Escribo según mí desánimo

Escribo según mí desánimo

Naiamok

04/12/2021

Un trébol y un adiós
Recuerdo aquella vez que un día hicimos una apuesta, que si encontraba un trébol de cuatro hojas, te quedarías conmigo por siempre.

¿Me creerías si te contara que me topé con uno?

Siempre me quedé con la idea de que aunque no estés más, debería ganar la apuesta, en cada lugar al que iba me pasaba de a ratos buscando un trébol.

Y sabes qué?

Te gané,

                lo encontré.

Estaba allí y sólo empecé a sonreír.

No lo arranqué, sólo me deslumbré al verlo.

Al trébol lo dejé ahí, no nos merecíamos tanto.

Y entre tanta mala suerte, descubrí que esa característica que tengo de que me vaya para el orto en todo, no es tan malo.

Vos no estabas para comentarte mi gran hallazgo.

Y sólo eso fue necesario para darme cuenta, que los por siempre no se cumplen, pero los hasta siempre son eternos.





El sótano
Tengo un mulato encerrado en el sótano, lo até de pies y manos, me mira con cara de enojo, enfatizo que todo lo que hago es por su bien, que ya no hará daño a los demás.

El día que escapó de aquí, lo encontré con la ropa ensangrentada, no estaba en sus cabales, tenía odio en sus ojos, lleno de satisfacción, orgulloso de su acción.

Me escuchó decir que tarde o temprano me deshaceré de él, que ya no puedo ocuparme de las cosas que hace, de la gente a la que lastima. Con la cabeza gacha, me dijo que viera quién se deshacía de quién.
Que primero se deshará de mí y luego de los demás, que no entienden su forma de ser…


Dime, ¿Quién eres?

Mientras te observo dormir no sé quién sos, sos un extraño al cuál me he entregado de manera completa, que me causó una sensación momentánea, encerrandome en un mundo de serotonina y dopamina.


Aislándome del mundo en esas cuatro paredes, en la que voy creando formas a las grietas, sentada en el borde de la cama.

No siento nada más, sé que estás acá, pero no te siento.

Despierta, dime quién sos, y porque te he ofrecido tanto.

Respóndeme, abrí los ojos, decime porqué siempre trato de calmar tu dolor, de apaciguar tus tristezas, si cuando salgo por esa puerta no hay un nosostros, decime porqué si soy yo la que necesita un refugio en dónde calmar todo eso que hace tanto daño y que no lo hablo con nadie más.


Dime porqué trato de encajar a vos y a lo que sos.

Porqué necesito que creas en mí, que creas en mí más que en nadie, que sepas que aunque se haga de día, te escogería una y mil veces, que no me alejaría de tu lado.


Dime porque te toco de manera tan suave, como si supiera que si pongo toda mi fuerza en tu piel podría deshacerte y llenar la cama de arena, como si fueses una escultura de arena que armé, a tu semejanza, recogiendo cada partícula que te caracteriza, sólo para al final verte dormir y no reconocerte después.

Dime, ¿Quién eres?


La madrugada y tú

Me quedo despierta e imagino que hay almas viviendo en los rincones oscuros de tu habitación, pasan sus horas muertas en busca de salvación, danzan en unos rayos de luz que entran en las rejillas de aquella ventana, tu sólo suspiras y descansas, como si nada más importara, observo cada una de las muecas que haces al dormir. Imagino percibir formas o escuchar sonidos misteriosos, formas de seres sobrenaturales, voces incognoscibles, que decían cosas incomprensibles, me hundía en el delirio de una anáfora constante, mientras me traías a la realidad cuando te acomodabas sobre mi hombro, en aquella larga madrugada de alucinación y poético insomnio. Me cuestionaba si en verdad te tenía junto a mí, o sólo eran esos rayos de luz los que te inventaban.




Una salida y un menú

Salimos a comer, en el mismo sitio al que solemos ir, por aquí nada ha cambiado, tal vez ofrecen un menú más variado, no sé, solo quiero preguntarte ciertas cosas y deshacerme de las dudas, lo sé. Arruinaré todo, como siempre.

