Des-Ilusión

Des-Ilusión

Fab

16/06/2023

Y nos volvimos a encontrar, lo que el tiempo separó ahora lo separan 2 metros, la ví con valentía y temor a los ojos, y me calmé, sus ojos ya no tenían el mismo brillo qué lucia, era otra persona, guardaba aún la esperanza de encontrar en ella a la niña dulce y obstinada, aquella me envolvía con sus contradicciones del mundo, su literatura, su atrevimiento a lo desconocido, ella me empujaba al filo del destino, yo era un cobarde, y ahora todo cambio, ya perdió toda esperanza, siguió viviendo porque no podía morir, pero sentía en ella un pulso débil, una amargura entre dientes, no supe nada de ella en varios años. 

¿Qué habrá sido de ella? Me seguía preguntando, se que se enamoro un par de veces, yo igual lo hice, pero creo que siempre guardaba la esperanza de que este día llegara, de volverla a ver, de saber como está, y ahora no parece haber respuesta, quién será esa chica, y me entristeció pensarlo.

Ella podía hacer un día gris en un día gris sonriente, era realista, pero se oponía a ello también con su optimismo, como si un debate emocional se lidiara dentro de ella, yo la veía pasar por el parque cerca de un restaurante por mi casa, sacaba a pasear a Canela, su perra de tan solo 9 meses, yo iba con un perro callejero, se llamaba Bruno, ya era común que él y yo saliesemos con la excusa de hablarle, el por su parte me seguía porque adoraba el pasto, y yo porque adoraba verla, ella hacia un día gris, en un día gris sonriente.

Hablaba en un idioma ilegible pero sublime, cosas que no entendía, epopeyas, parábolas y analogías, ¿qué decía esa niña? (no lo sé), era un discurso interminable qué disfrutaba escuchar, solía hablar de sueños, Francia, letras y arte, ella era color y viveza, adoraba su cabello, era corto, almenos en ese tiempo lo fue, ella soñaba con Francia, pasear por el Louvre y luego ir a tomar café tan enamorados, supongo ese era el romance qué soñaba, ambos dibujabamos, yo nunca dibujé tan bien, solo tenia mi estilo, y a ella parecía gustarle. También sabía mucho de libros, Schopenoseque, Sócrates y algún amor Platónico, y a todo su increíble conocimiento solo respondía:

«solo sé, qué nada sé»

Y surgió la primera sonrisa, me volví adicto y la busque, como el ebrio busca en el alcohol su forma de sobrevivir, o como el invierno busca el sol, me hice adicto como un niño al chocolate, me hice adicto a su risa, y detestaba no verla como detestaba la pizza con piña

– muy mal -.

Ahora ella está frente a mí, recuerdo a la niña del parque, la niña llena de entusiasmo y alegría, la niña que podía sentir dolor, la niña con la cual me sentaba en el salón, la chica de pelo corto, la chica más rara que había conocido, y a la vez, la más bella, la niña con la que dibujaba,

la chica de la cual me enamoré perdidamente,

Mi primera ilusión

Mi primera carta de amor 

Mi primer rechazo

Mi primer beso

Mi primer amor

Mi primer engaño

Mi primera desilusión. 

Veía en ella todo a la vez, aunque ya no era la misma, había cambiado más de lo que imaginaba, cambio los libros por cigarrillos, la rebeldía por sumisión, y su sonrisa por una mirada sin ilusión.

Ella ya no era «Ella», y supe en ese instante, en cuanto nuestras miradas se cruzaron y lograron aferrarse a la misma sincronía, qué ya había muerto, no por amor, ni por mí – ya hubiera querido ser tan importante -. 

Murió lentamente cuando se fue del único lugar donde se sentía viva

cuando la vi partir, no sabía que sería el último día en el que también, la vería vivir, o en otras palabras:

No sabía que ese sería el último día.

Aunque Ella esté frente a mí. 

Sé que el día ya termino, hace mucho.

Y mi adicción,

fue curada.

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