Capítulo 4. Como una estrella fugaz. Parte I

Aurora

Con ayuda de otros dos compañeros del equipo lograron alejarlo de mí, jamás me había sentido tan asustada y con ganas de llorar, sin embargo, el abrazo de Pitt y su preocupación hicieron sentirme segura.

—¿Te encuentras bien, Aurora? —decía mientras me ayudaba a sentarme en una de las bancas del salón más cercano—. Por dios santo, que bueno que escuche aquel golpe en la pared eso fue lo que me hizo pensar que algo no estaba bien.

—Gracias —balbuceaba recuperando el aliento y la calma—. De verdad agradezco que estuvieras aquí.

—Para nada, Aurora, no tienes nada que agradecer.

—Por favor, no le comentes a nadie lo que paso, te lo pido —decía interrumpiendo las palabras de Pitt.

—¿Pero qué cosa me pides?, ¿Cómo crees eso? —cuestionaba Pitt.

—Te lo pido por favor, que nadie se entere —ordenaba—. Que quede solo entre nosotros.

—Está bien, te lo prometo. —Su rostro de decepción me hizo entender que estaba en un error, pero era lo mejor—. Hablaré con Apolo y haré que se disculpe por lo que hizo.

—No considero que vaya a entender —culminaba.

******

—Se supone que ya venía, Aurora —decía Zaniah.

—Ya no ha de tardar, seguramente habrá pasado al sanitario —agregaba Andrómeda—. La ventaja es que apenas están llegando los directivos con los profesores.

—Si no llega en 5 minutos le marcaré para saber dónde está—. Una ligera preocupación albergaba a Zaniah, podía sentir que algo no estaba bien; sabía que Aurora sería una de las personas más felices al conocer que se harían estos eventos escolares y que no se perdería ningún detalle de estos—. Creo que algo malo pasa.

—No sé de qué hablas, mira, ya viene —decía Andrómeda señalándola con el dedo índice.

—¿Qué ha pasado, chicas?, ¿ya han dicho algo? —preguntaba, evitando notar que hace unos minutos había vivido un mal momento—. Cuéntenme.

—Ves, te dije que no pasaba nada —le decía Andrómeda a Zaniah—. Ella pensaba que estaba pasando algo malo porque no llegabas.

—Me preocupé, tú nunca te perderías algo como esto —agregaba Zaniah.

—Estaba en el sanitario, al salir me encontré a Pitt y empezamos a platicar —decía justificando mi ausencia para desviar la preocupación; algo que aún no he podido entender, es la forma en que Zaniah tiene cierta habilidad para percibir cuando algo malo está pasando—. Pero ya estoy aquí.

—Supongo que ya van a hablar, vengan, aquí podemos verlos mejor —comentaba Andrómeda.

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Miércoles en casa de Leo

—Afortunadamente, no te expulsaron —decía con una sonrisa mientras besaba a Leo en la frente—. Así iremos juntos al baile de primavera.

—En eso tienes razón, nada me hace más feliz que pasar tiempo a tu lado —expresaba Leo—. Mañana estaré de regreso en la escuela, igual que Orión y Calisto, no solo me verás en clase, sino también en la cafetería, el director pidió que Calisto y yo apoyemos en la cafetería a la hora del almuerzo, es una sanción más por la pelea.

—Y ahí estaré para animarte, corazón.

No suelo ser cursi, en realidad con Apolo jamás nos habíamos dicho cosas románticas, en ocasiones, había afecto físico como abrazos y besos muy rara vez él quería llegar a la cama, cuestión que jamás permití; y ahora todo es diferente.

Leo provoca que salga la ñoña interior que se apasiona con las novelas románticas, con un novio para llenarlo de besos y compartir momentos como este, donde pueda mostrar como soy sin tener miedo a que me rechacen, al contrario, que me vea hacer alguna tontería y me sigua el juego, eso me hace muy feliz.

—¿En qué tanto piensas, corazón? —preguntaba Leo al verme sonreír.

—En todo lo que hemos vivido en pocos meses, desde que te conocí en el verano hasta la fecha, la manera en que me siento a tu lado —decía mirándolo a los ojos y acariciando su cabello—. De entre todas las estrellas, apareciste tú.

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Jueves en el salón de clases

Leo

—Buenos días, chicos —decía la Profesora Raquel—. Tomen asiento y saquen su libro en la página 34; pero antes demos la bienvenida de nuevo a su compañero Orión, que afortunadamente está de regreso después de lo sucedido en los pasillos.

—Es bueno regresar a casa —mencionaba Orión al sentarse.

—Ya extrañábamos verte aquí —agregaba Maia—. Además, ya estamos juntos de nuevo los 4—. Miraba a cada uno de nosotros soltando una sonrisa.

—Oigan, ya supieron lo de Steve —interrumpía Andrómeda el momento—. El director lo expulso por iniciar una pelea.

—Vaya, eso tendría sentido, pero ¿por qué a nosotros no nos expulsó? —cuestionaba Calisto.

—Por una simple y sencilla razón, ustedes no son problemáticos, además antes de la pelea sus notas no han sido malas —aludía Maia—. ¿Entonces a Marcus y a Apolo también los expulsaron?

—No, no, a ellos, aparte de la suspensión de una semana como a ustedes, tienen prohibido jugar durante 3 partidos en el equipo de americano —mencionaba Zaniah.

—Conociéndolos, es algo que les dolió saber —agregaba Andrómeda—. Y sobre todo porque mañana habrá juego.

—Sería divertido ver cómo juega el equipo sin ellos, las estrellas de esta temporada —decía Calisto con sarcasmo.

—No soy fan de los deportes, pero concuerdo con Calisto, sería divertido ver un poco de caos —comentaba Maia riéndose.

