Codicia completo comerse,
lamer y escupir sus dedos
para que por ellos resbale la lujuria.
Su sangre, su semen y su soledad
frente al espejo se codician
y erizan la piel sedienta.
Trémula tirita la tristeza
que suspira extasiada
al recorrer la barba larga.
Gravita la grasa graciosa
entre piel y músculo
en la órbita más placentera.
Su pene apenado pena
por no descargarse de golpe
y extender su calor infinito.
Se eriza, se excita exquisita
la muerte pequeña
que salpica el espejo.
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