Unos años complicados

Tras unos años bastante jodidos, finalmente empezaba de cero, y conocía lo que llamamos felicidad. Esta sensación era muy nueva para mí, y empecé a disfrutar de la vida poco a poco.

Lamentablemente, esa felicidad llegó a su fin. Poco más de un año pasó cuando todo volvió a derrumbarse poco a poco. Llegó un corazón roto, malas noticias, malos pensamientos, mentiras, peleas leves. Peleas no tan leves, desacuerdos, diferencias, problemas, la pelea que me dejó sola durante meses hasta que la gente se preocupó, y finalmente: la sensación de soledad permanente. Sentí que no me quedaba nada por lo que luchar y mis días se volvieron monótonos y repetitivos, mientras mis noches se volvían cada vez más oscuras y solitarias.

Dejé de ser yo misma, y la nueva versión de mí no agradó a la mayoría, por lo que cada vez me quedaba más sola.

Echo de menos a mi antigua yo, a la real, a la feliz, y a mi versión ingenua que piensa que la vida es fácil.

Esta nueva versión de mí no confía tan fácilmente, no ama tanto, pero cuando lo hace, lo hace con locura.

Las personas más cercanas a mí están igual de bien sin mí, y duele ver cómo me apago lentamente y no poder hacer nada al respecto.