosos libros, que le había enviado un colega de su
hermano. A quien lo llamo, para contarle el gran descubrimiento que
le tomo casi diez años. Y el aun sin poder resolverlo.
Pero
dejo de comunicarse con el, cuando su hermano desaparecio.
Estaba
tan afligido que opto por no involucrarlo, aunque cree que el tiene o
sabe algo sobre su desaparicion.
“Joe
McCall, ¿en donde lo metiste a mi hermano?”.
Podia
ver desde la ventana, como la ciudad y el resonante trafico,
desaparecia en la oscuridad. Dejando a la vista los campos, de
grandes hectareas, acompañado del silencio…
-¿A
quien vamos a visitar? -dijo Kyle. Fue lo primero que decia desde que
habian salido de la casa de Scott-. ¿Y porque tan lejos?.
Scott
no estaba seguro, si estaba haciendo lo correcto, no necesitaba salir
de apuros. Sentia que estaba siendo presionado.
Aunque
no tenia idea de quien se tratara, no llegaria a ese punto -fue lo
que termino haciendo-.
Scott
no cree en las casualidades, solo es alguien que se ha dedicado
durante su vida a la arqueología, y otras ideologias, que aun no se
han presentado como emblematicas. “Si no pasa nada en un viaje,
aunque sea corto, seria aburrido al relatar” -la frase que decia
continuamente, cuando regresaba de alguna expedición o viajaba para
recibir un objeto en un museo. O si tenia que restaurarlo por
completo.
-Al
señor Anderson -respondio Scott-. Un historiador y coleccionista de
la Universidad de Harvard, aunque aun no he entendido el ¿porque a
mi?.
Kyle,
solo asintio sin tener una respuesta. Mirando para cada lado,
buscando con que entretenerse. Asi que se acerco y curioso, leyo el
titulo del libro que Scott estaba leyendo.
–El
mapa de las aguas oscuras –dijo Kyle levantando la voz. A lo que
Scott, mostrando una sonrisa, busca en su bolso que tiene entre sus
piernas en el suelo, un libro.
-Ten.
Este te va a gustar. Es de aventura y misterios.
-¿La
espada legendaria? -respondio asombrado.
Ese
era el libro que Scott noto que su sobrino estaba intrigado.
Kyle
lee en voz alta la contraportada
-Un
joven descubre que es mas importante al ser nombrado como el elegido.
Entre guardianes y protectores, se haya el mayor secreto que la
humanidad ha soñado alguna vez. Quien posea la sangre de la primera
hermandad, podrá llevar consigo la espada legendaria, símbolo del
futuro.
-Suena
interesante, ¿no?
-Algo
por el estilo, pero no tengo de otra.
Kyle,
atraido por la introduccion de la historia, comenzo a leerlo. Por
dentro agradecio que su tio haya sabido que ese libro le intrigaba,
ansiaba poder, descubrir en cada pagina, aquella historia que alguna
vez lo marco. Scott no sabe. Pero ese libro es el que el padre de
Kyle, le habia leido cuando apenas tenia cuatro años. Aventuras,
peligros y misterios.
-A
lo mejor tiene una buena razón, para invitarte el señor Anderson.
Debe ser por tu trabajo. Tal vez supo de tu descubrimiento y de esa
manera le avisaron donde estarías.
“Mi
descubrimiento”, pensó.
En
todo lo que ha soportado, olvido lo mas importante, su descubrimiento
mas glorioso.
A
pesar de en sus años anteriores, ha tenido fuertes corrientes que lo
han querido arrastrar para arrojarlo a la cascada mas profunda.
“Europeos”, sinvergüenzas que han intentado apropiarse de su
trabajo. Hasta han tenido la osadia de patentar sus archivos. Pero
entre tantas demandas, Scott afortunadamente, pudo ganarlas todas.
Hasta
ha terminado en un demanda, de tres años. Deportado en italia, por
un visitante cualquiera. Tras, quererlo despojar de sus pertenencias.
Creyendo que Scott era el demandante. Fue enemigo publico, de las
universidades y laboratorios arqueologicos de la mitad de europa.
El
avion seguia avanzando levantando altitul en direccion norte, justo
que Kyle, gira su cabeza hacia la ventana, pudo ver una silueta que
sobrepasaba al vehiculo. Era veloz. A penas se podia divisar con
claridad la figura. Pero se dejo ver, al detenerse en un sendero
hacia adentro. Fue tan sorprendente, que le asombro, como un animal
podia correr al mismo ritmo que el avion.
Scott
al verlo pensó en Hanna, una joven que conocio en Paris, cuando
realizaba una excursion al Louvre. Fue invitado por un conservador
muy reconocido en la ciudad. Aquella noche, resplandecia con un
brillo mas fuerte que el sol. Pero el vehiculo en el que viajaba, se
desvio por una calle poco transitada para evitar el trafico. Ahi en
esas calles a oscuras, que apenas eran iluminadas por las
distanciadas estrellas. Un jinete a caballo, era ella, bella y
atractiva mujer, que tenia un oscuro rojo ceniza, con unos ojos
castaños. Apenas llegaba a tener unos veintiocho años, Scott tenia
treinta.
Habia
recorrido, cada rincon de esa ciudad, el beso mas apasionado que le
habian dado fue en la cima de la Torre Eiffel, estaban perdidos,
sentian que eran ellos nada mas, mientras el tiempo se detenía.
Fue
un bonito recuerdo, pero es solo eso lo que termino siendo, un
recuerdo que formo parte de una lista de pendientes.
“Jamas
podre olvidarla”.
La
ultima vez que la volvió a ver, fue en esa despedida en el
aeropuerto de Madrid. Mientras avanzaba por ese pasillo, dejando un
dolor en el pecho, que le silbo esa brisa del alma.
Quedo
con su vista al cielo, observando como el avión, desaparecia entre
las nubes.
“Ese
fue el ultimo beso”.
-¿La
sigues recordando? -dijo Kyle, mirando en la misma direccion.
Scott
apenas entendio lo que dijo. No habia entendido bien.
-¿A
que te refieres?
-A
la chica del caballo, como era su nombre…. Asi… Hanna -repuso
Kyle, mientras soltaba una corta sonrisa-. Claro que la recuerdas,
como podrias olvidarla. Papá me dijo que estabas enloquecido por esa
mujer. Hasta la nombrabas en tus sueños.
Scott
solo nego pero se quedo en silencio, pensando y recordando los
hermosos momentos que pasaron. Italia, una bella ciudad, que ambos
visitaron.
-Claro
que la recuerdas -agrego, Kyle con un tono de burla-. No me mientas,
según mama, cada vez que ves un caballo, te hace volver a verla.
Scott
sonrio, medio inconsciente.
Kyle
noto una emocion que le resulto familiar cuando intento negar o
evitar el tema, solo basto una sola mirada para delatarse asi mismo.
Sonrio y regreso con la lectura.
Scott
tenia esa mirada desconsertada, el no saber el motivo de esa partida.
