No te diré lo que siento.

~Hay amores que nunca se olvidan, ni con el pasar del tiempo~

Alex era muy tímido y de pocos amigos, solía salir de vez en cuando a divertirse a un parque con sus dos únicos amigos, ya saben, las cosas típicas que hacen los adolescentes.

Un día cualquiera decidieron caminar por el pasaje de al lado con la gran sorpresa de encontrarse con una bella chica que estaba sentada en la entrada de su casa, los amigos de Alex decidieron saludarla con gestos de coqueteo.

Alex no sabía qué hacer, ni cómo actuar, se sentía muy nervioso, tanto, que le sudaban las manos, era una sensación extraña, que ninguna chica había provocado antes en él.

Mientras los amigos hablaban y coqueteaban, ella solo sonreía, pero nadie se daba cuenta de que ella miraba discretamente a Alex y el ni siquiera lo percibía.

Se volvió costumbre ir al pasaje de atrás a saludar a la chica, y al parecer a ella le agradaba que fuera así, aunque los chicos hablaran y hablaran ella solo se interesaba en las dos o tres palabras que decía Alex de vez en cuando.

Viviendo en una ciudad tan pequeña se volvieron muy frecuentes sus encuentros casuales, en la tienda, en el cine, en la cafetería, se encontraban casi en todos lados sin siquiera planearlo.

Eran pocas las palabras entre ellos, pero las miradas y las sonrisas eran los protagonistas de cada encuentro.

Era evidente que Alex y aquella chica se habían enamorado, pero ninguno se atrevería a mencionarlo.

Una noche Alex decidió por fin visitar a la chica sin la compañía de sus amigos, a simple vista parecía una decisión fácil, pero para el no lo era, entre su timidez, las ganas de verla y hablarle no había discusión, debía hacerlo.

Fue así como se atrevió y fue a verla, fue la conversación mas larga que Alex habría podido tener en su vida, hablaron de música y de lo mucho que tenían en común, esa noche fue inolvidable para Alex.

A la mañana siguiente Alex se despertó más enamorado que de costumbre y decidió que esa noche le diría todos sus sentimientos a la chica, antes de salir donde ella se encontró con uno de sus amigos quien le conto algo que lo dejo perplejo y con los ánimos por el suelo.

Su amigo estaba a punto de pedirle a la chica que fuera su novia y eso cambio la decisión de Alex, la cabeza le daba vueltas y la tristeza lo invadía, pensaba que de seguro ella le diría que si a su amigo ya que consideraba que su amigo era más atractivo y tenía más personalidad.

Fueron estas inseguridades las que hicieron que Alex se comenzara a alejar de la chica, guardando el amor que le tenía dejándolo en secreto.

Fue así como pasó el tiempo sin que Alex supiera nada de aquella chica y de vez en cuando llamaba y colgaba el teléfono solo para escuchar aquella voz que en algún momento lo hizo sonreír.

Luego de las llamadas se encerraba en su cuarto por horas a escribir cartas de amor, donde expresaba lo que sentía, pero nunca se animó a entregárselas.

Pasó el tiempo y Alex no paraba de pensar en ella y en como se había enamorado, sintió tanta necesidad de verla que por fin se decidió y emprendió camino a la casa de la chica.

Se paró frente a la casa, tomo fuerzas y llamo a la puerta, al ver que no había nadie decidió asomarse a la ventana y fue allí donde supo que jamás podría decirle a aquella chica lo que su corazón sentía por ella y mucho menos podría confirmar si el sentimiento era mutuo.