No lo sé.

[1]

Y la verdad es que me pregunto mucho como llegamos a esto.

Como mi amor por ti se volvió algo que ni siquiera puedo soportar sentir,

como mi alma llega a extrañarte tanto, pero mi corazón llega a odiarte tanto.

Y no te culpo, juro que no lo hago, pero

¿Por qué?

[2]

Dije que te amaba como jamás he amado a nadie en mi vida,

te dije que eras (y eres) mi primer amor, pero pareció no importarte,

porque si me hubieras amado como tanto decías, no hubieras dejado

que me fuera ¿O si?

[3]

Perdí tantas cosas en ti y pareciera que lo sigo haciendo.

Sin ti no puedo ser yo, sin mi, no puedo vivir.

¿Podrías devolverme lo que te entregue?

Si volvemos,

¿Jurarás no lastimarme de nuevo?

[4]

Te odio.

¡No! Te amo.

Y odio amarte, pero odio tener que odiarte.

Pero odio más la idea de tener que seguir amándote.

¿Por qué?

[5]

No me lo pediste, no te lo pedí, pero me conoces tan bien,

y me da miedo que ya no te conozca como lo hacía hace un mes.

Yo era tu todo, pero eso cambió luego de unas cuantas semanas,

¿por qué?

[6]

No tiene nada de gracioso, pero me parece tan curioso…

Yo soy mayor que tú, pero fuiste vos quien me partió en dos,

y lamentablemente no en la forma en que me hubiera gustado.

[7]

Y esto no es un poema, jamás te escribiría poesía de nuevo,

por lo menos eso quiero asumir, aunque en las noches me

desvele escribiendo sobre tus dulces ojos que son una

galaxia de emociones y de tu melódica risa emotiva.

[8]

¿Cómo se llamará esto? Tampoco lo sé,

no sé nada, sólo sé que no sé nada, pero que a la vez sé todo,

porque si te amo a ti, es como tener la verdad absoluta, a la cual

ningún humano llegará.