Quedo impregnada en su mente. Necesitaba saber una cosa y se lo va a
preguntar cuando el destino los una de nuevo.
“¿Porque
nos separamos?”.
Scott
saco su telefono movil y volvio a marcar el mismo numero. Pero aun
seguia ocupado, le parecio un tanto extraño, ya que según el,
aquella persona que intenta comunicarse, siempre responde. No importa
quien sea.
“¿Porque
no contestas, te paso algo?.
Al
intentar una vez mas prefiere dejarle un mensaje de voz.
-Escucha
Joe, no se bien, pero debo contarte algo urgente. Llamame, estaremos
en Posadas unos tres dias.
El
mensaje de voz fue enviado y volvio a guardar el movil en su bolso.
Solo apoyo la cabeza mientras, su vista estaba afuera.
La
noche estaba mas cerca, sin dejar de mirar por la ventanilla, escucho
el vostezo de Kyle, pero el cansancio lo vencia a el tambien, podia
sentir como su cuerpo se intentaba ir.
-Deberias
dormir un poco -dijo Scott, mientras sacaba de su mochila un libro.
-Eso
hare -respondio Kyle, al mismo tiempo que solto un vostezo casi
sonoro, que se fue agudizando. Se acomodo y se tapo con una frazada
que se habia traido.
Kyle
cerro los ojos.
La
encuadernación del libro era de tapa dura, con unas hojas
amarillentas. Apenas media unos diecinueve centímetros de largo y
otros doce de ancho. Se lo notaba que era un poco viejo y desgastado.
Apenas se distinguian las letras del titulo, a pesar de estar un poco
borroneadas.
L´ordre
du destin, escrito por Edmundo
Cain 1743, un autor ironico
irlandes, quien describe en introspectiva una sociedad secreta,
conocida como la orden.
Scott,
abrio el libro, en la pagina que habia marcado con un trozo de papel.
Se acomodo en el asiento, y retomo la lectura.
“…Buscaron
entre muchas ciudades, pero la busqueda del ultimo guardian, fue en
vano. Aun no habian encontrado un solo indicio que los llevara con
esa persona. El reloj les jugaba en contra, casi que no les quedaba
tiempo… Podian sentir como sus esperanzas se desvanecian en el
aire. Aquello que tanto han protegido, quedara indefenso. La gran
entrada, no debe ser encontrada por ningun otro mortal. El
contratiempo los abraza, mientras sienten como pierden el aire.
Apenas pueden respirar, esa respiracion agitada casi asmatica los
atormenta. La orden del destino seguira de pie, hasta que los Magni
Nuntti no se acerquen al gran secreto….-un bostezo lo interrumpio.
“Los
Magni Nuntti… Los grandes mensajeros creo…
-¿Porque
se me hace familiar ese nombre? -dijo Scott un poco confundido.
La
lectura lo estaba cansando. Sentia como sus parpados intentaban
cerrarse con fuerza. Se acomodo, y cerro sus ojos.
El
sueño por fin lo alcanzo.
8
El
agente Missconnie tenia un aspecto poco ortodoxo, se relacionaba con
los casos mas sencillos, durante sus diez años en la fuerza, no ha
dejado cabos sueltos. La mayoria de los que Missconnie ha resuelto,
son de crimenes entre pandilleros o terroristas que intentaban armar
una guerra nacional.
Antes
de regresar a su casa, se desvio para ir a visitar al comisario
Sannset, para interrogarlo por un archivo que se ha descubierto sobre
el. Aquel sobre, estaba apoyado sobre el asiento del copiloto.
Cuando se encontro con un patrullero, en la puerta del comisario Matt
Sannset.
El
Chevrolet Montana, barria la oscuridad con sus grandes opticas con
luces led, con un sistema diurno.
Tambien
se acercaba por esa calle, en un horario en que los transeúntes no
circulaban, asi que es una zona vacia y silenciosa.
Justo,
cuando se iba a detener, pudo divisar a unos metros, un vehiculo de
policia, le llamo la atencion, asi que descendio de su camioneta, y
se acerco.
Apenas
se podia ver y con el frio, las ventanillas de aquel patrullero
estaban levantadas, coloco sus dos manos sobre el vidrio para mirar
hacia adentro, se asombro, al ver a un ofial recostado.
Podia
sentir que estaba disfrutando del sueño. Es lo que tambien ansiaba
hacer, despues de resolver un asunto pendiente.
Missconnie,
antes de golpear la ventanilla, fue detenido, por un usual
movimiento, dentro de la resindencia del comisario. Pudo ver dos
siluetas en la ventana del primer piso. En cuanto se acerco a la reja
de la entrada, escucho un disparo limpio que resono hasta los oidos
de el.
“Un
disparo… ¿Que sucedera ahi dentro?”
Sin
pensar, decidio treparse la gran muralla. Era de esperarlo, pero con
su edad, apenas llevaba cumplido unos cuarenta, podia sentir que su
ritmo cardiaco se aceleraba. Por su estado fisico se llegaba a notar
que no tendria la capacidad para trepar. Pero estaba cansado, y
estaba molesto, por ver a un oficial durmiendo placidamente, en lugar
de vigilar como deberia. Asi que toda esa frustracion, lo impulso
para que pudiera lanzarse. Le costo pero logro llegar, y pasar al
otro lado.
“Vaya,
ya debo dejar de hacer esto. No soy el mismo joven de antes”.
Ingreso
por el ventanal del frente, que justo estaba abierto. Luego escucho
un sonido que le resulto familiar, tenia un buen oido, asi que tenia
buena persepcion con lo que podia escuchar. Efectivamente era, el
casquillo de un cargador repiqueteo sobre el suelo, hasta resonar en
sus oidos.
En
un instante Misconnie comprendio la situacion en la que estaba
presente.
“¿Sera
un robo, y quien disparo?”
Verdaderamente
no estaba en posicion de compreder la situacion. Subio sigiloso las
escaleras, apuntando su arma,
Al
recorrer el pasillo, diviso una linea de luz, que provenia de la
ultima habitacion, a unos cuantos pasos, escucho una voz. Y lo que
escucho lo paralizo por un instante.
Con
una mano en el picaporte y la otra con el arma, para derribar a quien
sea que este del otro lado. Espero un momento oportuno para ingresar.
Se
oyo una voz.
-Logre
mi cometido. El traidor ha sido neutralizado -dijo Colin al telefono.
-Te
quitaste esa piedra. Debes ofrendar con lo pactado.
-Eso
hare, Legatus se hara lo enconmendado. La gran hora esta cerca.
“¿Legatus?”
Quedo
en shock, mientras Misconnie, los escucha del otro lado de la puerta.
Sin vacilar se lanzo, pero Colin se habia ido.
Despacio,
se acerco a la ventana, cuando escucho un balbuceo, era como un
ahogo. Se dio vuelta y miro hacia el costado de la cama, estaba el
comisario, luchando contra el dolor, mientras escupia sangre.
Misconnie se arrojo al suelo y tomo el cuerpo tembloroso del
comisario entre sus brazos. Las manos se tiñeron de sangre.