Nos sentamos cerca de la ventana, te sentaste frente a mí, todavía no habíamos decidido qué pedir.

Te ves cansado, con ojeras y sin muchos ánimos para estar aquí.

– Pedí algo que te guste, no seas indecisa, tómate tu tiempo.

Estaba mirando el menú y nada me atraía, así que fui al grano.

Te enfrenté con mil dudas y miedos, te pedí que me dijeras si en verdad hay alguien más; lo sospechaba, lo imaginaba, cada día estabas más distante y lo nuestro era cada vez más lejano.

Necesitaba que me dijeras, sé que la respuesta que anhelaba saber me rompería en mil pedazos.

Quería que la respuesta saliera de tu boca, esa boca con la que tantas veces me dijiste que me amabas, me hiciste mil promesas, me juraste tantas cosas, ahora dirían algo que me lastimaría.

-No me importa comer hoy, solo necesito que me aclares algo, ¿estás con alguien más, verdad?

– ……….

Me miró fijamente, suspiró, hizo una mueca, se levantó de la mesa y se fue.

Te fuiste sin decir ni una sola palabra

Ese silencio restante me confirmó todo.

Nada más era suficiente para saber que realmente yo no te importaba.

Te fuiste y me dejaste sola, con mil dudas.

Ya no te preocupabas por mí y eso se notaba.

Algo frío me recorrió la piel, sentí un dolor terrible en el estómago, palidecí, me vi en el reflejo de esa ventana, sentí que algo dentro de mí se estaba desmoronando.

En ese restaurante con tanta gente, con tantas voces, risas y el llanto lejano de un bebé, desapareció.

Te vi salir por esa puerta, pedí que te dieras la vuelta y volvieras.

Te fuiste …

Y en ese sitio con tanta gente, sentí que no había nadie más que yo.

Lo lamenté, tal vez debería dejar de ser tan impulsiva, brusca y ansiosa.

Tal vez si no hubiera hecho esa pregunta, todavía estarías aquí, tomarias el menú y ordenarias; papas fritas, hamburguesas y cerveza.

Porque sabes que nunca sé qué pedir para comer y tú siempre tomas la iniciativa.

Tal vez, solo tal vez, si no lo hubiera arruinado con mis miedos y dudas, todavía estarías aquí.

Y te vería reír con algunas tonterías que se me ocurren para decirte.

Si no lo hubiera hecho, sería aguantar todo a costa de mi propia felicidad, para seguir sosteniéndote a mi lado.

Sería seguir dándolo todo por los dos y estoy cansada de remar por alguien que realmente no sabe lo que quiere.

La mejor decisión que pudiste haber tomado fue esa, irte.

Incluso si duele, incluso si me rompe, fue lo mejor.

Podrías quedarte y mentirme como mejor te sale, pero no.

Te fuiste y en eso ganaste el Oscar.

Sí, te vi marchar evadiendo toda realidad, mientras yo siempre me enfrentaba a todo aunque me doliera.

No te estoy mintiendo, me frustraba la idea de que no te quedaras al menos, para saber qué mentiras se te ocurrirían.

Creo que debería dejar de ser tan masoquita y dejar de querer que me echen sal a la herida.

Sí, te vi partir …

Estaba decepcionada, congelada y conmocionada.

Me recliné en la silla, pensando en huir, me dejaste y no sé si salir de aquí, pedí un vino para ver si amortiguaba un poco el dolor, mientras analizo lo que pasó. .

La mesera me pregunta si estoy bien, todavía me tiemblan las manos.

– Disculpe, pero ¿Se encuentra usted bien?

Debo decirle que no, que el chico que se fue me dejó, me dejó sin explicar nada y yo sigo aquí pensando en cómo salir sin sentir que se burlan de mí.

Ya la había visto susurrar con sus compañeros varias veces, y los vi reír suavemente mientras me miraban.

-Pero sí, me siento bien. Gracias por preguntar.

Tan pronto como se alejó, la vi haciendo lo mismo de nuevo.

Bueno, aquí está la chica a la que han dejado frente a todos.

No fue nada dramático, pero tal vez por como quedé es que la gente hace comentarios.

Tampoco me sale bien disimular cuando estoy mal. 

Ya nadie esconde nada.

No tengo ganas de levantarme, no creo que tenga fuerzas para caminar hasta la salida.

Solo quiero calmarme y enfatizar que todo va a ir mejor.


Cable a Tierra

Si tu corazón ya no da más,

si ya no existe conexión con los demás,

si estás igual que un barco en altamar

tira tu cable a tierra.

                  – Fito Paez



Necesitas que una persona sea tu cable a tierra, indefinidamente.

Te veo vagando por la luna todas las mañanas, te observo en cuerpo y alma, pero en pensamientos no estás aquí.

Necesitas que alguien te haga aterrizar y te ayude a amortiguar todos esos mambos con los cuales que ya no podes más.


Nicotina en vos

Sentada sobre tu cama, sólo observaba aquella fragilidad con la que intentabas encender aquél cigarrillo.

Una, dos y tres…


No encendía entre tanto  desespero, yo sólo sonreía, y agradecía.


– Es una señal divina de que lo debes dejar, ya. ( Mis pensamientos sonaron en voz alta)


– Prometo que algún día lo dejaré, pero es algo difícil de conseguir, ya lo intenté más de una vez.


La habitación quedó en completo silencio, al igual que nosotros dos.


Mientras buscabas la manera de encender aquél cigarrillo.

Vislumbré un halo en tu mirada, tus gestos de desespero, tus muecas incesantes.


Lo sé, asimilo que es casi una obsesión mía, observarte.

Ser completamente tuya, fue difícil.


Ser poeta mucho más, pero lo procuro al recordarte.

Vos me hiciste más daño, que el cigarrillo que te está matando desde antaño.

Todo está en desorden, al igual que tu vida.

Botellas vacías y, cenizas

Mis temores a tu lado sólo se agudizan.

Para terminar haciendo el, no amor entre tanto vacío.

Como aquellas botellas de cervezas, como la habitación, como vos y yo.

Como aquél humo que me asfixiaba

Como la noche fría y desolada.


Las personas hacen preguntas

Un día me preguntaron que si tuviese la oportunidad de retroceder en el tiempo y no haberte conocido. ¿Lo haría?

Entré en duda, me quedé en blanco, me puse a pensar en cómo sería todo si no te hubiera conocido.

Pero en firme en mi respuesta, dije que no.

Volvería en al pasado para aprovechar muchísimo más los momentos a tu lado.

La segunda pregunta que me hicieron, fue que si alguna vez me arrepentí de haberte conocido. 

Me causa intriga porque hasta los demás te siguen teniendo en cuenta, a pesar de que tratase de no pensarte más, porque en mi vida ya no estás.

Supongo que dejaste algo en los demás, que ellos tampoco pueden superarte u olvidarte. 

Mi respuesta a esa pregunta fue; que no, no me arrepiento en lo absoluto de haberte conocido, no me arrepiento de haberlo dado todo por vos, y lo seguiría dando todo aún más.

Contigo aprendí tantas cosas, y una de esas.

Fue que podíamos acomodarnos tan fácilmente en un sofá diminuto, y dormir por horas en ella, para que al despertar me tomes de la cintura y me abraces fuertemente.


Practicidad

Apareces en mis sueños para contarme ficciones de esos amantes locos que no lograron ser.

Dices que nuestra historia aún continúa pero muy, muy en el pasado, alargando cada día más una prórroga del final, para no asimilar que en esta vida ya no pertenecemos. 

Cada vez acumulo más miedo, de que no amaré tanto como lo hice contigo.


Sofá

El sofá tan chiquito, se vuelve enorme desde que no estás acá, cierro los ojos imaginando que te tengo abrazándome, como todas las tardes en el que éste era nuestro infinito lugar.


Carta de alguien con dotes no esquizofrénicos

A veces sólo quisiera que los demás sepan que escucho mil voces que me llaman cobarde.

Escucho mil voces, mi cabeza se siente como si hubieran mil personas en un estadio, hablando, conversando, acosando, cuestionando.

Las voces están ahí, viven en mí, son parte de mí, me humillan, me llaman cobarde.

No avanzo, no avanzo, no veo cambios en mi vida.

Lo lamento ..

Vuelvo a ir, escucho voces en mi cabeza que saben qué hacer pero terminan arruinándolo, no me dejan continuar, me dicen que no aguanto más, que debo dejarlo atrás.

De nuevo …

Escucho voces en mi cabeza, que cuestionan a los demás y se turnan para accionar.

Otros no saben, no sienten, no entienden …

Escucho voces que me dicen mucho antes cómo actuar, tienen nombres y cada uno su propia personalidad.

Todas las noches veo sombras corriendo por la casa, no me dejan solo.

Veo a ese amigo, que hace tiempo partió a un lugar mejor, viene a hacerme compañía en las noches en que más duele ser yo.

 Me dicen que deje de ser paranoico, que empiece a madurar, que cambie mi personalidad.

Pero todas las mañanas me cuesta volver a empezar, no encuentro el valor para seguir con esa vida que dejé pendiente, el del espejo me llama cobarde, se ríe de forma maliciosa y las voces lo animan. Todavía estoy aquí, pero nadie más entiende por lo que suelo pasar.

No aguanto más, he roto ese cristal, veo que me sangran las manos, no sé cómo reaccionar, trato de volver a juntar lo que he destruido una vez más, pero como todo aquello. No podré resolver esto tampoco, no puedo soportarlo más, no puedo hacer más, no quiero seguir más.

Oigo la voz de alguien que me dice que me corte las venas, no seas cobarde, sé que puedes.

Tu vida en sí misma es un desastre porque quieres continuar aquí.

Me empiezan a temblar las manos, no sé qué pasó, solo sé que no para el sangrado y he manchado las sábanas y las paredes.

Me siento trastornado, intolerable e irritable, no sé asimilar todo esto.

Me voy a la cama y me gustaría que esas voces se detuvieran, que mi mente dejara de pensar.

Me invento una excusa para no volver a salir de casa, tal vez mañana lo vuelva a intentar, apague el celular y trate de dormir.

Mañana no recordaré todo lo que pasó aquí, pero culparé a una de las voces que me impulsaron a reaccionar así.

Empiezo de nuevo, escucho esas voces que me atormentan, y es difícil vivir de esta forma abrumadora.

Creo que soy una persona con super dotes, que ve almas en dolor en las noches, que tengo algo que me caracteriza y me hace especial, puedo escuchar los comentarios que hacen los demás y hasta puedo saber qué hicieron el día anterior, dirán que estoy loco o que es un poco espeluznante, puedo decir que tengo un millón de cosas a mi favor, pero eso sólo me debilita y me lastima.

Yo sigo …

Escucho voces que me guían..


Saberte Vulnerable

Te quiero sentir vulnerable, demuéstrame tu fragilidad más impetuosa, háblame de tus miedos más pavorosos y siniestros… 


Yo te escucharé en el silencio más sosegado de tu alcoba.


Deseando Volver a Verte

 Quisiera alguna vez toparme con tu rostro entre la multitud, me conformaría con verte desde la lejanía, pero aunque lo intente una y otra vez, no te logro hallar.


Sólo me encuentro con miradas vacías, para hacerme entender, que la vida no es como solía ser.


He cruzado los dedos tantas veces, deseando volverte a ver.


Soñando cosas

Como a una premonición, estas palabras se repitieron una y otra vez.

Para hacerme entender, que ya no habrá una siguiente vez.

Nuestro tiempo juntos ya se ha acabado.

Ya lo viviste

Ya lo sentiste

Ya lo sufriste

Te despediste tantas veces, sin haberte querido ir.

Pero esta vez, si ya es tiempo de partir y cortar todo desde raíz.

Ve y sé feliz.


Verte tan lejano

Cuando te veo simplemente me llenas de emociones irreparables, emociones únicas, me convierto en una niña que quisiera correr a tus brazos cuando te ve pasar.

Callo a todos mis miedos, dudas y angustias por imaginar un futuro a tu lado, uno donde solo estemos tú y yo.

Uno en el que ya no te vea con recelo y pueda pensar en días mejores junto a vos.

Uno en el que no te veas empequeñeciendo, mientras te alejas en lo más lejano de ese asfalto.

