Sobre la distancia…

¿Cuántos kilómetros son suficientes para matar el amor?

¿Cuántas carreteras pueden alejar a quien se quiere de verdad?

Buscaba las respuestas y encontré que 345 km eran insignificantes si después de ellos podía encontrarme con sus besos, cada kilómetro perfectamente valía la pena sí al recorrerlo podía acercarme en un abrazo, estar a centímetros de su piel y desafiar a la distancia con nuestros cuerpos.

Finalmente, no sé si fueron los kilómetros o la distancia de lo que realmente quiere el corazón, sólo sé que en esta historia nos alcanzó la definitiva separación.

Y aparece la ironía; esta ciudad que no es muy grande en realidad, ha transformado 10 km en una eternidad, una distancia que no estoy dispuesta a recorrer, porque al final de esa avenida no hay besos con los que me quiera encontrar, no hay ningún abrazo al que me quiera acercar. No hay cuadras que quiera caminar, esta ciudad me mantiene en soledad.