-Comisario
Sannset -le grito, con un tono de agonia-. Comisario Sannset,
resista.
El
comisario seguia con combulsiones, la sangre le emanaba de la nariz y
boca, mientras sus ojos se iban de orbita.
-Comisario…
-repitio Misconnie, como en susurro.
Fue
cuando dejo de moverse y sus ojos se posicionaron a la normalidad y
se posaron en Misconnie, como si estubiera esperandolo para
despedirse.
Apenas
podia decir una palabra;
-Eri..k
-Resiste,
Matt, debes guardar oxigeno -exclamo-. Debes pelear… ¡Comisario!
-grito consumido por la angustia y perdida de un compañero.
Misconnie
sabia lo que se abesinaba, era el fin. Su cuerpo se apagaria en
cualquier momento. No podia dejarlo y pedir ayuda, ademas el unico
oficial estaba en un sueño profundo.
-Oye,
escu…chame -susurro-. De…bes saber -una tos seca broto de los
pulmones, seguido de un chorro de sangre-. Debes sa…ber hay un
espia… espia… en la jefa…tura..
-¿Como?…¿Sabes
quien es?… Matt..
Pero
no termino la frase, sus ojos se cerraron y su cuerpo se aflojo,
respiro por ultima vez.
Misconnie
se quedo mirando el cuerpo sin vida de su compañero.
Ahi
todo se quebro, muy adentro de su pecho, un brote de ira y
frustracion se origino.
9
Observando
con la vista hacia arriba, con el teléfono al oido.
Presenciaba
la perdida del comisario. Quien ocasiones lo ha ayudado a mantenerse
estable en la sociedad.
-Todo
fue un éxito. El agente Misconnie recibio el mensaje.
-Perfecto
-contesto la voz rasposa-. Pusimos al peon mas importante en el
tablero.
-¿Que
sigue ahora?
-La
fase dos… Lo que resta sera responsabilidad de el.
-Si
es que se molesta a aparecer. Spinelli es un rebelde sin escrúpulo.
No comprendo en que parte esta ubicado el.
-De
eso no tienes que preocuparte.
-Lo
lamento, no quise ponerme de ese modo. Pero no entiendo.
-Debes
mantenerte al margen. No podemos perder mas tiempo. El clan se
reunirá en unas horas, ve a prepararte.
-Estoy
agradecido en ser parte de esta comunidad.
-Todos
los hermanos que han sido excomulgados de la sociedad y no tienen
donde pertenecer, tiene un lugar con nosotros.
Colin
corta la llamada complacido y se retira hasta doblar en la esquina.
Al
pasar un par de minutos, Colin es abordado por un taxi, este frena a
sus pies. Se asoma un hombre, canoso, de unos cincuenta años.
-Señor
Petrov -habia dicho el hombre.
-¿Lo
conozco? -respondio Colin abrumado por la situacion.
-No
presisamente, nos vimos un par de veces. Mi nombre es Magnus y estaba
buscandolo. Por favor suba.
Colin
consternado sin poder que hacer, acepta subir, se sienta en la parte
de atrás. El chofer piso el acelerador y abandono el lugar.
Sin
soltar el volante, Magnus le habla.
-Disculpe
que lo haya tomado asi por sorpresa. Pero debe saber que comparto el
mismo destino que el suyo.
-¿A
que se refiere?
-Debe
prepararse, ya casi se acerca -dijo el chofer.
-No
entiendo… ¿Quien lo envio?
-Somos
mas parecidos de lo que se imagina, por esa razon nuestros caminos se
han cruzado. En el sobre esta lo que necesitas. No lo abras hasta que
te den mas instrucciones.
Colin
gira y apoyado sobre el asiento, agarra el sobre marrón.
Fue
cuando le surgio una duda.
-¿Legatus
lo envio?
-Eso
depende de usted. Solo sabe de que lado esta. Hay un solo enemigo y
solo usted puede verlo con claridad. Elija bien joven Petrov.
-¿Sabe
porque me eligieron?
-Por
ser una pieza importante… Ambos tenemos un rol, solo que no nos han
dicho.
-Me
lo han dicho, pero no entiendo, donde encajo exactamente.
-El
enigma es la forma de mantener el margen del mismo tiempo… Solo
debe saber que… La historia esta por cambiar, nuevos sucesos van a
producirse.
Mientras
avanzaba en el taxi, varias incógnitas surgieron en su cabeza. Sera
que lo mas temible de la historia había aceptado acogerlo sin
reclamos, pensó.
Durante
tiempo, no ha sabido adaptarse a ningún sitio, no ha podido
mantenerse en pie, si que lo discriminen o lo traten como basura.
Pero fue invitado a un clan, y desde ese momento, ha servido con gran
nobleza. Habia cometido delitos imperdonables, habia capturado a
miembros de una secta religiosa que le daba la espalda a Dios, todo
al servicio de Legatus, Aunque no se sabe bien que papel cumple
Colin, no le han podido explicar con exactitud el ser un elegido.
Un
elegido en un lugar sagrado.
Colin
se pregunto como podria servirle mas a Legatus, y demostrarle que
esta mas capacitado para darle esa confianza, de esa manera podría
darle la chance de que le den esa respuesta que tanto ansia saber.
Sin
cara, sin forma. Una sombra.
Legatus,pensó
Colín, ¿sera un nombre, sera su nombre en clave?…
¿Tendrá referencia a alguien
importante de la historia?, se pregunto. Pero no basto, el poder que
tiene sobre los otros es ilimitado. Su influencia sobrepasa sus
limites.
Ese
clan, ha perdurado desde muchos años, han combatido a muerte contra
su propia oposición. Ese grupo, esa organización, se hicieron
llamar Los Protectores,
con la misión de proteger a los guardianes, Pero Los
Grandes Mensajeros, opacaron su
fama, fueron reconocidos en toda Europa, por sus formas
escalofriantes de asesinar. Muertes indescriptibles, demasiados
atroces. Pero su razonamiento era el escarmiento de los pecadores,
durante el siglo XIV, se han librado del mal. Estos miembros buscaban
a esas personas que estaban malignas; purificar,
así es como se clasificaba esos asesinatos, liberadores de demonios.
Pero
con el tiempo, esa atroz matanza fue evolucionando, hasta perder su
papel principal, excluidos de la sociedad, a los que hoy conocemos
como lo que son, nombrarlos como merecen ser llamados; psicópatas,
asesinos, violadores…
10
El
JetSmart, habia aterrizado en el aeropuerto de Posadas, apenas duro
una hora y treinta minutos. Calver observo como los pasajeros
avanzaban por el pasillo hacia la puerta de salida.
“Posadas,
me trae tantos recuerdos”
Espero
sentado ser el ultimo, se sintio un poco mareado, giro y Kyle no
estaba. Fue cuando una mano toco su hombro, que por poco salta de un
grito.
-Tio
Scott, debemos salir.
