EL LADRÓN DE RECUERDOS

EL LADRÓN DE RECUERDOS

Mike G. Duck

10/08/2022

06:00h de la mañana, suena el despertador, ya es 14 de octubre y hoy tengo un gran día.

Regresa el vicepresidente desde Japón, nuestra empresa que se dedica a la importación y exportación de mercancías acaba de firmar el que puede ser el mayor contrato desde que fue fundada. Todos hemos trabajado duro para que este acuerdo con los japoneses llegara a buen puerto. Así que estamos eufóricos, vamos a la oficina a comprobar con nuestros abogados los pequeños flecos del contrato. Después todos vamos a celebrarlo con una buena cena en la que estoy seguro de que las corbatas y las inhibiciones acabaran arrastrándose por el suelo.

Cuando llegamos al restaurante, las sonrisas son tan amplias como las comisiones que nos han ingresado en nuestras cuentas bancarias. La cena es espectacular, buena comida, buena bebida y un buen postre. Ya hemos terminado cuando Archie Blasse, nuestro vicepresidente, se levanta y haciendo sonar su copa con una cucharilla, llama nuestra atención:

-Compañeros, gracias al trabajo de todos vosotros hemos conseguido el contrato más importante de la historia de nuestra empresa, y para agradecer vuestro esfuerzo he traído unos regalos como reconocimiento a vuestro trabajo.

A su señal, entran en la habitación cinco ayudantes del restaurante cargados de paquetes. Archie comienza a repartirlos entre los que allí estamos: a Joe una catana, a Sofie un kimono, a René un libro, El camino del Samurai.

Llega mi turno. – Esto es para ti Arthur-. Me pone en la mano una pequeña figura de terracota, se me acerca y con una voz casi imperceptible me dice:

-Es lo más valioso, se trata de un Omoide Ga Nai, lo encontré en un pueblo perdido entre las montañas. El viejo que me lo vendió me advirtió: -Los demonios de los recuerdos viven dentro de la figura, tenga usted cuidado-.

Nunca he creído en estas cosas, así que dándole las gracias me despido. La cena se acaba, la estatuilla en mi bolsillo y cada uno a su casa.

Llego a la mía, me lavo los dientes y me voy a la cama. Nunca he tenido tantas pesadillas, una noche horrible. Puta estatuilla, no consigo quitármela de la cabeza.

Por fin me despierto. 06:00h de la mañana, suena el despertador, ya es 14 de octubre y hoy tengo un gran día…

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS