Cleopatra y Brigitte

Cleopatra y Brigitte

Karol Bolaños

10/01/2022

18 octubre, 2020 – mujerdeaqui

Por. Karol Bolaños



Las hojas habían caído, como si se tratase del otoño, lo especial de aquel acontecimiento era que en la proximidad de la línea ecuatorial no existen las estaciones, hay un clima tropical con dos temporadas marcadas, una de lluvias y otra seca.

Con el cambio del paisaje, otras ideas se habían instalado en Cleopatra, tenía la sensación de estar en otro lugar, aunque se tratase del mismo desde su nacimiento. Lo cierto era que nunca había visto una lluvia de hojas en tonalidades del atardecer.

Brigitte no había salido de su lugar en días, tenía cambios en su color, unos destellos oscuros opacaban el dorado de siempre. Advertía en su rostro la poca importancia en el cambio del paisaje, sólo le importaba ella y su buen comer.

Cleopatra había marcado en sus observaciones la apatía de Brigitte, pero la conocía bien, sabía que ella siempre había estado concentrada en sí misma. Sin embargo, aquel color tenía algo de parecido a la caída de las hojas, presentía un cambio irrefutable.

Cleopatra salió de su asombro, se acercó a Brigitte, trato de pensar en algo distinto y pregunto con firmeza: – ¿Has escuchado algo acerca del feminismo? Brigitte con algo de parsimonia levantó la mirada, se quedó fija en el recuerdo, organizó sus ideas y le dijo lo siguiente:

… -dicen que las mujeres han estado relegadas a la vida privada desde que los hombres decidieron que eran los portadores de luz, conocimiento, saber y poder.

Dicen que la culpa es de la religión y la política, en realidad se trata de lo mismo, de la competencia a muerte por el poder. Lo lamentable es que sin pelear la mujer fue vencida y relegada a una vida secreta.

Has escuchado las palabras patriarca y patriarcado. Dicen que son términos que deben ser abordados con sospecha, es más, dicen que cualquier palabra que le de poder a un hombre sobre otros, en especial sobre la mujer son el punto de partida para la discusión de lo que es conocido como feminismo.

Por ejemplo, al revisar aquellas dos palabras, esencialmente en su sentido conceptual, notaremos que se trata de un hombre con una divinidad suprema que lo incita a actuar sobre una infinidad de seres que necesitan creer en algo supremo para librarse de la soledad, la condena o la tentación. En ese orden de ideas, hay seres superiores e inferiores; y la peor parte le toco a las mujeres.

Así mismo, se rumora que siempre han existido mujeres dichosas de ser distintas a los hombres; y sin aún saber que se trataba de algo más profundo que las diferencias biológicas, abogaban por la consolidación de un paquete de derechos y libertades necesarias para ser ellas mismas, para dejar de ser sombras en el mundo de los vivos. Podría decirse que éste es otro punto de partida para el feminismo.

En consecuencia, las mujeres no querían pertenecerle a nadie. Como quien dice ni a padres, ni a esposos, mucho menos a los hombres del común de la sociedad. Las mujeres no necesitaban dueños de sus cuerpos, mentes y proyectos. Las mujeres querían tener derecho a divorciarse, votar, tomar la píldora anticonceptiva y abortar.

Dicen que el feminismo es muchas cosas, pero en realidad se trata del movimiento social, científico y político para alcanzar el goce efectivo de derechos esenciales para el género femenino.

Éste está acompañado por una discursividad construida por las mujeres que pretenden un soporte para el reconocimiento de ellas y sus demandas. Es por ello que, se trata de un movimiento en constante evolución que se nutre de ideas, reflexiones y necesidades.

Cleopatra los humanos son especiales; ellos inventan cosas particulares, algunas inútiles, unas dañinas y otras vitales.

Esto del feminismo nos toca mucho, parece especial e importante, incluso necesario. Ya ves, son las mujeres las que se ocupan de nosotras, nuestros cuidados están en el terreno doméstico y hacemos parte de su corral. Está bien que alcancen sus derechos y participen en el orden de las cosas, porque si ellas lo logran, quizá un día alguien decida no comernos por el simple deseo masculino.

Cleopatra abrió los ojos inmensos y aunque su estado natural le impedía ser feminista, comentó brevemente: -las mujeres son asombrosas!

Entonces, algo se transformó y sólo se trataba del plumaje de Brigitte, la gallina carioca más rubia de la finca.

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