Calver
asintio, y se resigno a levantarse, avanzaron por la pasarela, hasta
atravezar el tunel. Termino dentro de un gran edificio, a la vista,
diviso un gran cartel que ondeaba como bandera, pero se sintio un
poco aliviado;
Aeropuerto
Internacional Libertador
General
José de San Martin.
Podia
ver desde las ventanas, el clima, el sol reflejaba en esos critales
como pantallas solares.
Una
mujer rubia, con traje oscuro estaba firme parada, a centimetros de
Calver.
-¿Profesor
Calver? -acaparo su camino la voz de la mujer era amable y cordial.
Tenia
un acento ruso-español, le parecio un tanto extraño su precensia.
Pero estaba acostumbrado a que personas de diferentes razas, con
diferentes idiomas se le acercaran.
-Soy
yo -dijo Calver, al frenarse.
-Lo
estaba esperando. El señor Anderson lo esta esperando en el hotel.
Sígame, por favor.
Kyle,
noto en la muñeca de la mujer una figura, que le resulto familiar,
pero se la guardo. No estaba para averiguar, ni siquiera era un
detective. Mientras recorrian el edificio hasta el estacionamiento.
Una
duda se le presento en la cabeza de Scott de ser una necesidad
urgente, podria averiguar antes, y estar preparado.
-¿Sabe
porque me quiere ver el señor Anderson?
Justo
que la mujer abrio la puerta del coche, era un chevrolet astra,
oscuro. Le respondio como corresponde, educamente.
-No.
Solo me han pedido que lo venga a recoger al aeropuerto. Y llevarlo
al hotel. Esas fueron mis instrucciones.
Calver,
giro hacia su sobrino, quedando sin poder decir nada mas, se habia
guardado varias preguntas para hacerle, en caso que sucediera lo que
ahora esta pasando. Pero con esa respuesta, tendra que botarlas a la
basura.
Subio
al coche, ambos en el asiento de atrás, la mujer puso en marcha y
salio del estacionamiento.
La
mujer parecio darse cuenta la desepcion de Calver.
-Lamento
que no pudiera responder a su pregunta, no sabria que decirle.
Tampoco quisiera mentirle, ¿comprende señor Calver?
-No
se disculpe -contesto Calver-. Pongamos como que ninguno sabia quien
es quien.
“La
verdad esperaba mas de ella, pero si no pudo responder a esa simple
pregunta, dudo que pueda saber mas, sobre el resto”.
Kyle
escucho un suave zumbido, cerca de la palanca de cambios, echo un
vistazo hacia el stereo. Era un telefono movil, que destello un
mensaje en la pantalla. Calver comtemplo incredulo el paisaje que se
alejaba, sin dar atención a lo que su sobrino estaba captando.
La
mujer apenas pispeo sin soltar el volante aquel recado,
inmediatamente aumento la velocidad, que por poco levanta del asiento
a Calver.
“¿Que
le sucede a esta loca, porque acelero demasiado?”
-No
estamos tan lejos -dijo la mujer-. Llegaremos en unos diez o quince
minutos. Tal vez menos.
Apenas
podia disfrutar del paisaje o de la brisa que acariciaba su cara al
salir del edificio. Si se le ocurria abrir la ventana, solo recibiria
una buenas bofetadas, que le quedaran marcadas por un buen rato…
Tal castigo estaba sufriendo, traumas, que se asomaban en su mente.
Calver,
no era una persona que sonria mucho, apenas suelta una corta mueca.
Es muy exigente y muy poca veces, suelta algun comentario que esta
fuera de lugar. Tiene una agenda muy organizada, y no suele acostarse
tan tarde. Muy de vez en cuando, alguna que otra noche tranquila,
viernes, suele sentarse en su sillon, tomando un buen whisky
irlandés, y acompañarlo con un buen libro. Sonando de fondo un
clasico como Placido Domingo… Suele escuchar una rola mas melódica,
al revisar los exámenes de sus alumnos. Las salidas nocturnas no es
su especialidad, prefiere relajarse en su casa, solo. Beber de su
mini-bar, algun coñac o una cerveza bien fria. Mientras, enciende el
radio, escuchando su emisora marcada. La cual no ha cambiado nunca. A
eso le llama libertad y comodidad.
-Digame
profesor, ¿conoce posadas? -dijo la mujer, regresando la mente de
Calver a la realidad, en la que se habia perdido.
-Si..
De hecho, cuando era mas joven vine un par de veces.
-Entonces
no tendra problema en encontrar el hotel, si por algun motivo decide
salir a dar un paseo.
Calver,
noto que la velocidad diminuia. Contemplando el paisaje borroso.
-¿Y
usted jovencito?
-No..
Nunca he venido.
-Entonces
estas de suerte -la mujer sonrio-. Podra descubrir las maravillas que
hay en esta provincia. Y sus secretos que viven en los corazones de
cada pueblo.
Ahi
fue cuando Calver, vio que un control de transito, estaba deteniendo
los vehiculos. No podia entrar en panico y tampoco podia avandonar el
coche, era muy habitual encontrarse un control policial. Pero tomo
conciencia de que podria pasar otra cosa, dudas surgieron en su
mente.
-Ha
estado asi, durante dias, demasiados controles. Seguridad nos
responden.
-¿Robos?
-Secuestros.
Calver
sintió como si una cubeta de agua fría le cayera sobre su cabeza, y
recorriera su espalda.
“¡¿Secuestro?!”.
Vio
como la mujer le entregaba los documentos de identificacion. El ofial
se asomo y pispeo hacia adentro, noto la cara asustada de Calver.
Pero se relajo al reconocerlo.
-¿Todo
bien profesor? -dijo el oficial, que lo tranquilizo-. Solo es un
control de rutina. ¿No me recuerda verdad?… Soy yo, Andres
Gutierrez, estuve en su clase, en la secundaria. En ese entonces era
un rebelde. Pero gracias a usted me reconcilie con la sociedad.
Calver,
no tuvo tiempo de reaccionar, cuando un vago fragmento broto por su
cabeza. Sin dudarlo confio en ese recuerdo, sonrio.
-Andres
el buscapleitos. Eras un chico insoportable, interrumpias mi clase a
cada rato. Pero nada mas, donde lo llevo la rebeldia.
-Lo
se, costo, pero seguí su consejo. Ahora soy una persona nueva.
-Me
alegro por ti hijo.
-Gracias,
¿esta de visita en posadas?
-Algo
por el estilo, pero solo me quedare uno o tres días.
-Entonces
nos veremos seguido, profesor.
El
oficial, recibe en su aparato un pitido y le entrega de nuevo a la
mujer la documentación.
-Perfecto,
pueden continuar. Disfrute su estadía en posadas, profesor Calver.
Fue bueno verlo.
-Igual
a mi, sigue así.
El
coche se puso en marcha de nuevo, fue cuando Kyle, a penas pudo ver,
la muñeca del oficial, tenia la misma figura que la mujer.
“¿Coincidencia?”
El
oficial se puso serio, se giro y camino hacia atrás de la camioneta
de la policía. Abrió el portón, acostado esta un hombre
amordazado, atado de manos y pies, se movía con terror.