Te ofrecería todo lo que no le dí a otros amores, créeme.

No te prometería el cielo y las estrellas porque eso sería fantasear y creer en demasiadas expectativas, te ofrezco mis miedos, esos que me atormentarán por temor a perderte alguna vez.

Mi amor es doloroso e irradia ternura, es tan inmenso como el universo entero.

Podría decirte las locuras que me he imaginado hacer contigo, pero sé que asustaría a la transubstanciación, y sería culpable de transgresión por creer que aún existe el buen amor, cayendo en el viejo romanticismo, cuando sólo quiero dibujar un mapa en tu espalda, y encontrarme allí cada vez que me sienta perdida.

 Crezco en la osadía de la redundancia, pero seguiré en silencio hasta que al destino se le empecine juntarnos.


Y sólo por esta vez, ya no verte tan lejano.


La noche melancólica de un errante

Estaba sentado en el único sillón que había en la habitación semi vacía, observaba el resplandor que entraba de las rejillas de aquella ventana, no mencioné ni una sola palabra, suspiraba de manera entrecortada.

Pensaba, pensaba, analizaba y me cuestionaba.

No había luz en mi casa, ni en toda la cuadra del vecindario.

Encendí un cigarrillo, las luces de aquel encendedor empezaban a danzar, mientras inhalaba, era la única luz que iluminaba

Me sentía tan vacío, envuelto en mil sombras que me hostigan todo el tiempo

Sé que habrá algo que cambie mi destino, sólo que no lo encuentro, no lo encuentro, y no puedo, siempre tomo decisiones que lo arruinan todo.

No soporto ni a mi propio hijo, pese a que recé tantas noches por él, porque naciera bien, porque tenga una mejor vida que la mía, ya no lo veo desde hace meses, no sé qué fue de él, y no sé cómo iniciar una conversación para tal vez llevarnos bien.

Oigo pasos que vienen de la habitación, ella se para en la puerta e intenta observarme, y sólo ve la luz de aquel cigarrillo que vengo fumando, sé que pensará que ya lo debería dejar, pero es lo único que me calma cuando me dá tanta ansiedad.

Ni siquiera sé quién es aquella mujer, no lo sé, sigue a mi lado, pese a que no tenemos un futuro juntos, pese al daño, pese al dolor, pese a cada uno de mis traumas y de mis tropiezos, tantos tropiezos, es la única que ha sabido todo eso.

Amanece a mi lado cada mañana, pero no sé quién es, sólo sé que no quiero que se aparte de mi lado jamás, la abrazo con tanta fuerza que siento que se podría escapar, se queja de que la debo soltar para que pueda respirar, el cariño que siento por ella no tiene etiquetas, ni títulos, ni es como los otros sentimientos, sé que algo me atrae, algo hace que la llame en la madrugada para pedirle que venga a estar a mi lado, para ya no sentirme tan solo.

Sé que junto a ella podría lograr tantas cosas, me gusta su voz y su sonrisa, y esa mirada que pone cada vez que algo le molesta, adoro sus gestos, o sus reclamos cuando algo la incomoda.

Siempre ha estado aquí, pero yo, yo siempre he estado en otros lugares, en otra piel, junto a otro amor, pero ella, ella aún me espera con los brazos abiertos, cómo hago para corresponderle todo eso?

No quiero herirla, no quiero dañar todo eso que ella es, y todo lo lindo que siempre puede ofrecer.

Lo siento por no ser ese a quién tanto quieres, perdón por no ofrecerte un amor que tanto mereces, perdón.

Te digo que siempre podrías estar con alguien mejor, pero yo sin vos, no lo estaría, siempre necesito tu compañía porque me cuidas como nadie más lo haría.

No ofrezco un amor vainilla, lo mío es agrio, picante, y angustiante.

No te ofrezco ternura, y un café en la mañana observando el amanecer.

Te ofrezco un abrazo asfixiante, delirante y un pedido de taxi para que llegues bien.

No te ofrezco chocolates y cartas de amor como las películas e historias románticas que tanto te gustan.

Te ofrezco una botella de tequila, y mil heridas, en los días en los que más necesito de tu compañía.

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