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—¿Qué hay en el menú, mi querido Chef? —bromeaba Maia después de vernos a Orión y a mí repartiendo el almuerzo en la cafetería—. Espero una porción extra por ser la mejor amiga del cocinero.

—¿Qué dices Calisto, le damos una porción extra? —decía mientras reía.

—Yo digo… que no —contestaba Calisto riéndose—. Bueno, está bien le daremos un poco más de pastel de carne y un trozo de maíz asado.

—Mucho mejor, por eso los quiero —expresaba Maia—. En un rato más los veo, estaremos en aquella mesa —señalando la mesa de la esquina, donde ya se encontraba Orión junto a Aurora y sus amigas.

—Ahí estaremos —contestaba guiñándole el ojo izquierdo.

Al terminar nuestro horario de castigo en la cafetería, aún nos quedarían algunos minutos para poder platicar con los demás y reír de las locuras de Orión, sin dejar de lado, tiempo para tener a Aurora más cerca de mí y llenarla de cariños.

—¿Ya decidieron si vendrán mañana al partido después de clases o aún lo siguen pensando? —cuestionaba Andrómeda.

—A lo mejor, si venimos a verlo —decía tomándole la mano a Aurora, cuestión que a todos les pareció un lindo gesto.

—Qué romántico, hacen una linda pareja —agregaba Zaniah mirándonos con ternura.

—Gracias, pero tú también harías una bonita pareja con Orión —sentenciaba Aurora—. Es solo cuestión de que hablen sobre lo que sienten.

—Eso es verdad, su amor se ha de ver desde el espacio y solo ustedes parecen que son los únicos que no lo ven —replicaba Maia, quien miraba a Zaniah y a Orión con seriedad.

—Ya deberían de… —. Antes de que terminara la frase Aurora, la campana sonaría indicando el final del almuerzo—. Se han salvado muchachos, pero esto aquí no acaba.

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Viernes

—Dices que Zaniah y Orión nos alcanzarán en la escuela —preguntaba Maia.

—Sí, eso me dijo Orión mientras chateaba con él —decía mientras íbamos de camino a casa de Aurora.

—Esperemos que ese tiempo a solas lo aprovechen para hablar —animaba Calisto.

—O ya mínimo para que se besen —interrumpía Andrómeda haciendo ademanes con las manos, cuestión que nos hizo reír a todos.

Llegando a la escuela, el ambiente deportivo se apoderaba de la institución, los adornos con el color del equipo de americano decoraban la entrada y los pasillos para llegar al campo; las porristas daban la bienvenida a los asistentes y con ellas Kelly, que desde hace un par de semanas venía anunciando que las animadoras mostrarían nuevas coreografías para el resto de la temporada.

En esta ocasión, el uniforme color negro y rojo me parecía envolvente, aunque el equipo fuera local, se decidió que por esta ocasión se vistieran con el uniforme de visitante para darle un estilo sombrío y que se vieran imponentes ante la vista del rival.

Si bien es cierto que el equipo no contaba con las estrellas de esa temporada, el espíritu ganador seguía en pie, el Core-back sustituto ha regresado a la titularidad después de una lesión que lo alejo del equipo y los compañeros tienen la esperanza de que logre hacer lo de hace 2 temporadas, que fue quedar subcampeones y convertirse en el MVP de ese año.

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Al terminar el segundo cuarto y con una ventaja de 6 puntos, los aficionados no dejaban de alentar al equipo y entre ellos nosotros, donde Calisto, Maia y Andrómeda eran de las personas que más gritaban y se unían a los cánticos.

—Oye, corazón, iré por más palomitas —decía Aurora después de besarme.

—¿Quieres que te acompañe? —agregaba.

—No te preocupes, iré con Zaniah y Orión —contestaba ella—. ¿Quieres que te traiga algo?

—Mmmm, un hot dog, por favor —decía sonriendo.

Aurora

Al bajar las escaleras de las gradas me encontraría a Pitt, quien iba a los vestidores después verse con Kelly para reunirse con los demás integrantes del equipo.

—Aurora, me alegro verte por acá —decía él—. ¿Cómo te encuentras después de lo sucedido?

—Pitt, también me alegro verte, que buen partido hasta el momento —contestaba—. Y ya me encuentro mejor, gracias por preocuparte.

—No agradezcas, me imagino que no le has contado a Leo —. Debido a mi asombro no dudo en aclararme que al verme junto a él en las gradas se imaginó que ya tenía una relación con Leo.

—Si —digo con una sonrisa nerviosa—. Me siento segura y querida a su lado.

—Me alegro mucho por ti Aurora; antes que se me olvide, tengo que decirte que después del incidente con Apolo, lo fui a ver a su casa y platique con él, seguramente no me creerás, pero dice que está muy arrepentido y que lamenta lo sucedido.

—Entiendo, gracias por decirme —contesto.

—Igual me dijo que cuando pueda, intentaría hablarte y disculparse en persona —decía Pitt—. Piensa enmendar su error, me aseguraré de que en verdad lo haga—. Despidiéndose de mí con un abrazo.

Al regresar con Zaniah y Orión una sorpresa me esperaría, finalmente los vería tomados de la mano mientras se reían y compartían de sus palomitas; el amor ya podía sentirse entre ellos, así que decidí dejarlos unos minutos solos antes de comprar el hot dog de Leo.

El partido siguió su curso, la afición se emocionaba en cada anotación que hacía el equipo escolar, sin embargo, cuando el equipo logro anotar el touchdown que nos daría la victoria, el abrazo que se darían Zaniah y Orión terminaría en un beso con el que nos dejarían sorprendidos a todos, y con ello no solo celebraríamos el triunfo del juego, sino también el inicio de la relación entre ellos.

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