El
oficial soltó unas palabras, antes de volver a cerrar la puerta.
-Veo
que me seras de gran ayuda Andrés.
11
Finalmente,
el agente Misconnie escondio sus emociones en su interior, reprimio
el dolor que lo abrumaba. Era un compañero, pero fuera de la
jefatura, su amigo. Era quien ha estado a su lado desde que sus
padres, fueron asesinados por un psicopata. Desde entonces no ha sido
el mismo, las cosas no volvieron a la normalidad durante mucho
tiempo. Al paso de los años, ambos crecieron, y tomaron caminos
separados pero su amistad ha perdurado. Y cuando volvia a encontrarse
con el.
Se
habia ido. Y aun sigue proyectando en su memoria, el cuerpo inmóvil
en sus brazos, frio. Juraron llegar a ser los mejores policias , un
futuro creado lleno de valiosa amistad. Pero eso ahora quedara como
es, un sueño.
Sus
recuerdos eran fragmentarios y habia muchas cosas que rescatar de el.
Miseria quedo.
Misconnie
junto su dolor y lo guardo para encerrarlo en algun lugar muy
profundo de su corazon. Lo hizo para concentrarse y atrapar al
desgraciado. Por mas oscuro que fuera, lo que le esperaba era aun
peor. No solo debe detener al tipo que se escapo, si no al espia y
averiguar que esta ocurriendo.
Ellos
estarían unidos y eso es lo único que importa.
Le
solto la mano a su amigo, y los paramedicos, se llevaron el cuerpo.
Se seco las lagrimas y se froto los ojos, tratando de no mirarlo,
mientras la ambulancia se marchaba del sitio.
Inmediatamente,
el ofial Jetz, se acerco a el, le entrego una hoja.
Misconnie,
lo miro con sus enormes ojos oscuros llenos de pena, sin preguntar
leyo la hoja. A lo que no comprende lo que esta escrito.
-El
comisario, estaba buscando el paradero de Los Grandes Mensajeros
-dijo el oficial Jetz-. Y parece que tenia que ver con lo que pasaba
dentro de la jefatura. Parece ser que si hay un espia. Quien era con
el que se comunicaba.
-Entonces
el comisario estaba encubierto -respondio Misconnie.
-Si,
pero hay mas, descubrio una red de contrabando. Tres oficiales estan
involucrados. Y un sospechoso.
-¿Y
quien es?
-Colin
Petrov, la fuente del comisario quien lo ayudaba a capturar a
pandilleros.
-¿Y
crees que el lo mato?¿La unica persona que lo ayudaba a mantener un
trato fue traicionado por su propia fuente?
-Al
parecer si.
-¿Y
que estamos esperando, vaya a arrestarlo de inmediato…
-Lo
haria pero hay un problema, me informaron que Petrov, esta camino al
aeropuerto.
-¿Se
va del país?¿A donde piensa ir ese infeliz?
-Argentina.
-¿Argentina?
Misconnie
tuvo un cambio de expresion en la cara, como si estuviera mas alla de
todo lo que sentia.
Nadie
mas, volvería a verlo de esta manera.
Sin
decir una palabra, Misconnie camino rapido, hasta su camioneta. A lo
que el oficial tardo en reaccionar, pero llegar a alcanzarlo.
-Espere
agente, ¿a donde va?. No puede manejar en ese estado.
-No
se preocupe, reserve un vuelo a Argentina, averigüe a que parte
piensa parar y ponganme en ese vuelo.
Dicho
eso, abrio la puerta, se subio. Piso el acelerador.
Por
su manera de conducir, por poco atropella a una oficial que cruzaba,
mientras ruedas delanteras podian pasar por encima de cualquier cosa
que estubiera en su camino.
Miro
como se marchaba el agente, enseguida el oficial corrio a su
patrulla, agarro el telefono movil y marco a su compañera que estaba
en la estacion.
-Aqui
el oficial Jetz, necesito que verifiques el vuelo de un pasajero.
-Oficial
Jetz, tiene registro o nombre -respondió la voz de una mujer.
-Es
Colin Petrov. Salida con destino.
-Verificando.
El pasajero Colin Petrov, tiene un vuelo con destino a Argentina.
Parada. Posadas, Misiones. Boleto de tres dias, se hospedara en el
hotel Batista.
El
oficial Jetz, se quedo consternado, boquiabierto. Bajo la vista a la
hoja que tenia el comisario. Entonces levanto la vista, sorprendido.
-No
puede ser.
12
Calver
estaba impacientado por bajarse de esa infernal con ruedas. Suplicaba
que bajara la velocidad. No era tanta necesidad coquetear con la
muerte, que lo haga ella sola. Pensó mientras, sus manos
buscaban maneras de escapar. Saltar, en movimiento, muy idiota seria.
Suicidio intencional.
Calver
no tuvo tiempo de pensar, que sin avisar, la mujer piso el freno. El
coche se detuvo ante el gran edificio principal.
-Hemos
llegado al fin -suplico Calver, aliviado.
-Aqui
me despido, espero que su estadia de tres dias, sea relajada.
-Espero
que si.
“No
quisiera a subirme mas, en un coche, si ella esta al volante. Por eso
prefiero los barcos, tardo mas, pero estoy tranquilo sin turbulencias
o velocidades extremas…”
Calver
fue recibido por un hombre de traje que se acerco al vehiculo. Alzo
la vista era un joven de unos treinta, fornido, de uno setenta
aproximado. Ojos azules, que podrian dejar desmayado a cualquier
jovencita con a un principe de cuentos de hadas.
-Profesor
Calver, que gusto que haya podido venir. El señor Anderson lo espera
con ansia en su habitacion.
La
mujer alzo la vista al joven.
-Cuida
bien a este hombre, sabes que es muy importante para el.
-Lo
se.
-Bien,
yo me voy, el los llevara a su habitación.
Calver
y Kyle, soltaron una corta sonrisa. Bajaron del vehiculo.
El
joven le estiro la mano muy respetuosamente, pero estaban frias.
-Profesor
Calver, ansiaba conocerlo. El señor Anderson lo vera pronto, primero
lo llevare a su habitación. Podran relajarse…
-Bien.
El
letrero que estaba sobre la gran entrada le facilito que estaban en
el lugar correcto:
HOTEL
BATISTA
13
El
joven se apresuro a abrir la puerta, Calver y Kyle entraron hacia la
gran recepción del hotel.
Noto
una limpieza pura, olia a una fragancia a lavanda. Pocas personas se
movian de un lado a otro, y el eco de sus pasos, resonaron en ese
espacio.
La
mujer del mostrador, era una morena, corpulenta, rubio ceniza. Era
mas joven que el muchacho. Llevaba un vestido ajustado oscuro, que
llegaba unos pocos centimetros a sus rodillas, en su cuello un
pañuelo floreado, el nudo miraba a su hombro.
Tenia
unos ojos azules que te hacia perderte en ellos, como si fueras al
mismísimo cielo, con una mirada limpia.
