Nuestra historia.

Nuestra historia.

Siempre he sido fiel amante de recordar nuestra historia. Cómo nos conocimimos, las primeras palabras que intercambiamos, qué fue lo que pensé de ti; la forma tan sutil en la que me condené a esos ojos y esa risa que podía conmigo… Me gusta imaginar qué fue lo que pensaste tú, qué fue lo que sentiste y cómo nació lo que somos.

Me gusta recordar y repasar nuestra historia. 

Me gusta volver a sentir las mariposas en el estómago y los nervios de saberte cerca de mi. Sonriendo recuerdo y siento, con los ojos cristalinos por el brillo de tu prresencia en mi vida.  

Hoy repasé los últimos años ¡Que locura! En unas partes sonreí, me reí a carcajadas recordando momentos ¡Caray! Todo lo que podíamos hacer sintiéndonos libres… Pero, me descubrí seria en otros momentos del repaso. No sonreí, ni sentí las mariposas en el estómago, supongo que, aquel brillo de mis ojos también se fue… ¿Por qué? Si te quiero tanto. 

Te quiero tanto… te quiero tanto, tanto, tanto que me niego a dejar de sonreír, a dejar de recordar y sentir. He resistido, mucho. Puedo hacerlo un poco más, todavía puedo esperar y resistir un poco más.

No estoy lista para dejarte ir, no así de rápido y simple. Quiero expandir la historia y no quiero que tenga un final.

Condenados a una costumbre llena de pilares y soportes codidianos. Llenos de miedos a los cambios. Solo somos tu y yo contra el mundo. Solo tu y yo sabemos lo que somos. 

Por favor, no me hagas dejar de sentir, ni de recordar.