Algo de mí siempre estará contigo.

Tu sonrisa en mis sueños perseguiré.

Por un abrazo más mendigo.

Por escucharte nuevamente suplico.

Por volver a mirarte rezaré.

El castigo divino sobre mí ha caído,

me ha privado de tu cariño.

La distancia entre los dos me ha abatido.

Sé que me has olvidado, y me resigno,

mas en ti me he ceñido.


Malditos los dioses que de mí te apartaron,

Maldigo el vino que me trae tus memorias.

Bastardos, de mí se burlaron,

y luego dejaron en blanco nuestra historia.

Vadeo entre un mar de desesperanza,

mas me ahogo en mis palabras,

aquellas que nunca llegaron,

las que me apenan y jamás conocerás.

Mi corazón ya hace con la pluma en la balanza.

Me temo que caeré en las garras del olvido.

Sin embargo, soy yo el que ganó,

 no se desharán de mí completamente.

Mi espíritu estará contigo.

Una parte de mí no se irá;

Una parte de mí va a acompañarte.

Los dioses ven su falló con ira.

Al final siempre tendrás algo de mí.

Etiquetas: corto desamor poesía

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