El
joven se acerco a la mujer, solo le solto una corta sonrisa. La mujer
solo jugo con su cabello unos cuantos segundos, devolviendo la
sonrisa.
“Pasara
algo entre esos dos”
La
escena romántica y poco sensual, se corto, cuando la joven le
entrego una llave.
-Vamos
por aquí, usaremos el ascensor hasta su habitación.
Calver,
quedo en silencio mientras el ascensor los subia a su destino. No
pudo contener la curiosidad, solo evito no incomodar al joven,
ladrando una indirecta.
-Me
debo asombrar, por tal lujoso hotel. Y me siento sorprendido por
haberme invitado.
-Era
de esperarse, es muy reconocido para los coleccionistas de tesoros
antiguos -contesto el joven con mucha claridad-. No muchos llegan a
ser personajes importantes. Pero no es un hotel de pura grandeza, si
reconocido. Hemos recibido muchos turistas, personas importantes, que
estan bajo el nivel de nuestro servicio. Muchos consideraban un hotel
de segunda, importante pero no llamativo.
-¿Tuvieron
momentos de crisis? -dijo Kyle, incluyendose en la conversacion.
-Hemos
pasado por muchas crisis -respondio el joven mirando a Kyle-. Pero
logramos solucionarlos.
Calver
se quedo en silencio, no sabia que mas decir. El joven sintio un
hormigueo en su cuello, una sensacion de calor. No se avergonzó y se
rasco minuciosamente. Kyle, abrio sus ojos, al ver debajo de la manga
de su camisa, eso.
“No
puede ser, otra vez ese dibujo… ¿Que significa?
Kyle
estaba sudando, pero evito ser visto.
Las
puertas se abrieron, avanzaron por ese pasillo
Se
notaba esa decoración arquitectónica contemporánea, daba esa
sensación de confort y tranquilidad.
El
joven pareció intuir el asombro de Calver.
-Asombroso,
¿no?… Estamos ubicados intencionalmente a cinco minutos del
aeropuerto. Y tenemos una infalible ruta, que lo lleva directo hacia
las cataratas del Iguazú. Ademas tiene una ruta hacia la triple
frontera. Estratégicamente somos el hotel perfecto.
-Eso
parece -contesto Calver.
-Porque
así lo es.
Vaya,
que jovencito tan presumido, puedo sentir ese orgullo imprescindible.
Sera el mejor hotel, pero si un día a la mañana, aparece un hotel
frente a el de ellos, ya no serán los mejores.
Calver
lanzo una risita en su mente.
-Bien
llegamos a la habitación.
Ambos
siguieron al joven dentro de la habitación. Una amplia y luminoso
espacio. Alzo la vista hacia cada rincon, dos camas de una plaza.
Frente a la ventana, un sillon de dos cuerpos, con una mesa ratona de
vidrio y dos sillones de un cuerpo. Frente a la cama un escritorio.
“Lujosa
y comoda habitacion”
Calver
dio unos pasos hacia el cartel apoyado sobre la mesa, se detuvo a
leer la frase imprenta:
Hotel
Batista,
es
sinónimo de confort,
funcionalidad
y luz natural.
Se
presumen de cualquier manera, pensó Calver, mientras termino de
leer el texto. Buscan ser los mejores disparando con estos
letreros. Calver comprendió de que los hoteles buscan maneras muy
rebuscadas para destacarse entre los otros.
-Bien,
yo me retiro. Sientanse como en su casa. La comodidad es lo principal
en el hospedaje de un huesped. Puede salir y entrar cuanto quiera, es
libre profesor. Despues lo pasare a buscar para ver al señor
Anderson. Perfecto. Nos vemos.
Calver
dirigio la mirada a Kyle, que estaba recostado en la cama, con el
control remoto. No habia esperado, que encendio el televisor, colgado
en una esquina.
Calver
saco de su bolsillo el telefono movil y marco un contacto. Pero este
daba ocupado. Por un momento le parecio raro que no le haya
contestado, pero no le dio tanta importancia.
“Debe
tener sus propios problemas, después mas tarde podre comunicarme”
-Al
menos tienes con que distraerte -dijo Calver. Puso los libros sobre
el escritorio, saco las hojas con las notas. Despues abrio su
notebook, traer ese pesado libro, seria una carga. Simplemente
estaria tres dias, tiene otros asuntos que tambien tiene que
encargarse.
Busco
en la pagina web, en el buscador, los significados o sinonomos esas
palabras.
Mientras,
estaba concentrado buscando, un zumbido lo despabilo. En su correo,
noto un mensaje sin asunto. Pero el referente era el tal reconocido
profesor Joe McCall. Solo habia un archivo en pdf.
Sintio una extraña
sensacion. Cuando Calver se dispuso a descargar el archivo, le tembló
la mano.
Al
abrirlo era una lista de nombres con fechas, pero estaban traducidas
al idioma que representaba cada nombre. No comprendio el porque Joe
le habia mandado esa lista. Solo el titulo no entendio, le resulto
familiar.
–
La Orden del Destino – 1297 –
-¿Que
es esto? -susurro Calver.
Era
un total de ciento cincuenta nombres No habia tardado mas de dos
minutos en descubrir los idiomas, eran nombres españoles, chinos,
japoneses, coreanos, arabes, rusos, alemanes, italianos, argentinos,
ingleses, portugueses, griegos y franceses. Habia idiomas de
diferentes partes del mundo. Lo que le extrañaba era las fechas, no
estaba seguro si eran de nacimientos o de muertes.
Podria
tratarse de fechas importantes.
“Joe…
¿Quieres enseñarme algo con esta lista?”
Antes
de que pudiera llegar al final de la lista. Llego otro mensaje,
también de Joe.
Estas
eran fotografiás. No comprendió estos mensajes. Pero los ojos de
Calver se pusieron negros y grandes, que tanto hizo que se hiciera
para atrás. Sintió una corriente, que se lleno de adrenalina.
Cada
imagen, resaltaban partes de diferentes ángulos del interior de un
libro. Tenia números grabados a mano, con una tinta, parecía china,
estaban bien alineadas en el margen superior: “1297”.
Calver
se sorprendió, al ver que se trataba no de cualquier libro, las
paginas tenían un color crema, repleto de garabatos con dibujos,
todos escritos con una pluma, con esa tinta negra, en diferentes
reglones, algunas eran frases bien alineadas. Y en otras paginas,
estaban torcidas, en diagonal o en direcciones sin sentido. Las
imágenes, eran unas cuarenta y dos. Aumento la imagen para ver mas
detallado, pero no tenia paginación.
-No
puede ser.
Al
llegar a la ultima fotografiá, un mensaje. Que lo alarmo.
Todas
están en desorden para que sea mas difícil, pero si tienes la
audacia, podrás descifrarlo y hallar la entrada al destino.
Calver
no creía en lo que estaba frente a sus ojos.
No
podría adelantar, pero te tiro esta información, mucho mas tarde,
no importa donde va a hacer, eso le dará a entender que todo lo que
creía como mito, estuvo frente a el, todo este tiempo.
14
Calver
quedo perplejo, lo normal seria asombrarse por un simple libro, pero
no se trata de un manuscrito ordinario, entre tantos, era el mas
antiguo, no se trataba de admiracion, intriga es lo que sintio.
Iba
pasando cada imagen, haciendo comentarios y revisando la lista, de
aquí y alla, pasaba de un archivo a otro, registrando con sus ojos,
esos nombres, que aparecian grabados en las paginas de ese libro.
-Los
nombres que estan en la lista, son los mismos que figuran en las
paginas. Este nombre; Ivan Joseph Smirnov, mil doscientos noventa y
siete. Parece ser que este hombre, nacio en esa fecha.
En
medio de su lectura y comprension, un dedo apunto una de las
imagenes.
-Y
este nombre, tiene la misma fecha -dijo Kyle, que le llamo la
atencion lo que estaba viendo.
-No
solo este nombre, hay mas, con la misma fecha.
Entre
los dos, contaron los nombres, y no tardaron en tener un resultado
simple y claro.
-Al
menos hay treinta y tres nombres con esa fecha -dijo Kyle.
-Al
parecer son fechas importantes, según parece, estos pertenecen a una
orden. Pero parece ser que viene mas tiempo atrás, bastante anterior
al siglo x. Pero, ¿de que se tratara esta orden?
-Pero
dice 1297.
-Si,
pero… ¿realmente ese libro es de esa fecha?. Podria tratarse de
algo mas profundo. Aun asi, es lo que creo. He conocido lugares
impresionates, he leido libros antiguos, pero este… Este va mas
alla de mi comprensión. Necesito mas informacion, una opinion mas
clara.
“¿Que
significa Joe?”
-¿Por
que te mando eso?
-No
tengo idea, asi es Joe, es muy enigmático y le gusta el misterio.
Sea lo que sea, es un libro impresionante. Algo unico. Estos tipos de
libros, son muy llamativos, los coleccionistas les gusta las piezas
unicas, mas si son antiguas y ocultas por el mismo tiempo. Pero no es
momento de preocuparse sobre esto. Estamos aquí, porque el señor
Anderson quiere verme. Cuando regresemos me ocupare de este misterio.
Calver
se quedo un instante en silencio. Casi que iba a cerrar los archivos,
llamaron a la puerta.
Sin
vacilar, se acerco a la puerta. Sin preguntar, la abrio, era el
joven. Que con una observación rápida, se asombro sin mostrar su
expresion, lo que estaba en la pantalla de la notebook.
“¿Sera
cierto?”
-Profesor
Calver, el señor Anderson quiere verlo. Pero esta en otro sitio y no
puede venir. Me solicito que lo vea usted mismo. Acompañeme por
favor.
-Bien.
No tengo problema, ya me estaba impacientando.
Calver
salio, pero giro hacia Kyle.
-Quedate
aquí, no te vayas a ningun lado. No quiero pagar por los destrozos
que haras.
El
joven cerro la puerta, al mismo tiempo que Calver, pasaba por su
lado.
-He
recorrido muchos lugares, pero no tengo la experiencia de un
arqueologo como usted. Debe ser asombroso correr esos peligros solo
para conseguir los tesoros.
-Ser
arqueologo no se limita en tener peligros. Es poder disfrutar de la
historia que nos han dejado las civilizaciones anteriores. Tener
conocmientos sobre sus constumbres, su punto de vista de como veian
la vida.
-Tambien
la tecnologia que usaban, ¿no?.
-Tambien
eso, poder descubrir que tipo de aparatos desarrollaron que aun
nosotros no hemos logrado.
El
joven no dijo nada mas, entraron al ascensor. Pasaron por el
vestíbulo, pero no estaba la joven. En su lugar una mujer rubia,
corpulenta. Con un vestido oscuro, no pudo ver su rostro, porque
estaba concentrada, firmando algunos papeles.
Calver,
sintio la brisa abofetando su cara, aunque su cabeza, tenia
impregnado lo que Joe le habia enviado. Los nombres y esas fechas. Le
avergonzaba admitir, si no fuera importante reunirse con esta
persona, quien le ha pagado el vuelo, saldria corriendo a la
habitacion y se podría a investigar a fondo esos archivos. Pero no
tenia prisa. Solo va a estar tres dias… 561
El
joven acompaño a Calver hasta un Citroen C4 plateado, estacionado
frente a la entrada. No paso mucho, que tomaron una calle. Apenas se
notaba el panaroma, pocos edificios se alzaban a ver. Calver
contemplo el barrio, noto los mercados y comercios, vestidos con esa
estructura de pueblo, algunas calles de tierra, El cesped cubria las
aceras.
-Somos
una poblacion pequeña, en este sector. Mas al centro de la ciudad,
es donde la poblacion es muy numerada. Pero al igual que Buenos
Aires, tenemos los mismas estructuras comerciales. Estamos a cinco
kilometros de Iguazu y a siete kilometros de Paraguay.
Calver
observo desde su ventanilla, el paisaje. Escuchando al joven comentar
sobre su ciudad. Mientras, se envolvia en sus pensamientos. Solo
asintio en momentos en que lo escuchaba.
-Se
que se consideran importante, por poseer una de las siete maravillas
del mundo.
Calver,
no dejo de ver afuera.
-No
la poseemos profesor -el joven sonrio- Nada es nuestro, ni siquiera
las cataratas. No es que podemos guardarla para que nadie la vea.
-Pero
pueden prohibir el paso, ya que se encuentran en este territorio.
-Y
no dejar a extranjeros poder disfrutar de tal maravilla. ¿Porque
haríamos eso?. La naturaleza es libre, y se siente feliz cuando es
contemplada por el hombre.
-Si,
pero el hombre puede pelear por su titulo. Para eso existen las
guerras.
Calver
no perdio tiempo en seguir esa conversacion, sin avisar, el joven se
detuvo. Estaba frente a una edificacion casi rural.
El
cartel que estaba puesto a pocos pasos de ellos le facilito que
habian llegado o es lo que supuso:
PIZZANI
-¿Aquí
se encuentra el señor Anderson? -pregunto Calver, casi seguro que
era el lugar correcto, aunque nunca supo donde es que se verían.
-Si,
el lugar que le fascina. Aquí lo dejo, usted debe entrar, el señor
Anderson lo recibirá.
Calver
no entendió o dejo en evidencia, que el tal Anderson, no seria una
persona arrogante, parece ser sencilla. Tal que eligió un lugar de
poca posta, para un encuentro de un coleccionista con su recolector.
Debe tener una vida agradable, sin preocupaciones.
No
podia esperar, Calver, sin vacilar bajo del vehículo.
-Relajese
profesor -grito el joven soltando una sonrisa.
Ingreso
en el lugar, no estaba tan concurrido. Pispeo a los que estaban
sentados, solo habia familias y algunas parejas de jovenes.
“Que
bonita es la juventud. ¿Hanna eramos asi nosotros?”
Un
hombre de unos cuarenta, ojos marrones, traje oscuro. Pelo corto
castaño. Un rostro limpio, se mostraba una expresion de confort.
Tranquilidad y serenidad. Paz.
Calver,
pudo sentir esa energia recorriendo su cuerpo. Dsifrutaba cada sorbo
de esa café, lo acompañaba un par de mordiscos a unos sandwiches
tostados de jamon y queso.
Calver
suspiro y se acerco a su mesa, le estiro la mano.
-Señor
Anderson, soy S…
-Profesor
Scott Calver. Lo estaba esperando. Me llamo Peter Anderson. Es un
placer conocerlo profesor.
15
Peter
Anderson, coleccionista de piezas antiguas y únicas, era conocido a
espaldas de la ley como peligroso. Sin pensarlo, es buscado en
diferentes paises por su expediente. Se hacia llamar el conquistador,
un hombre que gobierna sin estar presente. Es un hombre misterioso,
quien no muestra debilidad, solo muestra su maldad al mundo. Es lo
que la policia de Londres lo ensambla como lema en los archivos
confidenciales, de los mas buscados.
Al
verlo a distancia, al señor Anderson, Calver aunque noto su aura sea
positiva, sintio como un presentimiento de angustia y furia. No tenia
manera de describirlo, pero que no era una persona que confia
fielmente. Apenas comprendio, que no solo se deja confiar, si no que
busca informacion detallada de la persona con la que va a negociar.
Esta a un paso, para evitar ser traicionado. Una persona de temer. Es
lo que Calver pudo sentir al hallarse en la presencia de Anderson.
Se
quedo de pie, mientras, Anderson terminaba su merienda.
-Puede
tomar asiento profesor. Aun no pienso irme.
Calver
accedio sin protestar y se sento frente a el.
-¿Gusta
beber algo?… Invito por su presencia.
-Solo
un café negro.
-¿Solo
eso?.. Esta bien.
Anderson,
levanto la mano, una mesera se acerco. Le ordeno que le trajera lo
que Calver pidio, pero agrego algo mas. A lo que Calver se asombro.
-No
tenia que pedirme nada.
-Le
dije que yo le invito. Asi que podra disfrutar de una buena comida.
La
mesera acoto el pedido y se marcho a la cocina. Daba la impresion de
que Anderson es mas que un simple cliente.
Calver,
noto en los rostros de los empleados, una expresion de preocupacion,
pero era mas respeto que temor. Realmente era una persona que no se
la debia enfadar. Los empleados miraban a Anderson con obediencia, y
miraban a Calver como si se preguntaran quien podria ser, para estar
frente a un hombre poderoso.
-¿Como
fue tratado en el hotel?¿Tuvo inconvenientes?
-No.
Al contrario fueron muy amables. Muy respetuosos.
-Me
parece perfecto, no quiero empleados ineptos, que atiendan a los
huéspedes y reciba malas reseñas por su inutibilidad.
Calver
no supo que decir, pero estaba sacando una conclusión en esa
conversación.
-¿Puede
decirme para que quería verme?
Anderson
lo interrumpió con una arrogancia, que era innecesaria.
-Debes
tratar a los empleados con mano dura, mostrarles quien da las
ordenes. Así se endurecen y te respetan.
Calver
no respondió y guardo silencio.
Anderson
murmuro, cambio su cara a serio, como si hubiera tenido un recuerdo
de una mala experiencia con el servicio en el hotel.
¿Que
debo hacer ahora?,
pensó Calver, mientras esperaba que le trajeran la comida y que
Anderson regresara de nuevo de ese viaje al pasado. Este
hombre es el dueño del hotel.
Calver siempre se mostró como una persona respetuosa, lo ajeno no se
toca, estaba escrito en su cabeza. Pero por desafortunado, una imagen
se presento. Kyle. Evito sentir esa sensación, pero dejo en el hotel
a una bestia bromista. Mas
te vale que solo te hayas quedado en la habitación..
Anderson
volvió al presente
-Me
ido un rato, pero bueno… Bien.. Profesor Calver, lo he mandado a
llamar porque quiero que conseguir un objeto. Y usted es la persona
indicada.
-¿Que…
que clase de objeto?… Y si es ese tipo de “trabajo”, no soy esa
persona.
-Lo
se, he leído sobre su trabajo y como lo hace… Sigue las normas al
pie de la letra. Por eso lo escogí. Por tener esa herramienta a su
favor. Así que, ¿acepta?.
-Supongo
-Tomare
eso como un si. Ahora disfrute su comida, despues aclararemos los
asuntos en un lugar mas acorde.
Dicho
eso, la mesera, le dejo en la mesa, dos platos; uno con huevos
revueltos y bacon, y el otro unas medialunas de jamón y queso. Y de
la bandeja le alcanza una taza, de café. La mesera asiente y se
retira.
Anderson
se quedo fijo en Calver. Un puñado de personas de traje se movían
de un lado a otro en la parte de atrás de aquel sitio.
Calver
comprendió, que no eran simples personas, eran
¿Que
me espera ahora?,
pensó, mientras intentaba disfrutar esa comida.
Una
mujer se acerco, el eco de sus pasos resonaban en el espacio.
Extendio la mano con un sobre en la de Anderson. Calver la reconocio
al instante.
-Es
usted… La mujer que se acerco en mi conferencia.
-Me
alegra volver a verlo profesor Calver.
La
mujer giro a la izquierda y salio al jardin superior, donde estaban
esos hombres de traje. Anderson, le entrego el sobre a Calver. El
extendio la mano, se detuvo a leer la frase escrita en el sobre:
Les
Secrets Du Destin
-¿Los
secretos del destino? -pregunto Calver, casi seguro que su traducción
era la correcta.
Anderson
no respondió, solo asintió. Inmediatamente saco del sobre una
fotografia, la imagen que mostraba era de dos islas, en el borde
superior solo tenia una fecha. Al instante una oleada de asombro y
emociones lo invadio. Contemplo sin mostrar una minima expresion de
conocer esa fecha. La conocía bien. Fue unos cuantos minutos antes
que conoció esos números.
1297
-1297
-tartamudeo, con el corazón acelerado. No
puedo creerlo, como es que tiene esta fecha.
Sin
vacilar, se le dio por dar vuelta la imagen, una frase estaba
escrita, tanto que por poco pierde la cordura, se quedo sin
respiracion. Era como si un rayo lo hubiera alcanzado. Sus ojos no
tenian manera de ser parte de la escena. Volvio a leer la frase, los
pelos de la nuca se le erizaron. Apenas pudo soltar una palabra.
Un
nombre.
-Joe
-susurro.
Calver
quedo anonadado, esa frase es la misma que su colega le envió junto
con esas imágenes.
¿Sera que Joe sabe sobre esto?.
En
momento, Anderson lo regreso de su viaje paralizado.
-Parece
que si, encontré a la persona correcta. Profesor Calver.
Calver
apenas podía concentrarse. Su mente se alejo de ese lugar.
Continuamos próximamente
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